Niña de los tejados,
que siempre te has mantenido en las nubes,
navegando sin rumbo.
Has crecido y el timón ha cambiado de destino,
Sin darte cuenta perdiste el rumbo.
Hay que volver ha construirte, para que sigas creciendo,
para llegar a alcanzar las estrellas
que siempre quisiste.
Niña de ojos negros,
Cuantas lagrimas derramaste sobre el tejado
Tanta inocencia lastimada,
Porque todavía no la perdiste y tan solo falta,
que vuelvas a recuperarla.
Sensibilidad innata, que cubre los prados con flores,
Con solo enfocar su mirada.
Niña dulce,
Que solo buscas gotas de amor,
en los capullos recién nacidos,
no te desesperes, ni pierdas tu esencia,
por no mostrarte débil,
ante los altos arboles del bosque perdido.
Deja que tu aroma llegue a las copas,
y sin esperarlo, se desintegrara la copa,
que oculta los hermosos matices de su tronco.
Niña de los tejados,
Que has bajado a contemplar la tierra,
Vuelve al cielo,
Porque las serpientes no pueden convertirse en pájaros.
Y tú, pájaro, no puedes dejar de volar por los cielos,
Tus alas te piden que vuelvas a intentar llegar a las estrellas….
María de los Milagros Baylac