Por: WOBI
El Huracán Sandy ha dejado más de 100 muertos en los Estados Unidos y el Caribe, y billones de dólares en pérdidas. El paisaje alrededor de mi casa en Connecticut es muy poco atractivo, hay árboles y tendidos eléctricos caídos por todos lados. Son tiempos delicados, y es hora de hacernos preguntas serias. ¿Por qué sucedió esto? Y desde una perspectiva de negocios (o desde cualquier otra), ¿realmente importa si esta mega-tormenta fue causa del cambio climático? Yo diría que no… y que sí.
Primero, la parte del “no”
Sean cual sean las causas, el costo que los fenómenos climáticos extremos tienen para la sociedad ha ido aumentado durante décadas. El gigante de seguros Munich Re publicó, recientemente, un nuevo informeacerca del aumento acelerado de las pérdidas relacionadas al clima. En Norteamérica, la cantidad de acontecimientos severos se ha quintuplicado en los últimos 30 años. Y, más allá de que el informe establezca una conexión directa con el cambio climático, en determinado punto eso no es tan relevante para los negocios. Los problemas y costos de las condiciones climáticas extremas son los mismos de cualquier forma.
Toma como ejemplo a uno de mis clientes, una compañía de productos de consumo que forma parte de la lista de Fortune 200. Como bien me dijo el vicepresidente de gestión de riesgo global, los sucesos más caros en la historia de la compañía, en cada una de las categorías climáticas (inundación, terremoto, granizo, vientos, etc.) han ocurrido en los últimos años. Luego de desembolsar $50 millones de dólares en reclamaciones de seguro – solamente en 2011 – los precios de los seguros de la compañía seguramente aumentarán. Pero esa es una cuestión secundaria, el problema real es la amenaza constante a la continuidad del negocio. En una de las plantas manufactureras más grandes de Asia, una sequía impidió la producción durante tres semanas.
Este tipo de disrupción irá en aumento. En las inundaciones de Tailandia en noviembre de 2011, tanto la industria de disco duro como la del sector automotriz sufrieron serios problemas en su cadena de suministros. Como bien informó Edmunds, la producción de autos cayó a 600 mil unidades.
En un mundo altamente impredecible, el desafío para los negocios multinacionales es encontrar la manera de construir empresas fuertes y flexibles que dependan mucho menos que en la actualidad de los recursos naturales (es decir, menos combustibles fósiles, menos agua, reducir los desechos, círculos cerrados de recursos esenciales, etc.)
Las compañías inteligentes examinarán las operaciones y cadenas de suministros muy de cerca para determinar los riesgos asociados con la escasez de agua, inundaciones, tormentas y limitaciones de recursos. La evaluación del riesgo será mucho más seductora e importante para las organizaciones globales. Sus líderes también aprovecharán la oportunidad de ofrecer productos y servicios que permitan ayudar a otras compañías y a la sociedad a manejar un mundo con un clima extraño. Piensa en los cultivos resistentes a las inundaciones, en nuevos productos de seguros, sistemas de energía distribuida (para que los dueños de hogares no tengan que preocuparse por si la energía se acaba), y tal vez hasta botes para recorrer Wall Street.
De acuerdo, ahora pasemos a la parte del “sí”.
Antes que nada, el descargo necesario: los científicos dicen que ninguna tormenta puede ser ligada a algo tan grande y prolongado como el cambio climático (observa el debate activo que se lleva a cabo aquí). Pero según las palabras del científico de la NASA, James Hansen, estamos “tirando los dados” y aumentando las probabilidades de sucesos extremos al calentar los océanos y humedecer más la atmósfera. La devastación en los alrededor de la ciudad de Nueva York es, exactamente, lo que se predijo que ocurriría con más frecuencia.
Pero pongámonos serios en cuanto a los impactos en los negocios. Si realmente evaluarás el riesgo en tus operaciones actuales y del futuro, debes entender cómo el cambio climático aumentará las posibilidades de acontecimientos severos y qué significado tendrá eso para tu cadena de suministros. El no hacerlo sería muy costoso, estúpido e irresponsable para con tus accionistas.
Las compañías están abriendo los ojos frente a los impactos inmediatos. El informe más reciente del Carbon Disclosure Project (CDP), junto con la ayuda de PwC (gran revelación: mi firma consultora tiene una asociación con la sección norteamericana de PwC), muestra que la mayoría de las compañías globales reconocen los riesgos provenientes del clima. El 37% de las que reportan al CDP – la gran mayoría de las compañías más grandes del mundo – dicen que el cambio climático ya está creando riesgo de negocios (10% en solo dos años). Y un 43% asegura que los negocios estarán en riesgo en los próximos 10 años.
Mientras que las compañías van tomando conciencia de este desafío, están comenzando a hablar de la adaptación y del gasto que supone prepararse para un mundo más caluroso, seco o húmedo (dependiendo de la zona), y con recursos cada vez más limitados. Pero adaptarse no basta.
Realmente debemos dejar de engañarnos pensando que podemos hacer frente a todo esto. Por supuesto que debemos adaptarnos, pero también necesitamos implementar rápidamente una agenda de bajo consumo de carbono para mitigar el riesgo lo máximo posible. Si verdaderamente escuchas a los científicos, continuar durante las próximas décadas con las emisiones como venimos haciendo hasta ahora podría desestabilizar realmente al planeta que, como ya todos sabemos, sostiene a nuestra economía y nuestras formas de vida. La curva normal de resultados posibles esperados está empezando a incluir un riesgo real para nuestra especie.
Si llevas este tipo de amenaza al nivel de las industrias o compañías, hará que repienses tu negocio. Como, recientemente, me dijo un ejecutivo tecnológico: “a nadie le importará realmente qué sistema operativo tiene si no tiene comida”. Es decir, deberíamos reducir las probabilidades de sucesos desastrosos, o nuestros negocios dejarán de tener tanta importancia.
Para todos aquellos que teman que el costo de reducir las emisiones de carbono sea muy caro, debo preguntarles: ¿qué tan caras terminan siendo las tormentas como Sandy para los negocios y la sociedad? De hecho, enfrentar el cambio climático no es un gasto sino una inversión muy inteligente. Es una oportunidad de negocio multimillonaria, o lo que Richard Branson llama “la mayor oportunidad de generación de riqueza de nuestra generación”.
En resumen, este debate es acerca de la dirección y la velocidad. En cuanto a la dirección que tu compañía debería encarar para prepararse para un futuro con climas extremos riesgosos, en realidad no importa si Sandy fue causada o no por el cambio climático. Pero, ¿cómo determinamos que tan rápido debemos movernos hacia esa dirección? Para responder esa pregunta, el cambio climático sí importa. Importa muchísimo.
Andrew Winston, experto en sustentabilidad e innovación