Por: Agostina Fasanella
Muchas veces las personas consideran que lograr un objetivo depende mayormente de las ganas que tengan y sienten culpa cuando esas ganas no los acompañan.
Si bien, como siempre escribo en mis blogs, la cuestión emocional tanto de las ganas como del compromiso es importante a la hora de lograr resultados, no todo está influenciado por ello en forma lineal.
Los resultados que obtenemos dependen, en gran parte, de nuestro potencial. El potencial es la fuerza o poder que tenemos disponibles para realizar algo y hace referencia no solo al poder físico, sino también al intelectual (conocimiento, inteligencia, capacidad táctica y estratégica).
El desempeño en cada una de las áreas de nuestras vidas es igual a nuestro potencial menos las interferencias.
Las interferencias pueden ser de dos tipos, en primer lugar nos encontramos con los juicios o calificaciones que hacemos de las circunstancias, los objetivos, las personas, las cosas, vos mismo, etc. y en segundo lugar con las definiciones que tenemos acerca de cómo deben ser las cosas, los conceptos ya establecidos, lo que consideramos que “debe ser así”.
Todas estas cuestiones nos marcan la cancha de lo que creemos que podemos hacer y también de lo que creemos que no podemos hacer, limitando así nuestro potencial y refiriéndolo a una gama de los resultados que ya conocemos o que ya sabemos que podemos lograr. Estos resultados son los que llamamos resultados ordinarios.
Habitualmente nuestra vida se desarrolla dentro de los parámetros que conocemos y logramos resultados ordinarios cotidianamente. Esto está muy bien cuando lo que obtenemos es lo que buscamos, pero cuando lo que queremos lograr está fuera de nuestra zona de confort necesitamos superar estas interferencias para alcanzar aquellos logros que están fuera de lo ordinario, a los que llamamos resultados extra-ordinarios.
Es ahí donde trabajamos los Coaches a través de sesiones, acompañando a las personas a disolver y trascender esos juicios y definiciones que muchas veces nos “nublan la vista” y nos impiden ver la verdadera dimensión de nuestras capacidades.
Es ahí donde reside el mayor desafío: conectarnos con nuestras infinitas capacidades para desarrollar nuestro potencial al máximo y ese máximo puede ser ilimitado!
Agostina Fasanella
Coach Ontológico
Liderarte Consultora