Llego el día, entramos a un edificio de chinos, donde una mujer ayudante del doctor abrió la puerta y nos hizo entrar al consultorio, y un simpático doctor nos recibió con su ayudante que hablaba un poco ingles. Me hizo sentar en un asiento y me pidió que le mostrara las manos, leyéndome las lineas de las manos mientras el ayudante me traducía, me dice ” usted goza de buena salud porque esta aquí”, a lo que le conteste que venia a experimentar la acupuntura, me pregunto mi historia clínica mirando las lineas de la mano. Luego me hizo mostrarle la lengua y despues le saco una foto a mis orejas y empieza a agrandar y mostrarle a sus ayudantes”Ella es una mujer feliz”, lo cual me pareció gracioso. Estaba muy preocupado que no me había casado todavía y me hacia reír sus comentarios y su forma de sacar el diagnostico medico con esas formas pero lo que me decia era correcto. Luego nos traslado a otra sala donde había camillas y nos hizo recostarnos con mi amiga que ya estaba acostumbrada a la situación.
Primero me rastillo literalmente la espalda con una piedra y despues me puso unos aceites para prepararme la piel para ponerme las ventosas (conocida como ventosaterapia), que son unos frascos de cristal que hacen una suerte de sopapa con la piel para generar cierta tensión en el cuerpo que provoca la purificación de la sangre. Las Ventosas son uno de los métodos más antiguos de la medicina tradicional china. Despues me hizo masajes tocandome puntos neurálgicos en los cuales tenia sensaciones contradictorias, por un lado me reía mucho y por otro lado lograba hacerme llorar del dolor pero sentía que tenia experiencia al hacer lo que hacia, lo cual me daba mucha tranquilidad. Luego me hizo sonar todo el cuerpo y me dijo que podía irme.
Asi fue como nunca me hizo acupuntura, me hizo unos masajes que me hizo llorar y reír, pura contradicción porque me conecto con sensaciones raras de mi cuerpo que no sabia que podía reaccionar así al apretar ciertos puntos, y nunca conversamos el precio de lo que iba a pagarle, por suerte me hizo el 50 % de descuento porque era amiga de mi amiga,y me dio una hoja de papel y un lápiz para que le hiciera un dibujo de regalo dado que mi amiga le contó que era artista plástica. Así fue como lo dibuje con un corazón donde crecía un árbol, porque sentía que tenia mucha simpleza pero al mismo tiempo mucha sabiduría.La experiencia fue increíble, altamente recomendable.
Fui a acupuntura y al final nunca me puso una aguja. Sentí que hacia bien su trabajo, porque me vio sana para no tener que pasar por la experiencia, sentí el cuidado. Ahora estoy completamente en estado de plenitud, me dejomuy bien el chino y sus metodos extraños, eso si mi espalda por dos días quedo con lunares gigantes por el efecto de las ventosas que coloco en mi espalda. Lo mejor es confiar en los tratamientos y al mismo tiempo tener nuevas experiencias hacen que uno sume.
Viajar es también permitirse salir de la rutina para experimentar otras cosas, para nutrirse, ganar y expandir los limites de lo conocido. Entre convencida a vivir algo y termine viviendo otra situación diferente. Cosas que pasan en China o en países donde uno no puede comunicarse con el idioma y al mismo tiempo cuando se permite abrirse a la experiencia. Yo solté, confié y me deje sanar a su manera, desde ya agradecida a la plenitud que sentí desde que salí del consultorio. Tal vez alguna otra vez termine con las agujas en el cuerpo, por lo pronto disfrute de lo acontecido.