Por: Miriam Molero
Hay un chino suelto en Buenos Aires. Bueno, chino americanizado. Bueno, tampoco lo que se dice suelto porque vino al BAN!, Buenos Aires Negra, el festival de novela policial que organiza junto a la Ciudad el escritor –gran compañero de asados- Ernesto Mallo. El chino en cuestión es Qiu Xiaolong y me toca a mí someterlo a interrogatorio en el día de apertura del festival (CCGSM, viernes 2 de agosto, a las nueve de la noche). Nació en Shangai y allí vivió hasta los 12 años cuando por motivos políticos su familia emigró a Estados Unidos. Hoy reside en St. Louis, Missouri, y da clases de literatura en la Universidad.
Había leído su primera novela, “Muerte de una heroína roja”, el año pasado. Se me había dado por investigar el policial en Asia/Sudeste Asiático (qué le vamos a hacer, soy así) a cuento de que tenía que entrevistar, casualmente también para el BAN!, a Christopher G. Moore, un canadiense que vive en Tailandia y cuyas novelas transcurren entre los manes y desmanes de la región. Así que, husmeando la zona, di con Qiu Xiaolong.
De Bonanza a James Bond
La primera impresión que dan las novelas del detective chino Chen Cao es que la intriga viene floja de papeles pero, poco a poco, uno va dándose cuenta de que el enigma de cada una de las historias no es más que una excusa para hablar de otra cosa. De hecho, el caso se resuelve y la novela puede continuar unas cuantas páginas más… Entonces, ¿qué es lo importante? Cuando uno lee las novelas de Qiu Xiaolong aprende cómo es la vida en China y descubre que no sabe nada. Hay que decirlo: en Occidente –excepto que seas sinólogo o, al menos, un interesado en el tema- nuestra idea de China pasó más o menos del Hop Sing de “Bonanza”, con la trenza y el sombrerito culi, a las luces deslumbrantes de Shangai por las que corre James Bond en “Skyfall”.
Ese espacio de historia en blanco desaparece a medida que acompañamos al detective Chen Cao en sus investigaciones. Y está muy bien. Porque una de las características principales de la novela negra es la crítica social. Hay una dura mirada del detective sobre la ciudad que lo rodea, la economía, los pobres, los ricos, las instituciones, los requiebres morales, el juego, la prostitución, la política… Ese es el imprescindible telón de fondo que le da más negritud a la negritud promedio del policial que ya, para ser policial, viene con algún muerto, bastante sangre y demás.
Si crees que vivir en la Argentina es demasiado, date una vuelta por China
Qiu Xiaolong hace que el detective Chen Cao, a la par que investiga, nos muestre esa otra China. La de la cruel Revolución Cultural, la de la discriminación contra los “negros” antirrevolucionarios, la de la apertura económica de la mano del Presidente Den Xiaoping, la de la corrupción socialista, la de la persecución política a lo Stalin. ¿Y cómo lo hace? Simplemente viviendo. Porque todo eso sucede en poco más que dos décadas durante las cuales Chen va a la Universidad, se gradúa y el Partido le designa el trabajo de policía…
Si los argentinos sufrimos anticomunismo, dictadura militar, apertura democrática con el FMI al cuello, neoliberalismo menemista, corralito, regreso del Estado, y todo esto nos parece mucho… Que si fuiste cómplice de la dictadura, que si fuiste víctima de la dictadura, que vendimos YPF, que compramos YPF, que privatizamos las jubilaciones, que estatizamos las jubilaciones, que si compramos dólares uno a uno, que si no podemos comprar dólares… Si esto es mucho para un tiempo corto no quieran saber lo que muestra Qiu Xiaolong en sus novelas.
Años 70. Revolución Cultural. ¿Así que sos un joven rebelde que lee en inglés? Al campo a vivir –y morir- en condiciones precarias para aprender lo que es el espíritu revolucionario. Si tu padre es empresario es un capitalista y eso lo hace un “negro” y, por lo lógica, tu madre es “negra”, tu hermano “negro”, vos sos “negro”. No sos “rojo” como la Guardia Roja que está para vigilar y castigar.
Años 79, el Presidente Den Xiapong va de gira a los Estados Unidos, se entrevista con Jimmy Carter, hay acuerdos diplomáticos y en la década del 80 todo cambia otra vez, vuelve a China y da la nueva orden: “Enriquézcanse”. Resultado: apertura de la economía. ¿Sos “rojo”? Malísimo, seguro fuiste un represor maoísta. ¿Eras “negro”? Ya no existe el negro, ahora hay emprendedores. Aparecen en China los nuevos ricos llamados “bolsillos llenos”.
Años 90. Continuación de la apertura económica, aumento de la brecha entre ricos y pobres, protestas civiles en reclamo de derechos, represión, pérdida de lo mejor del sistema socialista (la salud gratuita) y consecuencias de lo peor del capitalismo (contaminación de lagos y ríos por el crecimiento industrial indiscriminado), privatización de las empresas estatales.
Años 2000. ¿Google? ¿Lo qué? Habría que preguntarles a las Brigadas de Internet.
¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir
Dos señas de identidad de las novelas de la serie Chen Cao son: 1) la poesía china, tradicional y moderna; 2) la comida china, sus recetas y sus presentaciones.
Todas las historias contienen una alta dosis de poesía, filosofía y comida. Si creemos
saber algo de filosofía china por “El arte de la guerra”, de Sun Tzu, y los posters con frases de Confucio, estamos tan perdidos como cuando creemos comer comida china porque pedimos chow-fan y spring-rolls en la calle Arribeños. Adentrarse en las novelas de Qiu Xiaolong también es espiar otras formas de pensar, hablar, vivir y amar. Sabremos que un “guiren” es una persona decisiva en tu destino, una persona poderosa que te ayuda de forma inesperada. Sabremos que “xiao mi” significa “pequeña azúcar” y que alguien que merezca llevar un apelativo tan doblemente dulce es una “pequeña secretaria”, joven, secretaria y amante.
Chen Cao, un detective chino y negro
Otra de las características de la novela negra es que su protagonista es un detective pero difícilmente un policía. Necesariamente tiene que ser un rebelde, alguien que no sigue las reglas y es despreciado por la policía que lo considera un outsider. Aunque es cierto que también puede tratarse de un policía de carrera, desilusionado, con algún problema a cuestas: de alcoholismo o corrupción, por ejemplo.
El caso de Chen Cao es interesante porque, para empezar, como detallamos más arriba, Chen no eligió ser policía sino que el Estado le asignó ese puesto una vez finalizada su carrera universitaria con especialidad en Letras. Chen aceptó sin chistar y se convirtió en alguien con una suerte de doble vida más o menos pública: poeta e inspector. Esta ambigüedad en su carácter lo hace caminar por una cornisa: por un lado, sabe jugar el juego del Partido como alguien de adentro; pero por otro, siente una íntima resistencia ante el estado de cosas y eso lo convierte en un outsider. O sea que es policía pero piensa como detective de novela negra.
Qiu Xiaolong en Buenos Aires
Al haber vivido en China hasta los 12 años, no como un simple chico que juega en la calle con sus amigos sino como el hijo de un perseguido político, al haber emigrado y estudiado en los Estados Unidos, Qiu Xiaolong es un hombre de dos mundos y, por lo tanto, el intermediario ideal entre la cultura china y la de Occidente.
Las novelas de las serie Chen Cao fueron editadas por Tusquets. Se consiguen todas. “Muerte de una heroína roja” es la primera y “El crimen del lago” es la última. Sugiero respetar el orden cronológico en la lectura para poder seguir con precisión la historia del país, la de Chen Cao y la de algunos personajes que lo rodean tanto sus familiares o su mano derecha en la policía, como la serie de políticos, empresarios y por qué no, criminales, que va conociendo en su carrera.
Tienen dos oportunidades para conocer al escritor Qiu Xiaolong en el BAN! La primera es el viernes 2 de agosto, a las 21, en el Centro Cultural San Martín. Ahí voy a estar yo a cargo del interrogatorio. La segunda es el domingo 11 para charlar de “Crimen y política”, también a las 21 y en el CCGSM.
Pueden preparar preguntas para formularle en la entrevista pública. Sobre sus libros, sobre China, sobre sus padres, sobre política, sobre la novela negra. Yo ya tengo unas cuantas. Una fundamental: ¿qué pasa con Chen Cao y el sexo?
Ah, porque en las novelas hay sexo. Pero sexo chino. ¿No lo mencioné antes? ¿Quieren más? Los espero el viernes a la noche.
Qiu Xiaolong corregido y aumentado: los spring-rolls del exilio
Durante la entrevista pública en el BAN! le pregunté a Qiu Xiaolong por los detalles de su exilio en los Estados Unidos ya que me había topado con historias diferentes y nos contó la versión exacta. En 1949 su padre era comerciante cuando el Partido Comunista tomó el poder en China. Su padre fue considerado un “negro” y así también toda su familia, el pequeño Xiaolong incluido, que se convirtió en el “black puppy”, el cachorro negro. Sabía desde niño que no tenía futuro. Más adelante logró abrirse camino y ya tenía más de 30 años cuando viajó a los Estados Unidos con una beca de un año para un trabajo sobre el poeta T. S. Elliot. Durante esa estadía tuvieron lugar las revueltas de Tiananmen y él, como otros jóvenes chinos que se encontraban en el exterior en ese momento, hizo una actividad para recaudar fondos para los estudiantes que se manifestaban en las calles de China. Esa actividad fue difundida por La Voz de las Américas y así llegó a oídos del gobierno chino. Actuar “en contra de la política del gobierno” fue considerado un crimen y ya no pudo volver a su país. ¿Cuál fue su actividad? Cocinar y vender spring-rolls.