Los nombres de los planetas, inspirados en Zeus y otros dioses griegos

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La relación que establecieron los astrónomos entre los planetas y los dioses griegos

El Solar Solar, como todos sabemos, es un régimen planetario situado en la Vía Láctea, una de las diversas galaxias que ciñen el Universo. Dejando de lado la reciente denominación de Plutón como planeta “enano”, hasta no hace mucho tal sistema estaba compuesto por una estrella brillante como eje, el Sol, y nueve planetas que circulaban su correspondiente órbita alrededor de aquel. Sabiendo casi de memoria el nombre de cada uno de los planetas y con alguna dificultad sus respectivos satélites, poco sabemos de la etimología de dichas nominaciones. En efecto, diremos que los nueve cuerpos celestes, la mayoría de los satélites e incluso el Sol, son dioses griegos, sólo que sus designaciones nominales son producto de los nombres que dichas divinidades recibieron por parte del Imperio Romano, cuando la mayoría de las ciudades helenas fueron añadidas al régimen en el año 146 A.C.

El Sistema Solar con los planetas, cuyos nombres provienen de los dioses griegos nominados por los romanos al conquistar Grecia

Comenzaremos por el Sol. En la Mitología Griega, el dios Helios, hijo de Hiperión y Tía, era la divinidad que representaba al Sol y quien conducía el carro solar que llevaba calor y luminosidad a toda la Tierra. En su momento de descanso luego de la faena, se detenía en la Isla de Rodas, donde con la bella Rode tuvo siete hijos, a los cuales inculcó la profesión de la Astronomía. Este mito hizo que los habitantes de la isla homenajearan al dios con una estatua colosal (El Coloso de Rodas). A medida que su edad avanzaba, Helios ya no disponía de la fuerza necesaria para conducir el carro de fuego, razón por la cual intentó trasladar sus tareas a su hijo Faetón, pero el irreflexivo joven fantaseó con alcanzar la velocidad del rayo en sus obligaciones e incendió la Tierra. Finalmente, sus tareas fueron posteriormente realizadas por el dios Apolo, hijo de Zeus.

El Coloso de Rodas, una de las 7 maravillas del mundo en la Antigüedad, representaba al dios Helios, es decir, al dios del Sol.

El primer planeta del Sistema Solar es Mercurio, nombre que el dios Hermes adoptó para la cultura romana. Era el dios mensajero por excelencia, al igual que su media hermana Iris, ambos hijos de Zeus. Inventor del alfabeto entre otras artes, poseía una personalidad muy fogosa y libidinosa (¿por su cercanía al Sol?), lo que lo llevó a tener una inmensa descendencia.

Hermes fue rebautizado como Mercurio por los romanos. Más tarde, el primer planeta del Sistema Solar sería llamado así en su honor

El segundo planeta es Venus, nombre elegido en homenaje a la diosa del mismo nombre para los romanos. Es una de las diosas más reconocidas después de Zeus y su gracia original es Afrodita, la diosa del Amor. Mucho se dice sobre la belleza del planeta por su brillantez y esplendor y esto tiene que ver con la hermosura atribuida a Afrodita. Tan relevante es dicha diosa en la Mitología Griega, que Venus, junto con La Tierra, son los dos únicos planetas que recibieron nombres femeninos.

El Nacimiento de Venus, de Boticelli, representa el origen de la diosa Afrodita. El planeta recibió su nombre romano por su belleza

La Tierra, o Terra para los romanos, no es otra que la diosa Gea, hermana y esposa de Urano, uno de los primeros dioses del Universo. Representada como una mujer con cuerpo joven y cara avejentada, es precisamente la madre de todos los dioses, salvo de Tártaro, su padre. Con su hermano–esposo Urano tuvo una vasta descendencia, como ser los Cíclopes, a Equidna y Tifón entre otros. De su nombre proviene la denominación de Pangea, el continente único que existió sobre el final de la era Paleozoica, en donde precisamente todos los continentes se encontraban concentrados en uno, es decir, en la madre Gea.

Gea o Terra Madre para los romanos dio nombre al planeta que habitamos

Marte es conocido como el planeta rojo y es el nombre romano que absorbió el dios de la Guerra Ares, tantas veces mencionado en nuestras publicaciones. Quizá su aspecto rojizo tenga que ver con la sangre derramada por el belicoso dios, siempre vigilado de “cerca” por su padre Zeus (Júpiter).

Ares, dios de la guerra. Su denominación romana “Marte” dará identidad al “planeta rojo”

En ese sentido, Zeus adoptó el nombre de Júpiter en la cultura romana y es el quinto planeta del Sistema Solar. Cómo máximo dios del Olimpo, no cabía otra posibilidad de que diera identidad al planeta más grande. Cerca de su hijo Marte (Ares) para aplacar con sus retos la irascibilidad del dios, también es vigilado por el otro flanco por Saturno, su padre. Asimismo, Júpiter posee varios satélites, de los cuales nos quedaremos con Europa y Ganímedes. Ambos son personajes de la Mitología Griega que fueron secuestrados por Zeus y que hoy “descansan” a su lado como satélites. La primera fue raptada por el dios transformado en un toro blanco que apareció desde las profundidades del río dónde la hermosa joven su bañaba, mientras que el segundo fue apresado dada su belleza. Posteriormente ocupó el cargo de copero de Zeus en el Olimpo.

Zeus fue rebautizado como “Júpiter” por la cultura latina. El dios más grande debía, inexorablemente, identificar al planeta más colosal

Saturno, por su parte, además de ser el sexto planeta del Sistema Solar, es el nombre que acogió al Titán Cronos en la cultura latina. Cronos fue destronado por sus tres hijos varones Zeus, Poseidón y Hades, quedándose el primero con los cielos, el segundo con los mares y el tercero con el Inframundo. Sus anillos representan de alguna manera las ataduras a las que estaba sometido para que no pudiese huir de su cautiverio e intentar así recuperar su trono. Saturno también tiene varios satélites, pero nos quedaremos con Rea (en honor a su esposa), Hiperión y Jápeto, (en honor a los dos Titanes hermanos de Cronos -o Saturno.

Cronos devorando a uno de sus hijos. Más tarde, el máximo dios hasta la asunción de Zeus, dará nombre a Saturno, el segundo planeta más grande

El séptimo cuerpo celeste es Urano, y nos remite al dios que no sufrió ningún cambio en su denominación.  Es importante remarcar el detalle de que Júpiter (Zeus), Saturno (Cronos) y Urano forman una línea cronológica de reinado y de relación paternal que se emparenta con su contigüidad cósmica. En efecto, Urano es el padre de Cronos y abuelo de Zeus, que fue castrado por su hijo para luego ser destronado. De los testículos cercenados que cayeron al mar se formó una espuma seminal de la cual nació Afrodita, es decir, Venus.

Urano, el dios castrado y derrocado por su hijo Cronos (Saturno). De la espuma seminal que cayó al mar nacerá Afrodita o Venus

El octavo planeta es Neptuno, lo que equivale a remitirnos al dios Poseidón. Hermano de Zeus y Hades, Poseidón es uno de los dioses más poderosos y quizá por ello su nombre fue elegido para representar a este planeta, que es el cuarto más grande, detrás de los “reyes” Júpiter, Saturno y Urano. Su color azulado nos transporta a los mares, aposentos del dios que lo representa.

Poseidón o Neptuno dio nombre al planeta azulado, característica similar a la de los mares que el dios del tridente gobernaba

El último planeta es Plutón. Como advertimos al comienzo, en los últimos tiempos la ciencia ha dispuesto que abandonase su condición de planeta tradicional para pasar a ser un planeta enano. De todas formas, hay que decir que Plutón es el nombre romano que recibe Hades y su relación con el planeta tiene que ver con que, cuando Hades derrotó y destronó a su padre  junto con sus hermanos Zeus (Júpiter) y Poseidón (Neptuno), el primero lo engañó y lo envió a gobernar a las distantes tierras del Inframundo, situación de lejanía parecida a la que sufre nuestro pequeño planeta congelado…

Hades fue rebautizado como Plutón por los romanos. Luego, dará nombre al planeta más pequeño.