Mi no-entrevista con Patrick Deville: “Permítame una pregunta: ¿Yersin era homosexual?”

#LíneaMaginot

BIARRITZ -. Estoy en el Festival de Biarritz Amérique Latine y me entero de que está Patrick Deville. Sí, el mismo, el autor de “Peste & Cólera” que tanto vengo recomendando aquí en Línea Maginot. Sin dudarlo, solicito una entrevista con él. Me la dan para el día siguiente a las once de la mañana. En cuanto me avisan, comienzo a planificar el reportaje, a trazar los puntos neurálgicos que no debo olvidar: cómo se topó con la historia de Yersin, el discípulo de Pasteur; la relación de ciencia y política; el cuadro de época donde un hombre no era simplemente científico sino también aventurero, conquistador, guerrero, escritor, poeta; el cruce de “Peste & Cólera”, en este sentido, con las vidas de Artaud y Céline; y, finalmente, la sexualidad de Yersin.

Pero a la noche, durante un cocktail en el Casino de Biarritz, llega la mala noticia: Deville ha suspendido la cita. Resulta que tiene un compromiso previo, me dicen que dice. Me piden disculpas, me comentan que no saben muy bien cómo es el asunto, me informan que está parado detrás de mí, que podríamos preguntarle.

-¿Me estás diciendo que Patrick Deville está acá atrás?

-Sí.

© Jean Luc Bertini

Patrick Deville. (Foto © Jean Luc Bertini)

Me doy vuelta, lo veo, me paro y en un instante estoy delante de él: “Bon soir, je suis Miriam Molero et nous avions un rendez-vous demain”. Entonces, Deville me explica que en diez días tiene una entrevista ya concertada en París con alguien del diario Clarín, que aquí en Biarritz y en Francia en general está dedicado a la promoción de su último libro “Viva” (Trotsky, Malcolm Lowry y el México revolucionario) y que para América del Sur, vía Anagrama, está de campaña con “Peste & Cólera”. Deville me detalla que habló con su agente de prensa y que la entrevista con Clarín es en exclusiva y que, entonces, tuvo que suspender nuestro encuentro de la mañana siguiente.

Palabras más, palabras menos, todo eso me dijo. Y palabras más, palabras menos, todo esto es lo que hablamos a continuación a pesar de mi mauvais français.

-Ahhh… Qué pena. Porque es una exclusiva…

-Sí, lamentablemente es una exclusiva así que no puedo hacer la entrevista mañana. No quiero hacer lío.

-Y luego de que usted haga esa entrevista, ¿no podemos hacer algo vía mail?

-No, no. Imposible. Voy a estar muy ocupado con las promociones que ya están planificadas.

-Qué lastima, porque me encantó “Peste & Cólera” y hace un mes que la estoy recomendando en Argentina.

-Muchas gracias.

Yersin

Yersin, científico, conquistador, empresario, genio.

-Es un personaje maravilloso Yersin, de una inteligencia extraordinaria (mientras digo esto pienso en todas las preguntas que había pensado formularle y, como sucede cuando el tiempo posible desaparece, uno sabe que tiene que ir directo al grano, a lo que más le interesa).

-Sí, es un gran personaje.

-Y, dígame, ya que estamos voy a aprovechar y hacerle una consulta como lectora… ¿Yersin era homosexual?

-Ja. No, no lo creo.

-Al leer la novela me pareció que era posible.

-Bueno, el tema de su sexualidad no es algo que yo haya querido subrayar especialmente y el lector es algo que puede imaginar con libertad.

-Claro. Pero pasa que esta mañana pasé un momento por su charla abierta (había habido una entrevista pública en el Village del festival) justo cuando el periodista le planteaba que “Viva” no era una novela y usted le decía que cómo sabía él qué era y qué no era una novela, que usted trabaja ficción y que por eso no está obligado a respetar cien por ciento la realidad como un biógrafo y que, por ejemplo, en “Peste & Cólera”, si bien Yersin tiene un hermano, usted había decidido descartarlo porque no le era funcional en términos de las novela, y que había conservado los vínculos con la madre y con la hermana. Cuando escuché eso me pregunté entonces si Yersin habría tenido una vida de pareja no mencionada en la novela, que usted hubiera descartado…

Deville, en la entrevista pública en Biarritz. (Foto: Patrick Tohier)

Deville, en la entrevista pública en Biarritz. (Foto: Patrick Tohier)

-No es que yo haya descartado nada de ese aspecto de la vida de Yersin, lo que pasa es que trabajé con el material que tenía y ese material fundamentalmente era la abundante correspondencia con su madre y con su hermana. Si uno se pone a pensar, justamente a su hermana o a su madre, Yersin no va a darles detalles de su vida sexual. Así que simplemente no está, es un tema que él no aborda.

-Sin embargo, en “Peste & Cólera”, por otra parte, se mencionan sus viajes siempre en compañía de algún joven…

-Eran asistentes, jóvenes que trabajaban para él, que lo ayudaban en los viajes, colaboradores.Maquetación 1

-Puede ser, pero tengo mis dudas…

-Además, si Yersin quería siempre podía tener amantes. Quién sabe si una amante vietnamita o una amante china… No tenía ninguna necesidad de casarse (Deville nombra otras nacionalidades posibles para las amantes, tal vez no hayan sido estas que cito pero la memoria es débil y en verdad yo ya tenía tres o cuatro copas de vino encima).

-Puede ser… (no le digo que pienso en Sarmiento y su vida de soltero y sus amantes o las prostitutas consignadas como “gastos de viaje”, y Deville supongo que cree que sigo dudando).

-Lo que pasa es que cuando una mujer ve a un hombre solo lo primero que piensa es que es gay.

-¡Para nada! Yersin era un hombre extraordinario, con objetivos extraordinarios, con esa locura de hacer todo por sí mismo, aprender arquitectura para construir un edificio, estudiar por su cuenta ingeniería para construir rutas… Me llama la atención, entonces, un espacio en blanco en su vida.

-Justamente, porque era un hombre genial tal vez no quería una mujer que lo molestara. Se puede pensar que no tenía mujer para estar solo y tranquilo.

-Es cierto. Puede ser. Qué lástima que no podemos hacer la entrevista.

-Lamentablemente.

-Et pourtant vous êtes ici en face de moi… (Y sin embargo, usted está aquí delante de mí)

-(Sonríe) Oui…

-Je me tue! (Me mato)

Me arrojo sobre el balcón de la hermosa terraza del hotel Casino y elevo una pierna por sobre la baranda. Patrick Deville estalla en una carcajada. Yo retrocedo. Me río también. Y le digo en castellano:

-Casi me mato.

-Sí.

-(Me quedo helada) ¿Habla español?

-Por supuesto.

Ahora es Deville quien ríe mientras da una pitada a su cigarrillo.

Lo observo fumar y todavía no me doy cuenta de algo que me sorprenderá al día siguiente y al otro y al otro. Serán muchas las veces que me cruce con este escritor francés en los más diversos ambientes del festival y siempre lo veré fumando, curiosamente, un cigarrillo nuevo, como si se tratara de un mismo cigarrillo, un eterno y largo cigarrillo encendido mágicamente entre sus dedos.