Por: Diego Hernán Armesto
Estas fechas mayormente nos permiten hacer un balance del año que paso, desde un punto de vista podemos decir que fue un año complicado en lo institucional y político.
No podemos negar que al principio del 2012, más exactamente en febrero, nos encontramos con la “tragedia de Once“, la que dejo traslucir una verdad conocida por todos, las falencias que existen en el sistema ferroviario argentino, accidente que se llevo 51 vidas, y que desnudó que la “corrupción” también mata.
Así también, nos sorprendimos que esta Administración tardará 9 años en darse cuenta que Repsol nos estaba vaciando de nuestros recursos energéticos, y así recuperamos la soberanía mediante el proceso constitucional de expropiación (confiscación) de Y.P.F.. Sin dejar de tener presentes el traspaso de servicios de “subtes”, el voto a los 16, los debates sobre la reforma del Código Civil, entre otros temas.
Es dable reseñar las grandes movilizaciones el “13S”, el “8N”, el paro general del “20N”, y la fecha de inicio de la democratización y pluralidad de voces el “7D”, entendiendo que cada fecha, cada día, no es parte de la épica del discurso oficialista, no es una lucha de amigo – enemigo, sino que a nuestro entender cada día nos debe permitir el dialogo, y de esta forma construir los mínimos consensos para encontrar esos lugares comunes a las soluciones de los problemas de los argentinos.
Esta Administración de gobierno, en este año que paso, se ha encargado de darle una impronta caprichosa a las palabras, otorgándole un sentido que poco tiene que ver con su real significado, reduciendo la “democratización” a la “democracia plebiscitaria” entendiendo que ella funciona solamente cada dos años, y la democracia es una forma de vida, que se debe vivir todos los días.
Este 2013, nos invita a repensar el país, en este año hay elecciones de medio termino, y cada uno tendrá la posibilidad de elegir diputados, senadores, legisladores provinciales y concejales, mediante el voto, podremos homenajear a todos aquellos que lucharon por nuestra democracia que cumple 30 años, y entender a la misma como una forma de vivir, donde se respeten las libertades de cada uno, las distintas opiniones y entender que los derechos humanos son para todos y todas.
La democracia debe ser interpretada como un sistema vivo, dinámico, en donde las circunstancias y los tiempos la perfeccionan y adecuan a cada época, por ello, este año que comienza, nos debe hacer reflexionar y entender que es necesario el sano y buen funcionamiento del sistema republicano y democrático de gobierno, no reduciéndola solamente al voto, sino como una forma de vida, que nos permita encontrar las soluciones a los problemas que nos aquejan a los argentinos.