Autor se busca

#LaLlaveMaestra

Todo escritor prolífico es habitado por  ciertos temas que se repiten a lo largo de su obra, muchas veces, tornándose en severas obsesiones.

Stephen King no escapó a la regla. En su top cinco de temas recurrentes están los automóviles, y más específicamente los camiones. En sus cuentos y novelas huelgan episodios dónde los inertes transportes son causantes de desastres, muertes e incluso, en más de un pasaje, los rodados cobran vida propia con fines perversos.

Con una ya vasta narrativa dedicada al tema, a fines del año 1.999 Stephen caminaba plácidamente por el costado de la ruta, cuando un camión lo embistió arrollándolo brutalmente. Luego de cinco cirugías en diez días, sobrevivió al accidente. Se cuenta que el extravagante escritor compró el mismo camión que lo pisó, y que literalmente, lo destruyó valiéndose de un martillo.

Huelgan ejemplos en todos los ámbitos de este tipo de profesías autocumplidoras. Una bien bizarra y particular ocurrió en la pintura: ver en #decoloresypasiones.

Resulta remanido y poco sustancioso, a esta altura, hablar del poder de los pensamientos, pero quizás estos hechos categóricos -ciertamente elocuentes- nos pongan contra la pared. Está clarísimo, los pensamientos tienen un grado de injerencia brutal en la realidad. Ahora ¿es eso suficiente para atribuirle consecuencias tan creativas y terribles al pensamiento? ¿es casualidad o causalidad?

Como nadie en su sano juicio puede contestar esa pregunta con seguridad. Nos queda la incomodidad de la incertidumbre y la libertad de la elección. Sí. Elección… Porque podés elegir qué querés pensar: si somos parte de un mundo caótico o creer que vos -o algo- organiza esto con meticulosidad. ¿Qué te conviene a vos pensar? A mi la segunda de las opciones me gusta más, porque traslada al actor de un lugar pasivo a otro de actividad creativa, me da más esperanzas… En fin, vos sacarás tus propias conclusiones. Autor se busca…

Para los casos en que el portador de la desgracia no elija lo que le convenga, y decida sumergir su vida en un infierno, aún queda en quienes lo rodean, manipular favorablemente la interpretación de la desgracia.

El caso del compositor Maurice Ravel -cuyo amigo pianista perdió un brazo en la primer guerra mundial- es muestra viva que el alquímico potencial resiliente no se limita a los protagonistas de los infortunios. Chequéalo en #lamusicaclasicavive.

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