La tienda o el paraíso de las chicas

#BazarDeEstilo

The Paradise es una serie tan de chicas que vendría a ser como una Downton Abbey pero en versión tienda de ropa. Por eso le hago un lugar en este blog, no es que ahora me voy a dedicar a escribir reseñas de películas y series, es que ésta tiene todo para convertirse en la preferida de las chicas de la moda (y de las chicas en general).

Ya sabemos cómo funciona el relato en Downton Abbey: tenemos una casa en la que conviven una familia de clase alta con una multitud de sirvientes. Entre estos dos planos, arriba y abajo, se mueve la historia, que se interconecta a través de doncellas, valets y mayordomos. En The Paradise el esquema es similar: por un lado, está el dueño de un gran negocio y sus vínculos con la gente de la alta sociedad; y por otro, están sus empleados y los comerciantes del lugar. Si en la primera el escenario es una casa hermosa, acá los hechos suceden en un bazar luminoso. Una tienda soñada a la que nos encantaría ir de compras.

Aunque la idea es halagar a The Paradise hay que decir que, comparada con Downton Abbey, la historia es quizás demasiado obvia llevada por personajes a los que les falta sutileza. ¿Cuál es, entonces, el valor agregado de The Paradise? ¿En qué sentido puede convertirse en la preferida de las chicas de la moda? En que el relato no sólo hilvana vínculos amorosos sino que también narra el origen del concepto de tienda tal como hoy lo conocemos. Todo es abordado en la serie: marketing, construcción de vidrieras, precios, rebajas, logística, publicidad, comisiones.

La narración se ubica a fines del siglo 19 en alguna ciudad británica donde se encuentra The Paradise, una tienda de textiles y complementos que ofrece todo el vestuario necesario para hombres y mujeres y que viene a competir con los pequeños comerciantes de la zona que, con razón, ven una amenaza en el nuevo modelo de negocio. John Moray, un joven viudo entre encantador e inquietante, es el dueño de la tienda y el que se encarga de traer las ideas nuevas del progreso. Denise Lovett es la protagonista, una joven adorable que llega desde un pueblo para trabajar con su tío Edmund, un modisto de la zona que sufre la disminución de ventas debido a los encantos de The Paradise. Será por estos problemas en la economía que Denise terminará trabajando en el gigante de las ventas. Allí atenderá la sección de ropa de señoras y descubrirá que es una fuente inagotable de ideas de protomarketing que no sólo atraerá a los clientes sino también a Moray.

La historia está basada sobre la novela de Émile Zola, El paraíso de las mujeres. Si tienen ganas de leerla, adelante, es una linda lectura, pero sepan que hay páginas y páginas de descripciones y que el romance de los protagonistas no llega a ser tan picante como en la serie. Lo más interesante de los dos textos es que nos permiten asomarnos al universo de los tiempos en los que a ninguna mujer se le hubiera ocurrido comprarse ropa sacada de un perchero ya manufacturada. Una de las protagonistas, Miss Glenndening, durante un paseo por los mostradores del lugar asegura, por ejemplo, que ella jamás se compraría un vestido que podría usar también la hija del carnicero.

La serie muestra las primeras estrategias de marketing de estos grandes almacenes para conquistar el corazón de las mujeres de la época. Es que hasta ese momento nunca se había expuesto la mercancía de forma tan atractiva y con precio fijo. Moray en un capítulo dirá que ellos no apelan a las necesidades, sino a los deseos de todas las mujeres, no sólo de algunas, democratizando así las compras. Agradecemos los planos de todos los rincones de la tienda con estantes de madera, ventanales de vitraux, cortinas de terciopelo y vitrinas repletas de vajilla, sombreros, botones, bordados, encajes, guantes y adornitos encantadores. Todo es precioso y con una estética impecable que quizás no sea demasiado verosímil con la época retratada, pero que igual la queremos porque es hermosa.

Moray sabe con certeza que debe dirigirse hacia el público femenino si quiere expandir su negocio. En un capítulo, una vez más, Miss Glenndening dirá que ir de compras a un lugar como The Paradise se está convirtiendo en una actividad social a la misma altura que salir a tomar el té. En ese mismo capítulo, una amiga suya que llega de visita para buscar algo de sosiego, queda como hipnotizada con las estanterías de la tienda y dice que comprar le quita la tristeza.

La capacidad de Denise para las ventas no sólo se muestra en las distintas ideas que conquistarán a Moray, sino también en el discurso persuasivo que logra a la hora de describir el género para un vestido, un perfume o un supuesto conjunto de ropa interior atrevida. Con semejante poesía expresada con la voz y la mirada, a mí en esa época –y hoy también- me hubiera vendido todo.

Pero no sólo de marketing vive el hombre. Porque para enterarnos de cómo surgió el modelo de negocio actual podemos mirar un documental y listo. Lo entretenido es que la historia del crecimiento de la tienda está aderezada por la tensión amorosa que va surgiendo entre Moray y Denise que, a medida que avanzan los capítulos, se irá complicando. Y ahí reside el logro de The Paradise: la combinación justa entre una estética impecable, una trama de negocios y una gran historia de amor.

Últimos datos: la temporada son ocho capítulos de una hora. Para 2013, la BBC proyecta una segunda temporada. Y para no quedarse atrás, ITV presentará Mr. Selfridge, otra serie de época sobre una gran tienda británica. ¡Gracias Jesucito!

Trailer The Paradise