Por: Diego Hernán Armesto
Seguramente, si preguntamos a cualquier persona qué se conmemora el 1º de mayo y por qué es feriado, la respuesta será, sin lugar a dudas, que se celebra “el día internacional del trabajador” en honor a los llamados “Mártires de Chicago”. Nadie puede negar que esta fecha, inamovible del calendario de feriados, es y será para festejar ese día; pero cabe destacar que el 1º de mayo tiene una implicancia aún más profunda para los argentinos: es “el Día de la Constitución Nacional“.
Hace exactamente 161 años, en la ciudad de Santa Fe, 25 hombres sancionaban la Constitución de la Nación Argentina que, con todas sus reformas, nos rige desde aquella época.
Ahora bien, cuando uno se pregunta qué es una Constitución, nada mejor que buscar la respuesta en el mismo pueblo, que es que se la da a sí mismo mediante un contrato por el cual busca los mecanismos que limiten el poder el Estado en el cual delegan su representación, y ponen sus esperanzas e ideas de bienestar.
La Constitución es entendida también como una herramienta de progreso y una polea de desarrollo para la conformación de una verdadera República. Es más que claro que el proceso constitucional argentino culmina indefectiblemente con la sanción de la Constitución de 1853/60. Más esta fecha debe ser un tributo a aquellos hombres que buscaron brindarnos un texto que nos sirva para crecer como pueblo y ser una Nación plena de libertades.
En este sentido, el entonces constituyente Juan María Gutiérrez afirmó que la Constitución Argentina es el pueblo de la Nación hecho Ley. Ésta es la más perfecta síntesis de nuestro texto fundacional y la justificación más precisa de conmemorar hoy su sanción. La Constitución somos todos: debemos respetarla y rendirle tributo todos los días.
Para concluir, nada mejor que hacer nuestras las palabras pronunciadas por el convencional Facundo Zubiría ese 1º de Mayo de 1853 -quien, en un principio, se había opuesto a la sanción de la Constitución-: “…quiero ser el primero en jurar ante Dios y los hombres, ante vosotros que representáis a los pueblos, obedecerla, respetarla y acatarla hasta en sus últimos ápices, en el acto mismo que reciba la última sanción…”.
En suma, éste debe ser un mensaje para todos, sin excepción: la Constitución debe honrarse, respetarse y obedecerse todos los días, por cuanto en ella está expresada la soberanía popular, que no es más ni menos que la voluntad del pueblo que habita la Nación argentina. Esta fecha nos debe invitar a reflexionar y entender que, para vivir en libertad, donde se respeten cada uno de nuestros derechos, es necesario atenernos al mandato constitucional, para algún día vivir plenamente en un Estado Constitucional y Convencional de Derecho.