Mudanza

#PHBoedo

Hace tiempo venía pensando que me gustaría robar con algo. Siempre veo gente que hace cosas que no sabe hacer realmente, incluso muchas veces viven de eso, “¿y yo qué?”, pensaba. ¿Soy tan fracasado que ni siquiera puedo hacer algo mal?

Por eso me puse tan contento cuando me invitaron a escribir este blog, al fin voy a robar con algo!

Esta es la historia de por qué odio a mis vecinos. A los diecinueve. Pero voy a retroceder un poco porque esta historia no es corta ni sencilla.

Hace menos de un año me vine a vivir a un PH en Boedo. No vine sólo, estoy con Sharon, mi novia, y Nico, mi perro.

A la gente le encanta dar consejos ¿no?, siempre que te vas a mudar te dicen “fijate que los caños estén bien”… genial, es un gran consejo si estás dispuesto a romper las paredes para mirar los caños. Tiene mucho sentido.

“¿Es frio en invierno? ¿Es oscuro a la mañana? ¿Tiene viento norte? Cuidado con eso…”, te aconsejan. Como si pudiera saberlo. No sé ni siquiera para qué lado es el norte.

Obviamente, después de varios meses acá, puedo adelantarles que sí!, es frio en invierno, y no!, los caños no están en buen estado!. Sigo sin saber dónde está el norte, pero… diríamos que es bastante ventoso.

Pero hay algo que nunca te dicen los grandes consejeros, los eruditos. Nunca viene nadie y te aconseja… “¿por qué no le pedís un psicotécnico a tus futuros vecinos?”. Eso sí me hubiera ahorrado unos cuantos problemas.

Siempre es bueno de todos modos tener gente que te aconseje. Yo igual soy bastante precavido con las inmobiliarias porque ya tuve algunos problemas en el pasado. Siempre trato como mínimo de googlear y pedir un veraz del dueño. En este caso nos pasó algo muy curioso con Claudio. Luego de que nos mostró la propiedad por primera vez quedamos enamorados, pero cuando fuimos al Google, a ver con quien estábamos negociando, vemos que Claudio…

Me da un poco de pudor decirlo, pero Claudio aparece en los primeros lugares de un ranking de donantes para un banco de criopresevación de esperma.

A ver… yo no soy un dogmático. Pero pienso que hacer un top ten de masturbadores es de otra época, más de secundaria. La verdad que tenía mis dudas… pero Sharon me hizo ver las cosas desde otra perspectiva.

En realidad Sharon estaba enamorada del techo. Un techo de bovedilla muy bonito. La bovedilla es ese techo de ladrillos y vigas. Lo aclaro porque yo lo aprendí hace poco. Son techos muy vistosos, aunque a veces puede caer un poco de polvillo. Hay algunos productos que solucionan esto y a la vez realzan el color del ladrillo. Es muy interesante. Hay toda una industria alrededor de esto.

La cosa es que Sharon estaba desesperada por cerrar esta operación y me reordenó la información de modo que sigamos adelante. Me dijo “Mirá Matías, este tipo es un filántropo, usa su tiempo libre para ayudar a parejas que no pueden concebir…”

“Un filántropo del semen!”, pensé. Interesante… supusimos que dificilmente una red de estafadores inmobiliarios se comprometa de este modo con la experiencia de traer niños al mundo, y seguimos adelante, tratando de extenderle lo menos posible la mano a Claudio.

Al final todo fue de maravillas. Nos mudamos en mayo de 2012, y salvo algún caño roto, todo el inmueble es lo que Claudio nos vendió. Nunca supimos más de él. Ni de su semen, por suerte.

Los problemas vinieron después. Hay diecinueve problemas, todos con nombre y apellido.

Mi nombre es Mati Shapir, bah, en verdad es un seudónimo. Escribo bajo un alias secreto para proteger mi identidad. En este PH no sólo hay gente rara y molesta, hay gente peligrosa, gente que podría usar violencia. Violencia que va desde algo tan básico como un piquete de ojos, hasta tirarte un tackle alto cuando caminás por el pasillo central.

Todo lo que voy a escribir acá es real. Eso es lo que hace de esta experiencia un robo de verdad. Ni siquiera tengo que pensar! Sólo se trata de estar atento y las historias llegan solas

Ir al capítulo siguiente