Se busca un alma por Avellaneda

#AscensoRock

“Devuélvanme a Independiente”, exclamaba un hincha a los gritos tras la última frustración del equipo como local ante Villa San Carlos. Entre lágrimas, lo repetía una y otra vez. Miraba hacía la zona de palcos para encontrar a los directivos, posaba su miraba hacía el campo para encontrar respuestas en sus jugadores. Se lo pedía al compañero de tribuna, pero nadie logró darle una respuesta. La última derrota ante Sarmiento dejó al club en llamas, prendido fuego, y a mitad de camino en el momento más dramático de su historia

indepte en intensiva

El arquero Diego “Ruso” Rodríguez, figura del equipo en los últimos partidos, comenta que nunca iría para atrás para voltear a un presidente. Javier Cantero envía un correo electrónico a los (pocos) dirigentes cercanos que le quedan manifestando que los jugadores le quieren “hacer una cama” para que dé un paso al costado. Amaga con renunciar, finalmente se queda. ”No tiene el club los fondos para abonarles los sueldos adeudados”, comenta frente a un plantel que no solo piensa en lo futbolístico, ni en la deuda con los porteros ni utileros, sino también en la realidad deportiva que los aqueja. Pero esta escena puede esperar.

Federico Insúa responde al hostigamiento por parte de la prensa en una conferencia en la que se cuestiona el millonario contrato que firmó para venir al rojo. “Yo tengo el prestigio y la trayectoria para firmar por el monto por el que lo hice”, justifica sin derramar una sola falla en su pulso. Jóvenes envueltos en denuncias penales le ponen la rubrica.

Todo esto y mucho más puede suceder hoy en Independiente ¿Creyó usted que el problema de la escasez de puntos conseguidos desde la reanudación del torneo Nacional en el presente año era lo importante? Todavía hay más

Pablo “Bebote” Álvarez, barra caracterizado del equipo de Avellaneda, se junta en la sede del club para juntar firmas en busca de una candidatura a la presidencia (?). Se escapa un detalle, insalvable no mencionarlo. Se buscan las elecciones anticipadas en el club. Y el propio Cantero resiste como puede pero no descarta esa posibilidad en medio de las renuncias de más directivos. La comisión directiva corre grandes riesgos de quedar acéfala.

En realidad, ya existe acefalia en el club. Pero no se trata de una acefalia mental, valga la redundancia. Se trata de la ausencia del alma. Independiente perdió el espíritu. Se lo busca por las inmediaciones del Libertadores de América. También se hicieron rastrillajes por Junín, Mar del Plata, Banfield, Mendoza, antes en Isidro Casanova, pero el Rojo no está, desapareció. El “Rey de Copas” se ha tomado una licencia (sin goce de sueldo) y por tiempo indeterminado.

Algunos filósofos cercanos a esta historia esbozaron un mensaje en un manto para que se reflexione en paz y se pueda llegar a buen puerto sin necesidad de recurrir a hechos impropios de una competencia netamente deportiva: “ASCENSO O MUERTE”, este lema es una pista más del desconocido paradero del Independiente de “Paladar Negro” .

El fútbol, la pelota y los que la transportan son los responsables de enviarle un mensaje al más allá. Pero no lo recibe porque la señal no es buena. Porque la conexión no está en sintonia entre el emisor y el receptor. Porque la historia está más negra que nunca y esa luz que cada hincha enciende cada fin de semana es mitigada constantemente por quienes debieran ser los verdaderos profetas de esa ilusión.

En esta cruzada por transformarla en realidad sólo hay un camino posible. Ese que el alma de Independiente está pidiendo a gritos, atemorizada y con miedo a salir para no sentirse defraudada nuevamente: la rebeldía a la adversidad. Que el Diablo, de una vez por todas, entienda que su mejor aliado en este momento es la paz.

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Por Federico González Colcerasa