La justicia del voley

#VoleyBlog

Vivimos en una sociedad futbolera al más no poder y por lo tanto, aquellos que simpatizamos con este deporte, nos sentimos tremendamente calificados como para hablar del mismo como si fuésemos profesionales y/o eruditos en la materia del balónpie, sin saber que nos convertimos en una de las peores especies humanas: los opinólogos. ¿Cuántas veces hemos oído la frase “No sé cómo hacen para ganar, son malísimos”? “No juegan a nada”, “Merecimos haber ganado”, “Tuvimos más ocasiones”, “El fútbol no es merecimiento”, “Salió campeón jugando mal”. Bueno, acá es totalmente distinto, el voley es merecimiento…

Brasil, el gran ejemplo de que merecer es ganar

Dicen los entendidos que sin “huevos” no se puede jugar al rugby, en el voley, sin jugar bien no se puede ganar. “Descubriste la pólvora, Bernasca”, me dirán, sin embargo a veces estas cosas se pasan por alto. Creo que aquí radica lo hermoso de este deporte y por eso nos gusta tanto. En el fútbol se puede hacer un gol y meterse atrás, se puede “jugar mal” y ser campeón, se puede tener un planteo mezquino y conseguir resultados fabulosos (sino fíjense los casos del Italia Campeón Mundial 2006 o el Chelsea de la Champions League 20011/2012). Es hasta el día de hoy que en Argentina se discute entre Bilardistas y Menottistas (y ahora se sumaron los Bielsistas), que en el mundo no se ha definido una matriz de juego que atraviese a todos. Claro, el Barcelona es el ejemplo a imitar, pero a la práctica no lo lleva nadie más que el equipo de Messi. En el voley, en cambio, para salir campeón es menester jugar bien, quien gana un partido es porque lo merece (salvo que los árbitros no actúen en contra de la causa propia). Es imposible vencer teniendo como único punto fuerte la defensa o el bloqueo o el saque o el ataque, tiene que destacarse uno de estos fundamentos (si es más de uno, mejor) pero al mismo tiempo tiene que haber una coexistencia armónica entre los otros. A diferencia del fútbol, el voley ya eligió su camino y su estilo de juego. El Brasil de Bernardinho (equipo al cual le dedicaré un post) cambió a este deporte radicalmente a principios del nuevo milenio de la mano de sus estrellas Ricardinho y Giba. A partir de 2002, se opta por jugar cada vez más rápido, más fuerte y más alto desde todos los puntos de ataque. En todo el mundo se juega así. Rusia, que históricamente fue uno de los dominadores de este deporte, inconscientemente o no, se parece cada vez más al estilo de juego brasilero (los cuales fueron antagónicos desde siempre). Velocidad desde el armado, receptores puntas y opuestos capaces de atacar las pelotas con cualidades atléticas envidiables entendiendo que son personas de más de 2 metros de altura. A quienes sepan de lo que estoy hablando los invito/desafío a buscar un equipo de voley que haya jugado mal y a la vez, salido campeón. Ya sea a nivel mundial o local, tanto en mundiales, juegos olímpicos o ligas argentinas, quienes ganaron siempre hicieron méritos suficientes para lograrlo.

En los casos futbolísticos que cite anteriormente, conocieron la gloria en ese momento pero rápidamente fracasaron estrepitosamente (Italia en el mundial 2010 y el Chelsea con un pie afuera en la edición 2012/2013 de la UCL). Y de esto, en el fútbol vamos a encontrar muchísimo, sobre todo aquí, el River post-campeón Clausura 2008, el Argentinos Juniors del Apertura 2010, el Lanús del Clausura 2008, más lejos en el tiempo está el Turquía 3ro en el Mundial de Corea-Japón que nunca más pudo lograr ni la mitad de eso. Ahora piensen en el voley y hagan memoria, cada vez que se produjo un batacazo o que un equipo logró un resultado significativo, no fue cuestión de suerte, se me viene a la mente la eliminación tempranera de Francia en Atenas 2004 tras un excelente 3er puesto en el Mundial de Argentina 2002, pero aquí la base había cambiado, por lo que no se pudo sostener, sin embargo a los años tuvo contra las cuerdas a Brasil en la final de la World League 2007. Si quieren, en otro post hablamos de las especulaciones del Mundial Italia 2010, lo que podría llegar a coartar mi hipotesis, pero lo cierto es que en el voley no se puede hacer un punto y meterse atrás, hay que meter 25 antes que el otro durante 3 oportunidades.

Quizás a esto se debe que somos tantos los que amamos esta disciplina, por su justicia, por su merecimiento. Porque el voley es justo.