Por: Ascenso Rock
Ferro es de los socios. Y esa, es de las mejores noticias del año para los hinchas del ascenso. El Verdolaga levantó la quiebra tras 12 años en la oscuridad y vuelve a ser manejado por su gente. En #AscensoRock no queríamos pasar por alto semejante noticia y pedimos a un amigo que lleva los colores de Oeste en la piel que nos cuente sus sensaciones. ¡Gracias Totales, Gastón Calvo!
Hay muy pocos temas que como periodista me hacen escribir en primera persona. Es más, en mi tarea cotidiana no suelo hacerlo y, a gusto personal, no me gusta ese tipo de escritura. Sin embargo, como todo en la vida, hay excepciones. Porque sólo aquellas cosas que me apasionan y me envuelven por completo hacen que me ponga a escribir nombrándome a mí mismo. Y, como Ferro me apasiona desde muy chico, este es el caso.
El lunes 20 de octubre va a quedar en la historia como el día de la “refundación” del club de Caballito. Si bien en esa jornada no se levantó la quiebra (aún esperamos ansiosos la firma de la jueza Margarita Braga), sí se confirmó que el levantamiento es un hecho y Ferro volverá a manos de sus verdaderos dueños: los socios.
Por primera vez en mucho tiempo volví a ver a Ferro en los principales canales de televisión, diarios, portales de internet y radios. Volvimos a los primeros planos. Y eso es muy bueno. Los otros clubes se solidarizaron con la causa y felicitaron a nuestra institución y, desde la AFA, también se alegraron por esta fenomenal noticia.
Pero si hablamos de alegrarse, nadie se puso tan feliz como nosotros, los “verdolagas” de alma. Miles de personas se congregaron frente a la sede del club y de ahí marcharon hasta Acoyte y Rivadavia para festejar lo que fue mucho más que un campeonato.
Dije que iba a escribir en primera persona y me excusaba por eso al principio. Bueno, llegó el momento. El lunes se me pasaron miles de imágenes por la cabeza: cuando iba con mi viejo a la cancha en los años 90, cuando festejamos una goleada histórica ante Boca en 1998 (4-1 en Caballito), cuando descendimos dos veces seguidas, cuando se decretó la quiebra, cuando volvimos al Nacional B y tantos otros partidos y sentimientos encontrados.
También me acordaba cuando intentaba aprender natación mientras mi mamá me miraba desde el costado de la pileta olímpica y cuando soñaba con ser basquetbolista. Y, por supuesto, venían a mi mente los recuerdos del programa de radio que conduje junto a otro amigo fana del verde. Ferro es más que fútbol.
Muchos recuerdos, mucha familia, mucha amistad, mucho barrio, todo eso me vino a la mente el lunes y sigue pasando como una película en mi cabeza. Todos los hinchas dicen lo mismo de su club: que es el mejor, que es el más grande, que tiene la mejor hinchada. Y no se los vos a discutir porque los entiendo. A mí me pasa lo mismo con Ferrito, si Ferrito. Así lo llamo cariñosamente.
Una alegría total y que estaba contenida. Dicen que la justicia es lenta pero llega. Le damos la bienvenida a la justicia entonces. Ahora, a mirar para adelante y a no cometer los mismos errores que nos llevaron a la ruina. Seguramente aprendimos la lección…
Por Gastón Calvo