“Il Divo” no es ópera

#Ópera

No toda voz lírica que anda por ahí cantando es sinónimo de ópera. En mí carácter de estudioso y conocedor del género es habitual recibir exclamaciones como estas: “¡A mí me encanta Plácido Domingo!” o “¡Ay Andrea Bocelli es mí favorito, como canta!” No conformes con estos comentarios otros ponen mis conocimientos al servicio de sus gustos musicales y recibo preguntas como “¿Qué te parece Il Divo?” Es la consulta del momento pero también han sido puestos bajo mi aprobación Andrea Bocelli, Sarah Brightman, Emma Shapplin y la lista continua. La respuesta siempre fue, es y será la misma: “Un cantante lírico interpretando canciones fuera del género no es sinónimo de ópera” Es decir, no está en mi juzgar a los artistas por abrirse a nuevos caminos musicales como tampoco deseo hacerlo con quienes deciden escucharlos pero sepan que eso no es ópera y mi opinión entonces es irrelevante. De todas maneras tengo un comentario al respecto.

Desde que existe la industria discográfica infinidad de artistas de tradición lírica fueron tentados a poner sus voces al servicio de canciones populares. Esta fusión es vista por los sellos como un negocio honeroso y por el público general como una especie de “crossover divino de la música” Esas voces increíbles, que son respetadas por todos los seres aunque no sean de su agrado, cantando música popular producen una exaltación especial en un público ávido por escuchar lo ya escuchado pero en versiones “fenomenales” o con tímidas intensiones de escuchar música “lírica” o intentando darse un aire de elitista de la música: “Yo escucho a este tenor francés” dicen con el reciente disco “Pasión” de Roberto Alagna en la mano y cierran el comentario con “¡Como canta La Cumparsita este tipo!” Si Julio Sosa ya echó por tierra todas las versiones que vinieron después de este emblemático tango. Insisto en que cada uno escucha lo que puede, quiere o le gusta, hace años que entendí que la música se siente en todo nuestro ser y si a unos la ópera nos produce eso y a otros no, está bien que así sea y es respetable. ¿Qué tiene de especial Plácido Domingo cantando “Sous le ciel de Paris”? Edith Piaf ya dejó un sello inquebrantable en la creación de Hubert Giraud. Particularmente no creo que aporten nada al arte, más que a los bolsillos de unos pocos, estos inventos discográficos. ¿Cuánto falta para que reúnan a tres sopranos del momento como Anna Netrebko, Angela Gheorghiu y Natalie Dessay y reversionen “Aserejé ja de je de jebe tu de jebere seibiunouva majavi”? Se crea poco y se versiona mucho. Los cantantes líricos con sus ampulosas líneas vocales no encajan de buena manera en canciones no compuestas para sus voces. En la ópera los músicos componían pensando en la voz como instrumento en la música popular todas las composiciones son creadas de manera individual, a partir de una letra y conjugando la voz con la melodía. Un cantante popular varía sus características de acuerdo a la inclinación artística que tenga mientras que el cantante lírico es más exigido ya que debe mantener un tipo de preparación académica. Grandes diferencias que hacen a la cuestión y que producen tremendos despropósitos cuando se cruzan.

Más allá del valor social y político que tuvieron los recitales de Luciano Pavarotti con cantantes de distintos géneros ¿Alguien escuchó “Baby can i hold you” en la versión Chapman – Pavarotti? El clásico de Tracy Chapman que la artista estadounidense cantó en una versión en vivo a dúo con el gran tenor italiano y que fue rebautizado “Sorry”. Imagínense la voz intimista y sentida de Chapman, guitarra en mano y su interpretación con gran valor emocional enfrentándose a la excelente voz pero desubicada para la ocasión de Pavarotti. No se trata de criticar por el solo hecho de hacerlo, lo único que quiero decir es que una voz de linaje lírico no encaja en las líneas vocales de una composición popular que fue creada por un artista con profunda sensibilidad teniendo en cuenta su entorno, sus raíces y su carácter personal. Los compositores de ópera trabajaban justamente de eso, vivían por componer pero para lucimiento de otros, ellos creaban y dirigían lo que otros interpretarían. Es por esto que la ópera es música de carácter universal tiene el sello de cada compositor pero no pertenece solo a ellos.

En nuestro tiempo los reyes, los aristócratas, la iglesia, las editoriales y los teatros líricos fueron suplantados por los sellos discográficos. Estos son los que desde hace muchos años mueven los hilos creativos de los músicos según sus necesidades económicas, son quienes manejan el mercado de la música. Antes se encargaban obras a los compositores para presentar en importantes actos de la realeza, en veladas especiales y/o para estrenar en teatros. Se encargaba música para hechos sociales, en la actualidad el único fin es vender discos y dentro de este negocio multimillonario los cantantes líricos son invitados usualmente a cantar y crear un éxito comercial. Ni el sello ni el artista intentan promocionar la ópera a través de estos registros. El caso de Il Divo es distinto, aquí nadie invitó a ninguna estrella lírica a cantar “Cielito lindo” y 10 canciones más de ese estilo. Il Divo es pura y enteramente un producto creado por la discográfica Sony BMG que lleva vendido más de 26 millones de copias en discos a nivel mundial. Es por esto que debemos decir que cuatro muchachos cantando con sus cuidadas voces líricas “All by myself” de Eric Carmen (dato interesante: canción basada en el “Adagio” del Concierto para piano N° 2 de Sergei Rachmaninoff) no es sinónimo de ópera ni está cerca de serlo. Perfecto es que vendan discos, que tengan la aceptación del público y que sean tratados como estrellas a nivel mundial pero no es ópera ni su música es “ópera pop” como se los presenta habitualmente en los medios. No existe algo semejante, en todo caso lo que hacen es pop. Para muchos es lógico que Il Divo no es ópera pero para otros no, quienes confunden una cosa con la otra son los no conocedores del género y no es pecado que lo hagan como tampoco lo es que disfruten de estos inventos discográficos. Il Divo no es ópera como no lo es “Songs” el disco que lanzó esta semana Plácido Domingo. Un álbum con canciones pop para el sello Sony Classical que incluye entre otras canciones “Time After Time”, “Bésame mucho”, “My Heart Will Go On”, “Girl from Ipanema” y “What A Wonderful World” Al que le interese ya se lo promocioné lo suficiente como para ir a comprarlo. En lo que a mí se refiere prefiero seguir escuchando a Domingo interpretando “E lucevan le stelle”, “Ella mi fu rapita” y “La fleur que tu m’avais jetée”. Para escuchar “What A Wonderful World” que mejor que Louis Armstrong. En la música hay géneros que no se pueden fusionar, todo es arte pero no por eso compatible y si se cruza esa línea se corren grandes riesgos artísticos y un día nos podemos encontrar escuchando a Fito Páez cantando “Va pensiero”.

Alejandro César Villarreal