Por: Alejandro Caruso
Guns N’ Roses luego de su esplendorosa gira sudamericana se presentó en el Revolver Golden Gods Awards 2014, donde brindó un mini-set y Axl fue homenajeado por su trayectoria.
Aires de cambio parece traer este 2014 para Guns N´Roses. Y principalmente para un Axl renovado desde su ánimo, energía y espiritualidad, mucho más centrado pero a su vez acercado a lo que supo ser en los comienzos de la banda más peligrosa del mundo.
Tampoco apunta exclusivamente a lo musical, que gracias a la contribución del experimentado Duff McKagan quien le aporta más solidez y mística a la agrupación sobre el escenario, sino también en lo actitudinal, ya que pensar en que Axl se preste a una entrega de premios como hacía mucho tiempo no pasaba, de buena manera y encima a tocar diez temas, parecía algo inusual. Entonces sí, el rock ha vuelto.
La ceremonia llevada a cabo en el Club Nokia de Los Ángeles, no solo sirvió de excusa para que demuestren por qué son los putos amos, sino además para darle al frontman el premio Ronnie James Dio Lifetime Achievement a su trayectoria. Trofeo que el prestigioso y quincenal magazine estadounidense Revolver ofrece desde 2009, año que celebró su primera entrega.
Después de recibir el galardón de manos de Nicholas Cage (el del Mortal Kombat no, ese es Johnny, este es el actor de Ghost Rider, el Vengador Fantasma, entre otros “éxitos”), Axl se dispuso a dar un mini recital de diez canciones. Y realmente fue una síntesis de un show de GNR, porque el resumen no solo incluyó un jam característico de la banda (Babe I’m Gonna Leave You de Led Zeppelin), sino que además Axl se tomó el tiempo de 20 minutos para salir a diferencia de los demás agasajados que lo hicieron a lo inmediato.
Lógicamente, lo que varió fue la dimensión del escenario que quedaba chico por cantidad de músicos e instrumentos y la abolición de la pirotecnia. Así se suscitaron It´s So Easy, Welcome, Better, This I Love, You Could be Mine, Sweet Child, el Jam de Zeppelin, November, Knockin’ on Heavn Doors y Paradise City, con silbato y explosión de papeles incluido. Luego de Axl, el que se llevó la otra gran ovación de la noche de Los Ángeles fue Duff, quien se presentó en su país junto a Rose, por primera vez como reemplazante de Stinson.
Los Guns fueron quienes cerraron la velada pero también pasaron por el proscenio Joan Jett (la otra gran homenajeada de la entrega), Korn, A Day To Remember, The Pretty Reckless, Zakk Wylde, entre otros. Entre los premios a destacar, además del de Axl, sobresalen el mejor disco de 2013 a manos de la leyenda inmortal de Black Sabbath por 13 (Tony Iommi subió en nombre de la banda), y Synyster Gates y Zacky Vengeance de Avenged Sevenfold, con el premio Dimebag Darrell como mejores violeros del año.
El galardón máximo, que lleva el nombre del extinto ex vocalista de Rainbow y Black Sabbath, en esta oportunidad fue para un Axl que tal vez en mucho tiempo se encuentra en su mejor momento vocal, tras el exitoso paso por cada una de las 12 fechas de la gira sudamericana, en la que fue injustamente atacado por parte de la prensa local por su aspecto físico, siendo muy pocos los que destacaron la mejor performance desde Chinese Democracy a la actualidad. Ahora, por parte de la revista norteamericana recibe este mimo que lo canoniza como una de las leyendas del hard rock. A los demás, en otra etapa podría haberles contestado con Get In The Ring, pero en este momento de regocijo, hace lo mismo que sobre el escenario: esboza una sobradora sonrisa y mira a todos desde lo más alto.