Una nueva ley de mercado: haz crecer a tu competencia

#WOBI

Usuario Flickr: Guillermo EstevesNo, no es un título con trampa para atraparte en la lectura. No hay engaño mediático detrás, esta es una propuesta real, basada en un nuevo concepto de capitalismo. Uno mucho más apegado a la realidad social que nos toca vivir y a una consciencia de sustentabilidad y sostenibilidad de los negocios. Permíteme contarte algunas historias para reforzar este concepto.

La primera es bastante terrenal, me sucedió a mí mientras ejercía el rol de Director de Planeación Estratégica en la división de negocios latinoamericanos de unos de esos grandes conglomerados corporativos.

Hace algunos años estábamos compitiendo por el negocio históricamente más grande del sector. Durante una de las reuniones estratégicas supimos que en Japón estaban muy interesados en ganar el proyecto, por una cuestión de posicionamiento de marca, sin embargo, si no se lograba el objetivo no se perdía mucho, ya que la mitad de los dispositivos que nuestra competencia instalaría eran fabricados por nuestra misma empresa.

Del lado de la competencia la situación era similar, si ellos perdían el negocio tampoco les impactaba en los números, ya que la otra mitad de los dispositivos que nosotros colocaríamos eran fabricados por ellos.

Esta es una situación que se repite constantemente, muchas organizaciones a nivel mundial colaboran entre sí, comparten conocimiento y tecnología, y en el camino se hacen crecer mutuamente.

Aunque ahora mediáticamente Samsung compite con Apple, la realidad es que durante mucho tiempo ambas empresas se han ayudado a crecer. Samsung fabrica gran parte de los componentes que utiliza Apple, entre ellos el principal procesador del iPhone, así como la pantalla Retina Display.

Es información que generalmente no llega a todos los niveles de la organización, lo cual es un error estratégico, porque el mismo concepto de producción compartida y de crecimiento mutuo puede aplicarse a nivel comercial, haciendo un entorno mucho más saludable, sustentable y sostenible para todos los actores.

Recientemente Apple tomó la decisión estratégica de que el nuevo procesador A7 para el iPhone 5S sea fabricado por TSCM, veremos si esta decisión no termina afectando negativamente a Apple. Me pregunto si Jobs uno de los máximos beneficiados y creyentes de la colaboración entre la competencia hubiera tomado semejante decisión.

Apple vivió esta ley en carne propia. El 6 de Agosto de 1997, con un Steve Jobs recién desempacado nuevamente como CEO en la empresa que él mismo había fundado, en medio de una crisis de liquidez e imagen, anunciaba junto a Bill Gates el fin de la competencia depredadora entre ambas empresas. Bill Gates había invertido en su principal competidor 150 millones de dólares. Apple se vería beneficiado de la liquidez inyectada por Microsoft. Gates obtendría los beneficios de ingresar al mercado “reservado” de Apple, así como a toda la innovación y tecnología de la empresa de la manzanita mordida.

Bill Gates entendía claramente que para cumplir con su propósito de que existiera una computadora personal en cada casa y, a la vez, que su misma empresa creciera, necesitaba de su competencia, era vital que Apple sobreviviera a la crisis. Para Jobs era igual de importante alcanzar su propósito de transformar la forma en la que las personas disfrutan la tecnología, y necesitaba a su principal competidor para lograrlo.

Antes de dar lugar al anuncio de Gates, Jobs dijo: “necesitamos deshacernos de algunos conceptos. Necesitamos deshacernos del concepto de que para que Apple gane Microsoft tiene que perder“.

Hay una gran lección de capitalismo colaborativo detrás, si quieres que tu empresa crezca, se consolide y sea líder sustentable y sosteniblemente, necesitas hacer crecer a tu competencia.

Otro ejemplo de una empresa creada por Jobs. Los intentos de Pixar por posicionarse en el mercado habían sido infructuosos a pesar de sus grandes innovaciones en animación. Por otra parte Disney se encontraba en una de sus peores crisis, las películas que producía eran repetitivas y aburridas.

Los ejecutivos del gigante de multimedios tuvieron una gran visión, invirtieron en su competencia, la hicieron crecer. Durante el tiempo que colaboraron juntos, Disney volvió a sus años de gloria y Pixar se convirtió en el líder mundial en su sector, no por participación de mercado, sino porque era la empresa que a todos inspiraba, no sólo por su modelo de negocio, sino también por sus creaciones y mensajes.

Esto me lleva a otro concepto importante, ser líder no se trata de participación del mercado, una empresa líder es aquella que inspira a sus clientes, a sus proveedores, a sus colaboradores e incluso a su competencia.

De ejemplos negativos está llena la historia, es de lo más común, lo hemos vivido el último siglo, pero me gustaría contarte uno representativo.

Intel es una de las empresas más admiradas, entre otras cosas, por su compromiso con iniciativas sociales y su propósito de hacer del mundo un mejor lugar, sin embargo ha tomado ciertas decisiones estratégicas que han puesto en riesgo su liderazgo.

Durante años Intel promulgaba y se decía a sí mismo que eran ellos su propia competencia, ningún otra empresa. Ni la más cercana AMD era capaz de competir con el poderío de la empresa azul. Innovaban constantemente y se adelantaban años para desarrollar procesadores cada vez más poderosos.

Pero detrás de esa saludable posición de competir consigo mismo se olvidó de la competencia externa. Un error que las empresas con alta participación de mercado cometen frecuentemente.

Intel hoy tiene una batalla complicada en el mundo de los microprocesadores para móviles. Perdió cinco años de ventaja contra el procesador ARM, líder de este nuevo sector.

¿Cuál sería la situación si Intel hubiera invertido en el holding ARM tal como lo hicieron Apple, Samsung, Nvidia y Qualcomm, entre otros competidores? La respuesta lógica es que tuviera en este momento las herramientas suficientes para continuar compitiendo sin tanto riesgo de por medio.

Para regirse bajo este nuevo concepto de ley de mercado no sólo se necesita una visión estratégica a largo plazo, se requiere tener un propósito de empresa muy claro y poderoso, un propósito que busque la construcción de valor y no sólo el resultado económico. Se requiere poder entender que las ganancias deben ser consecuencia de la construcción de valor para tus clientes, inversionistas, colaboradores, proveedores y también para tu competencia.

Mi recomendación para ti lector, empresario, ejecutivo, emprendedor, que en tus próximas reuniones estratégicas tengas en cuenta a tu competencia como un grupo de interés (stakeholder) prioritario, pero no busques cómo destrozar su posición en el mercado, porque tarde o temprano eso será perjudicial para tu compañía. Por el contrario, busca la forma de colaborar para propiciar el crecimiento mutuo.

Este tipo de actitud estratégica te dará una posición de liderazgo diferencial que nunca podría alcanzarse únicamente con recursos económicos.

Por Marcelo Tedesco, experto en planeamiento estratégico y transformación de negocios.