Por: Diego Hernán Armesto
En el día de ayer la Corte Suprema de Justicia dictó un fallo ejemplar en contra de la reforma al Consejo de la Magistratura impulsada por esta Administración de Gobierno, claramente en cada una de las páginas de la sentencia del Máximo Tribunal se puede observar una clara señal a la institucionalidad y al respeto de la Constitución.
La Corte nos recuerda la importancia del principio republicano, el cual se encuentran vigente, ya que los poderes ejercen sus funciones limitadas por la Constitución y se encuentran divididos entre sí, en tal sentido la República tiene su base de sustentación en la igualdad de los hombres, debiendo entender que el gobierno tiene el poder dado por el pueblo, quien lo elige y este es responsable ante él por su administración. Entendiendo además que el pueblo participa en los tres estamentos de gobierno, es decir, en el poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial, por cuanto esta unidad de los poderes conlleva a que todo el obrar del Estado debe estar dirigido al total “acatamiento de los principios, declaraciones, derechos y garantías reconocidos en el pacto fundacional argentino“.
El Poder Judicial, como uno de los poderes del Estado tiene la obligación de defender las principios básicos de la Constitución y claramente tiene la facultad de tomar decisiones sobre la inconstitucionalidad de las normas, atribución que fue llevada a cabo en este proceso de reforma al Consejo de la Magistratura.
Claramente la Corte estableció que no se puede “…bajo la invocación de de defensa de la voluntad popular, pueda propugnarse el desconocimiento del orden jurídico, puesto que nada contraria más los interés del pueblo que la propia transgresión constitucional“, en tal sentido nada mejor que releer al ideólogo de la Constitución Juan Bautista Alberdi quien decía al respecto “la omnipotencia de los poderes hace desaparecer su división e independencia reciproca, y con ella la esencia del gobierno representativo”.
El fallo de la Corte Suprema deja establecida la independencia del Poder Judicial, y la importancia que revisten los limites existentes a los otros poderes del Estado, no se trata de actitudes “destituyentes“, por cuanto lo que buscó la sentencia fue la de reivindicar que el juez debe actuar de forma independiente e imparcial, como custodio de la Carta Fundamental, llevando a cabo una exhaustiva y pormenorizada interpretación del Art. 114 de nuestro ordenamiento jurídico, para entender que también es una obligación de cada uno de los poderes el de respetar los limites existentes, ya que tal limitación, significa el núcleo de un gobierno libre.
En conclusión, nuestro Máximo Tribunal con este fallo dejo por sentado que no se trata de la prepotencia de las mayorías circunstanciales, sino que todo lo contrario, se trata de respetar la Ley, y pone de relieve la importancia de una sana interpretación del texto, en definitiva, la solución a muchos de nuestros problemas se centra en comenzar a respetar nuestro sistema republicano de gobierno, y claramente se trata de respetar la Constitución.