El Nepotismo como herramienta de construcción política.

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En pocos días debemos concurrir a las urnas, y de las listas uno encuentra que la construcción política, o la tan ansiada renovación se da en los cuadros familiares, en los grados que sean, lo importante, es que el nombre del “caudillo” este en la boleta.

Como decía el destacado constitucionalista y profesor José N. Matienzo, “la preocupación principal de los gobernadores, salvo escasas excepciones, no es gobernar, sino mandar. La manera usual de expresar que un gobernador ha tomado posesión de su cargo, es decir que ha asumido el mando”, y pareciera que en el orden local pasara lo mismo, los intendentes del Conurbano Bonaerense, y algunos Gobernadores, solo quieren mandar y mostrar que son los “caudillos” territoriales.

De esta manera, el Gobernador de provincia o el Intendente Municipal, tiene la investidura suficiente como para poder designar los candidatos para diputados y senadores provinciales y concejales, siempre y cuando el vínculo sea familiar, en tal sentido los gobernadores e intendentes son los supremos dispensores de todo cargo político cuya elección corresponda a la provincia o municipio.

Esta situación, conocida como nepotismo, debe entenderse como la preferencia que tienen funcionarios públicos para dar empleos a familiares o amigos, sin importar el mérito para ocupar el cargo, sino su lealtad o alianza. Esta regla se da claramente en esta próxima elección, así es que cuando ingresemos al cuarto oscuro nos vamos a encontrar con hermanos, suegras, cuñados, primos en las listas, premiándose la lealtad familiar.

En este sentido y a propósito de estar a pocos meses de cumplir 30 años de democracia, en la practica estamos lejos de madurar y perfeccionar nuestra democracia. Ayer las testimoniales, y ahora esta regla que atenta contra la calidad institucional, por cuanto la tendencia a la oligarquía es la regla, y ella afecta profundamente las instituciones