Por: Leandro Edelstein
Diego Perrotta es un artista visual que intercala en su producción la pintura, la cerámica, el muralismo y la instalación. Sin embargo no duda un segundo en explicar que su técnica trampolín es el dibujo; de ahí salta hacia las otras disciplinas.
¿De qué se trata trabajar de artista?
A mi criterio, es mantener una fidelidad con las ideas y con el compromiso. Disfrutar mi canal de expresión, trabajar de una forma creativa y no sólo de manera solitaria, sino también relacionarme con otros artistas. Necesito reflejar, desde mi trabajo, mis intereses sociales. En parte es como ser carpintero o verdulero. Mi compromiso durante veinticinco años hace de mi vocación un oficio.
¿Podes acercarte a una definición de tu obra?
Me interesan los finos cruces de “el arte” con el arte popular y las artesanías de los distintos pueblos de américa latina. El cruce entre arte y religión. Me interesan los opuestos: el bien y el mal, por ejemplo. También temáticas de la ciudad, de lo urbano, del conglomerado de lo barroco.
¿Existe una estética Perrotta?
Creo que se fue armando con el tiempo. Me defino como un pintor gráfico porque la línea es muy definitoria en mi producción. Con esfuerzo empecé a encontrar un imaginario propio con el cual contar algo. También el color es muy importante para mí, y se evidenció luego de un tiempo vivido en Oaxaca, México, por una beca. Hice un clic en mi obra, con una explosión muy fuerte en el color. Por otro lado me interesa incluir frases y palabras, funcionan como ejes temáticos en mi obra.
¿Y qué decís con respecto a la religión?
Hasta los 20 años viví en Liniers, en la misma manzana de la Iglesia de San Cayetano. En el camino a la escuela me topaba con las santerías que vendían imágenes de todos los santos cristianos, pero también los muñequitos de diablos y de rituales umbandas. En ese cruce del bien y el mal, la religión fue un marco de mucha influencia para mi producción.
¿Qué crees constante en tu trabajo?
Destaco dos variantes: las caras -o máscaras- que vengo trabajando, y son formas que brotan. La otra es la construcción de un personaje, que es el Matasiete. Es una especie de justiciero, defensor del pueblo, que permanece a través de los años apareciendo en mis obras.
¿Qué te gusta ver en otros artistas?
Me interesa que un artista desarrolle un estilo propio. A veces me pasa que veo corrientes, en la pintura por ejemplo, que se repiten. Muchos artistas pintando de una forma común, tal vez influenciados por la moda. Me interesan los artistas inclasificables, que tienen un mundo personal.
¿Y qué es lo que más te atrae de una obra?
No sé exacto, pero que simplemente me haga dejar de pensar en lo que tenía que hacer en esta vida y, por diez o veinte segundos, sufra esa especie de rapto, donde lo único que sucede es el dialogo entre la obra y mi persona, ese tiempo para la interpretación, un momento mágico.
Perrotta está presentando, hasta el 18 de mayo, Rituales Paganos, en el Museo Municipal de Bellas Artes Dr. Urbano Poggi, en la ciudad de Rafaela, Santa Fé. Toda su obra se puede ver en www.diegoperrotta.com.ar.