¿La carne es tan buena como dicen varios especialistas?

#AlimentaciónConsciente

vegetarianismo 48:: Primera parte, por Pablito Martín.

 :: Buenas y salsas gente linda. Continuamos en el camino de la alimentación consciente. Todos saben que el 2013 es el año del despertar espiritual y dentro de ese despertar está la consciencia por el qué comemos. Por eso los invito a descubrir uno de los interrogantes más maravillosos de la humanidad: ¿la carne es un alimento fisiológico para el ser humano?

:: Durante años vengo publicando informes en diferentes medios de comunicación explicando por qué deberíamos dejar de consumir carne o, al menos, disminuir su consumo. Aunque suene extraño, no soy para nada extremista, simplemente en un momento determinado de mi vida cambié mi alimentación, junto a mi señora, y la verdad es que nos sentimos cada vez mejor. Por eso creo que, siempre desde el respeto y desde el ejemplo, se puede transmitir un mensaje. Ahora bien, hace ya unos quince días que algunos nutricionistas vienen diciendo que el vegetarianismo y/o veganismo se puso de moda en los adolescentes para bajar de peso. La semana pasada explicamos bien las diferencias entre varias corrientes alimenticias (http://blogs.infobae.com/alimentacion-consciente/2013/09/27/que-diferencia-hay-entre-las-diferentes-corrientes-alimenticias/) dejando bien en claro que no se trata de una moda. Hoy veremos qué pasa con la carne. Pero antes me gustaría hacer un par de preguntas: “los nutricionistas que tanto le pegan a los veganos, ¿no son los mismos que recomiendan el consumo de productos light, no son los mismos que están a favor del glutamato monosódico, no son los mismos que hace unos años indicaban dietas bajas en calorías para bajar de peso, no son los mismos que hace unos años recomendaban no consumir más de 1800 calorías por día, no son los mismos que cuando les preguntas sobre la spirulina no saben qué es…?”. En fin, que cada uno se haga cargo de su karma.

:: Además, me gustaría aclarar que quise entrevistar a varios médicos y nutricionistas conocidos para que hablen sobre estos temas, pero las puertas se me cerraron cuando les conté de qué trataba mi segundo libro.

:: Si de datos trata todo esto, analicemos lo que pasó en Estados Unidos. “Entre 1840 y 1974 el consumo de carne por persona aumentó cinco veces. En ese mismo lapso los Estados Unidos pasaron de ser, en 1900, el país más sano del mundo entre cien naciones estudiadas, a ser, en 1990, el más enfermo”, indica el doctor Cousens, y agrega categóricamente: “las carnes como el pescado o el pollo, que provienen de animales que se encuentran más arriba de la cadena alimenticia, contienen quince veces más residuos de pesticidas que las frutas y las verduras”.

:: La American Dietetic Association (ADA), la mayor organización de nutrición del mundo, publicó los beneficios de una dieta vegetariana:

Se ha comprobado que los vegetarianos tienen un menor índice de masa corporal que los no vegetarianos, así como también menores tasas de mortalidad por cardiopatía isquémica; los vegetarianos también muestran menores niveles de colesterol, presión arterial, hipertensión, diabetes tipo 2 y cáncer de colon y próstata. Las dietas vegetarianas y veganas bien supervisadas resultan apropiadas para todas las etapas de la vida, incluyendo el embarazo, la lactancia, la infancia y la adolescencia.

:: La ADA y Dietitians of Canada sostienen que “las dietas vegetarianas apropiadamente planificadas son saludables y nutricionalmente adecuadas para prevenir y tratar ciertas enfermedades”.

:: Según el Max Planck Institute, “al cocinar proteínas cárnicas se producen comidas donde la mitad de las proteínas se pierden y la otra mitad actúa como toxinas inflamatorias”. Esto ocurre cuando se hace, por ejemplo, un bife a la plancha, un asado, un pollo al horno, un salmón grillado, etc.

:: La pregunta es qué pasa con el sufrimiento del animal. Está demostrado que la energía generada por todo el maltrato, el estrés y el dolor que vive un animal (durante su crianza y al momento de su ejecución) es ingerida por quien consume esa carne y sus derivados. A su vez, le genera a esa persona una serie de sentimientos dañinos, como ira, cólera, impaciencia, etc. Entre otros temas, el documental La bella verdad habla sobre esto. Además, Ana María Aboglio está en contra del maltrato hacia los animales y me cuenta que “por año se matan en el mundo unos cincuenta y seis mil millones de animales solo para ser consumidos, sin contar a los animales marinos. Nadie toma en cuenta esta maldad”. Pero ¿qué nos pasa al consumir productos cárnicos? Desde el punto de vista de la salud, ingerimos elementos tóxicos y sustancias que aceleran el envejecimiento de las células, forzando al sistema inmunitario a luchar contra proteínas que no reconoce como propias y a elevar en forma impresionante la presencia de bacterias y sustancias nocivas. El licenciado Bizkarra cuenta que, “cuando comemos carne, no solo estamos comiendo la estructura, sino también la energía y la emocionalidad. Por decirlo de alguna manera, la animalidad que ha vivido ese animal. En ese proceso algo del animal entra en nosotros. Todo lo que sufre en el momento en que lo matan, ese estrés, ese miedo, la adrenalina, los corticoides que segrega el cuerpo del animal entran dentro de nuestro cuerpo. Y nuestro organismo los tiene que neutralizar, tiene que hacer mucha más fuerza para contrarrestar esas sustancias tóxicas. Eso es lo que se conoce como la astralidad o la emocionalidad de la carne”. Con respecto a este tema, la doctora Albertinazzi agrega que “la ingesta de órganos como el riñón y el hígado del animal debe ser evitada porque son el ‘filtro’ del organismo, y si el animal se alimentó en praderas donde se utilizaron pesticidas u otros productos tóxicos, estas sustancias se depositan en esos órganos”. Muy fuerte, ¿no?

:: “Yo no digo que no haya que consumir carne, pero sí que al menos debe haber una disminución en su consumo. Porque este tiene sus consecuencias en el cambio climático, en el derroche de agua, en la contaminación por metano, en la erosión de la tierra, etc. Cuando consumo carne en Europa, estoy comiendo un ganado que fue criado con soja transgénica que proviene de países como Brasil o Argentina”, expresa Karmelo Bizkarra, y continúa afirmando que “una de las barbaridades que se están haciendo hoy en día en la alimentación moderna es la utilización de antibióticos en los animales. Pero no precisamente para combatir las enfermedades de estos. En dosis subterapéuticas se ha descubierto que los antibióticos sirven para engordarlos más rápido. Si echamos antibióticos en las piscifactorías donde se crían salmones, la producción será más rápida y en el futuro encontraremos en las góndolas de los supermercados, por ejemplo, salmón con ampicilina, salmón con penicilina, etc.”.

:: Te quedaste con la boca abierta. Bueno, yo también. Igualmente estoy seguro de que muchos saldrán a decir que esto es una locura. Cuando les fui a contar esto a diferentes productores de ganado, me dijeron: “Pibe, vos estás loco”, “Eso es mentira”, “Jamás se encontraron antibióticos, pesticidas, etc.”. Por eso vuelvo a quienes me autorizaron a poner sus nombres y apellidos y les pregunto: “¿Qué opinás al respecto?”. “La biología no es cuestión de opinología; es una dictadura que funciona desde hace millones de años, más allá de nuestras ideas o conclusiones. Por ello, no hay nada mejor que experimentar un par de semanas de abstinencia y verificar lo que expresa el organismo en forma de síntomas. Luego, a modo de contraprueba, reintroducir las carnes y esperar el veredicto corporal. Es algo que no deja lugar a dudas o pareceres”, afirma Néstor Palmetti.

:: Bueno, mejor hoy lo dejamos acá, porque este informe continuará la próxima semana con más entrevistas a profesionales y a famosos que dan sus testimonios.

:: :: Sigan proponiendo productos en @PablitoCocina así juntos investigamos y aprendemos. Para mayor información www.pablitomartin.com.ar o en mi primer libro de cocina “Con probar no perdés nada”. Y recordá que “somos lo que comemos, y lo que hacemos”. ¡Hasta la próxima!

 :: Pablito Martín. Chef – Periodista. 

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:: Bocaditos dulces de quinua

Ingredientes

  • Quinua: 1 taza
  • Agua: 2 tazas
  • Semillas de girasol: 2 cucharadas
  • Semillas de sésamo: 2 cucharadas
  • Azúcar integral mascabo: 5 cucharadas
  • Bicarbonato de sodio: 1 cucharadita
  • Aceite de oliva: cantidad necesaria
  • Ralladura de ½ limón o naranja orgánica

Procedimiento

Colocá la quinua en un colador, quitale las posibles piedritas y enjuagala varias veces con abundante agua. Cocinala en una cacerola a fuego bajo con las dos tazas de agua.

Tostá las semillas de sésamo y girasol, y molelas a todas.

Cuando la quinua esté cocida, incorporale la ralladura, las semillas y el azúcar. Mezclá todo hasta lograr una pasta homogénea. Apagá el fuego, dejá enfriar, incorporá el bicarbonato y mezclá.

Aceitá una asadera grande y formá bolitas o cuadraditos y ponelos sobre la fuente.
Cociná los bocaditos en horno medio (180-190 ºC) hasta que se doren los bordes.

Desmoldá los bocaditos una vez que estén fríos, para evitar que se rompan.

 

Receta e información extraída del libro “Detrás de los alimentos”. Editorial: TETRAEDRO.

 

 :: Pablito Martín. Chef – Periodista. 

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