Por: Ignacio Damonte
La misión de Miami y San Antonio era recuperar el partido que habían perdido en su casa. Enfrente tenían a dos equipos que los están complicando más de lo pensado. Chicago, disminuido por las lesiones, se dejó llevar por la intensidad y perdió los estribos. Golden State puso en evidencia su falta de variantes cuando las figuras no están en su mejor noche. Así los candidatos recuperaron la ventaja de localía este viernes.
Empecemos por la semi del Este. Los juegos en Miami habían sido la prueba que los de Thibodeau son los que más problemas le pueden traer al campeón. Ganaron el primer partido gracias al juego brusco, áspero, que siempre complica a LeBron James y compañía. Los de la Florida venían de varios días de descanso, sin ritmo. No pudieron hacer nada contra la férrea defensa, sobre todo de Buttler sobre James, y el balanceado ataque rival (5 jugadores con 10 o más puntos). El segundo fue absolutamente distinto. Miami sacó 37 de ventaja (su máxima en la historia de Playoffs) y con un gran trabajo de Norris Cole y Ray Allen, junto a los 19 puntos de LeBron en la primera parte, se aseguró el empate en la serie.
Llegaban al tercer juego con muchos roces entre los jugadores y quejas hacia los árbitros. Los primeros dos cuartos en Chicago fueron durísimos. Tres técnicas y una expulsión fue el resultado de 24 minutos jugados a una intensidad tremenda. La nota la dieron Joakim Noah y Nazr Mohammed: perdieron la brújula y causaron daño a los suyos. El francés golpeó infantilmente a Chris Andersen y se ligó una técnica, mientras que el norteamericano se extralimitó al empujar a LeBron luego de una falta y ganarse la expulsión inmediata.
http://youtu.be/qacN2d0j5u8
Miami Heat consiguió ganar en Chicago (104-94) y gana la serie 2-1
Hasta el último cuarto la historia seguía siendo igual de pareja que en South Beach. Entraron al período definitivo empatados. Ahí tomó el control James. Sumó 10 puntos en los minutos finales, incluído un triple y una bandeja con falta que sentenciaron el juego . La banca de Chicago, que hoy día es titular por las bajas de Rose, Deng y Hinrich, peleó hasta donde pudo. Los cinco que salieron de entrada superaron los 15 puntos cada uno, pero los suplentes apenas aportaron ocho unidades. Con una rotación de ocho hombres será imposible ganarle a Miami, y más si tu pivot titular se hace expulsar tontamente.
El tercer partido también sirvió para confirmar el buen momento de Cole (está perfecto en los tiros de tres en la serie, con 8 de 8) y el resurgimiento de Bosh, que controló a Noah y jugó quizás su mejor partido en el año (20 puntos y 19 rebotes). Ellos lograron disimular el bajo nivel de Wade, que sigue desaparecido. Apenas intentó siete tiros al aro y promedia menos de 12 puntos por juego en la serie. Con el marcador 2-1, volverán a verse las caras el lunes por la noche.
Cruzamos todo Estados Unidos y vamos hacia la costa oeste. En Oakland, Golden State recibía a San Antonio con el ánimo por las nubes, producto de dos grandes tareas como visitantes. En el partido que abrió la serie el héroe fue Manu Ginóbili con un triple ganador tras dos tiempos suplementarios. El segundo fue calcado, sólo que esta vez no apareció la salvación de nadie y los Spurs cayeron ante la mejor noche en la carrera de Klay Thompson (34 puntos y 14 rebotes).
Ya en el tercer partido, el Oracle Arena se presentaba repleto y ruidoso como de costumbre. Hasta la transmisión de ESPN colocó un medidor de decibeles para saber lo estruendosos que son los seguidores de los Warriors. Pero la atmósfera no molestó en lo más mínimo a los de Popovich. Salieron convencidos en cambiar la pobre imagen que dejaron en San Antonio.
De la mano de una defensa mucho más sofocadora sobre Curry y Thompson, y una ofensiva aceitada, con más rotación y búsqueda del hombre libre, los Spurs silenciaron al público local poniendo las cosas en su lugar.
La noche de Parker fue perfecta. Sumó 32 puntos, con triples, conversiones desde el dribble y penetraciones punzantes. El francés tuvo un juego completo, como pocas veces se lo ha visto. Marcó el ritmo del partido y jugó a la perfección el juego de pared y desmarque con los internos, casi siempre quedándose la bola para él y encestando a media distancia. A pocos minutos del entretiempo, San Antonio parecía sacar una luza de ventaja.
http://youtu.be/8xDlUawNlzk
San Antonio calló al público de los Warriros, ganó 102-92 y lidera 2-1 la serie
Mientras tanto Thompson y Curry , seguían peleados con el aro, con apenas 11 puntos en 24 minutos. Entonces Mark Jackson decidió dar un volantazo y cambiar el ánimo de su equipo. Mandó a la cancha a David Lee, que por una lesión en la cadera tiene los minutos contados. Spurs estaba abriendo una ventaja importante, pero Lee respondió con 5 puntos, un rebote ofensivo y varias jugadas que engancharon al ruidoso público.
De todas formas la tarea de los Spurs seguía siendo impecable. Cada vez que GSW lograba encontrar ritmo en ofensiva, aparecía alguna jugada que devolvía el ánimo a la visita. Primero Ginóbili (12 puntos) con su chispa desde la banca cuando el partido estaba empatado, después Duncan (23 puntos y 10 rebotes) sacando un doble y falta en los últimos minutos. Los texanos dieron cátedra de oficio para jugar de visitantes.
Decía que la defensa tuvo un rol importantísimo, con tareas descomunales de dos hombres en particular: Danny Green y Kawhi Leonard. Al primero lo conocemos más por su efectivo tiro a distancia y orden en ataque, el segundo desde que llegó a la liga demostró que tiene todo (el físico, la técnica y la mentalidad) para ser de los mejores defensores.
Green mantuvo apagado a Curry (16 puntos, con apenas 5 conversiones) casi todo el partido. Menos en el primer cuarto, el resto de los minutos el habilidoso conductor de GSW veía cómo Danny le adivinaba todas las fintas, no caía en ningún amague y corría entre las cortinas con ductilidad para no darle espacio. A tal punto fue pegajosa la marca sobre Curry, que el base dobló su tobillo izquierdo tratando de abrirse espacio para tirar. Leonard hizo lo propio con Thompson (17 puntos , 7 de 20 en tiros). La cualidad de Kawhi estuvo en sacar ventaja de su estatura, y sobre todo de sus largos brazos.
Así Popovich y los suyos ganaron un juego clave para la serie. Pasaron al frente 2-1 y llegarán al cuarto partido con la confianza por las nubes, esperando volver a casa con match point a favor.