Por: Diego Hernán Armesto
En el día de mañana la Cámara de Diputados se apresta a dar sanción definitiva al Memorándum firmado con la República de Irán. El oficialismo, necesita para llegar al quórum de 129 diputados, se sabe que el número para la sesión será ajustado, pero tal realidad no debe implicar consecuencias institucionales, que a nuestro entender son graves.
Para asegurar el dominio en la Cámara de Diputados, el kirchnerismo y aliados no descartan que estén presentes para abrir la sesión la tucumana Beatriz Mirkin, que presentó su renuncia para asumir como ministra de Desarrollo Social de José Alperovich, y el chubutense Carlos Eliceche, que pidió licencia para ejercer como jefe de Gabinete del gobernador Martín Buzzi.
Tales anomalías son una afrenta a las normas constitucionales, ya que el Art. 72 de la Constitución Nacional establece “Ningún miembro del Congreso podrá recibir empleo o comisión del Poder Ejecutivo, sin previo consentimiento de la Cámara respectiva, excepto los empleos de escala”, el Art. 73 último párrafo “Los eclesiásticos regulares no pueden ser miembros del Congreso, ni los gobernadores de provincia por la de su mando” y el Art. 105 versa: “No pueden ser senadores ni diputados, sin hacer dimisión de sus empleos de ministros”.
Al momento de asumir sus bancas, los Diputados y senadores juran “de desempeñar debidamente el cargo”, por tal motivo, existe una situación fáctica donde tanto Mirkin como Eliceche asumieron sus cargos en sus provincias, por lo tanto la incompatibilidad es palmaria, y no se presta a ningún tipo de interpretación, más allá de las reglas establecidas.
El mismo reglamento de la Cámara de Diputados prevé esta situación, y es ella quien otorga el permiso, los cuales no podrán ser concedidos, en caso alguno, con la autorización de ejercer simultáneamente las funciones legislativas, el argumento esgrimido será que nunca la Cámara de Diputados trato la renuncia o el pedido de licencia, pero claramente existe una incompatibilidad, que no permite el menor análisis, ya que el ejercicio de dos funciones no permite el desempeño debido, tanto de legislador como el de ministro provincial.
En conclusión, todo este tema sobre la incompatibilidad, se funda claramente en la soberanía popular, tiene una relación directa con la división de poderes y en la necesidad de salvar al Congreso de cualquier atropello, pareciera que la regla para aprobar el “Memorandum” es la del “todo vale”, para nosotros la regla debe ser “institucionalidad y la república”.