En tiempos de crisis, aires de cambio.

#MarcaRegistrada

Hay un aspecto que, gracias a la consistente repetición, se viene transformando en una verdad empírica, y es que los ciclos económicos van marcando el comportamiento social en cuanto a consumo y a hábitos tanto de las personas como de las empresas. Así como todos pueden gozar de los tiempos de bonanza, nadie está exento de ajustarse los cinturones en épocas de vacas flacas, pero no es algo de vida o muerte sino que consiste en adecuarse a los tiempos que corren, de ser lo más rápido e inteligente posible para no quedarse atrás.

Durante este período en el que hay que setear prioridades más que nunca, en donde los presupuestos se han acortado dentro de un marco que pasó del derroche al de la incertidumbre, nos vamos readaptando a las nuevos usos y costumbres para pasar la tormenta lo más aireosos posible. A pesar de que innumerables lanzamientos y proyectos se han cancelado o bien pospuesto para el año siguiente, muchas marcas han sabido entender que podían hacer acciones que acercaran más al consumidor hacia ellas; se trata del rediseño de imagen, ese lavado de cara que muestra una buena intención aún en tiempos de crisis, período en el cual se frena un poco la pelota y se trata de recolocar algunas fichas y modificar planes estratégicos. No es casualidad ver entonces que durante estos tiempos el cambio de look&feel haya sido uno de los principales actores en nuestro país. Siempre es buena ocasión para hacer algo, para lanzar novedades, para comunicarnos mejor con nuestros clientes, para decirles “acá estamos” (por más que no tengan impacto directo como por ejemplo una reducción de precios).

Y en ese mar de cambios apareció la renovación de Supervielle, uno de los bancos que tenía pendiente una modernización en sus cualidades visuales. Con una campaña 360, esta marca se aggiornó por completo: comenzando con el logo, pasando por los locales y lanzando un comercial que deja en claro su nueva estrategia de mediano y largo plazo. Comencemos por analizar cada una de las variables retocadas:

LOGO

 

supervielle antes Supervielle nuevo logo

En un vistazo general, ha sido un cambio bastante profundo en el sentido de su alto porcentaje de diferencias entre un logo y otro. Como primera medida, Supervielle ha prescindido del término “Banco”, poniéndose en línea con el ala privada del sector industrial ya que, luego de la crisis del 2001, los bancos han ido eliminando dicha nomenclatura al darse cuenta de que la gente quedó muy herida con el tema de sus ahorros, de modo que ha tomado una connotación muy negativa, a tal punto de ser una mala palabra. Otro aspecto es el abandono de una estructura más rígida para pasar a lucir de modo flexible y con espíritu adaptable a los tiempos que corren, siendo resultado de ello la ausencia de una línea recta y el nuevo símbolo triangular que posee aún su línea, pero lo hace curvada y formando una figura más sutil. La tercera modificación es que el nombre “Supervielle” no pisa sobre el color rojo sino que ahora lo hace sobre el fondo blanco y con su tipografía en negro para no eliminar dicho color de su anterior logo. Es sabido que el negro otorga seriedad, fineza y sobriedad, de modo que la función aquí es equilibrar el gran dinamismo que ha presentado ahora. Y por último, la tipografía en sí se ha mantenido bastante clásica pero se ha pasado a tener un estilo recto pero sencillo, otorgándole más modernidad y minimalismo visual.

En líneas generales se puede concluir que estamos en presencia de un logo con un alto grado de limpieza visual que favorece un mejor entendimiento al no tener tantos contrastes de colores, y que nos ofrece una flexibilidad admirable en relación a su antecesor. La gran novedad: el nuevo ícoco marcario formado con su triángulo bicolor y de aspecto cóncavo, que le permitirá utilizarlo como reemplazo del nombre una vez que el mercado haya logrado la asociación del mismo con la marca.

 

COMERCIAL

“No importa cuántos ceros tengan en su cuenta” es lo primero con lo que nos topamos en este spot, marcando una separación ya muy fuerte con el tema ahorros, sueldos y todo aspecto monetario que por estos días está tan instalado en nuestra castigada sociedad. De entrada Supervielle te está diciendo que lo más importante no es el dinero, dejándolo bien en claro a lo largo de los casi 40 segundos que dura el comercial. Aquí hay una diferencia quizás con otros bancos privados que continúan haciendo referencia al tema monetario (en mayor o menor medida, con o sin humor, pero lo hacen) y se recurre nuevamente a la táctica del mensaje optimista, de ver el lado lleno de la vida, de que lo que importa realmente es estar rodeado de los afectos en donde las pequeñas cosas hacen la diferencia. Un comercial que apela al humor de maneja rutil y amigable, sin alejarse de la ternura cómplice de los momentos familiares y que nos muestra la vida de una manera más terrenal en la que nos burlamos un poco del apecto frívolo del dinero. Esto queda reforzado con su frase final “… porque sabemos que lo que te hace realmente millonario es lo que tenés afuera de un banco”, para que disfrutes más de tu valioso tiempo (recordemos que ir al banco es sinónimo de hacer filas, esperar un buen rato a que te atiendan, trámites que demoran, etc.), de aquello que realmente importa, y todo esto en un marco de igualdad en cuanto a la atención de todos, independientemente de “los ceros que tengas en tu cuenta”. Además, un recurso muy positivo fue haber contratado a Matías Martin como locutor en off, con todo lo bueno que él significa, con la buena vibra que genera y con la empatía que logra en cada uno de sus oyentes en la radio.

“Preocupate por las cosas que realmente valen la pena, para el resto está Supervielle” es el mensaje tácito que este comercial nos brinda, además de haber una promesa manifiesta de rapidez en la resolución de los trámites y consultas que la marca deberá saber cumplir.

 

OFICINAS DE ATENCIÓN AL CLIENTE

Esta arista del cambio se presume irá apareciendo de forma gradual conforme se vayan readaptando cada uno de los centros de atención, pero ya se observa un ambiente interior más limpio visualmente y con una modernidad digna del Siglo XXI, con espacios más luminosos, tecnología de avanzada y una mejor distribución física para albergar a sus clientes.

 

El turno llega para todos, más tarde o más temprano, y ahora es el de Supervielle para estar en sintonía con las tendencias no sólo de su sector industrial sino también en temas de vanguardia en lo que respecta a identidad visual, simbología y estrategia marcaria. La renovación es un hecho, el cambio de imagen ya es una realidad que por supuesto le imprime una bocanada de aire fresco a una firma que estaba falta de dar ese paso hacia la evolución. La promesa está plasmada; lo que resta ahora es ponerla en práctica para no defraudar a sus clientes, justamente en una etapa en que la paciencia y la tolerancia tienden a reducirse a la mínima expresión, pero la decisión de optar por crecer en este contexto es valiosa.