Por: Juan Pablo Parrilla
En marzo del 2012 se lanzó “Consejos”, la primera campaña antitabaco financiada por el gobierno federal de Estados Unidos. Sus protagonistas no son actores, sino ex fumadores que en pocos segundos comparten sus historias personales para mostrar con casos reales cómo impacta el tabaquismo en su salud.
Ninguna de las personas que aparece en los anuncios es una excepción. Un estudio del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) -la agencia del Departamento de Salud de EEUU que creó la campaña – calcula que por cada persona que muere por fumar, otras 20 sufren enfermedades vinculadas al tabaquismo.
La campaña superó las expectativas. En septiembre del año pasado la revista The Lancet publicó los resultados de una evaluación de su impacto: gracias a la publicidad, más de 1,6 millones de personas intentaron dejar de fumar en Estados Unidos y unos 6 millones de no fumadores conversaron con sus amigos y parientes sobre los peligros del tabaquismo.
En 2013, el CDC lanzó una nueva tanda de anuncios. A lo largo del año, la cantidad de llamados a la línea que ofrece para dejar de fumar aumentó un 75%, mientras que el tráfico en el sitio web de la campaña se incrementó 38 veces.
Esta semana se presentó la última ronda de publicidades, que comenzarán a circular en los medios estadounidenses a partir del 7 de julio. Esta tanda trata temas como la llamada “enfermedad de las encías”, el tabaquismo durante el embarazo y el cáncer de pulmón. Se espera que unas 100 mil personas dejen de fumar definitivamente gracias a los “consejos”.