“María Estuardo” es una ópera en tres actos de Gaetano Donizetti estrenada el 30 de diciembre de 1835 en el Teatro de La Scala de Milán. Con 37 años el compositor nacido en Bérgamo da forma a una de sus óperas serias basándose en la tormentosa vida de María I de Escocia quien después de educarse en Francia vuelve a su país para reinar pero acosada por sus súbditos y su escaso poder debe escapar a Inglaterra, allí la reina Isabel I la mantiene cautiva durante veinte años por motivos político-religiosos y firma su ejecución en el año 1586.
La ópera de Donizetti que forma parte de su Trilogía Tudor junto a Anna Bolena y Roberto Devereux se desarrolla en el Palacio de Westminster de Londres y el Castillo de Fotheringhay de Northamptonshire. Su trama se basa exactamente en el periodo en el que María Estuardo (soprano) se encuentra cautiva en Inglaterra y dando un lugar preponderante a la reina Isabel I (soprano) y a Robert Dudley el Conde de Leicester (tenor). En segundo plano encontramos los papeles para barítono y bajo que representan a William Cecil (tesorero de Isabel) y a Giorgio Talbot (su consejero) respectivamente.
Gaetano Donizetti crea para esta ópera una música intensa en dramatismo y disciplinada en estructura que reserva un lugar de extrema sensibilidad para María Estuardo. Adelanta con su escritura a Giuseppe Verdi en las escenas corales y profetiza el verismo de Giacomo Puccini en la creación de su personaje femenino. Como si se tratase de un vidente ocasional que por un momento deja de lado el presente y se adelanta en el tiempo Donizetti presagia en pequeña medida los caminos por los que el género continuará. Intensas escenas corales de profundo sentimiento se confunden con una protagonista de carne y hueso que logra sensibilizar al público con su canto. Por un momento el bel canto se convierte en el más consumado verismo. “María Estuardo” es una joya olvidada que descansa en el fondo del baúl belcantista y que al sacarla da luz a los más complejos y estructurales caminos por los que transcurriría la ópera italiana durante la segunda mitad del siglo 19. A lo largo de tres actos no encontramos escenas vacías, su continuidad histórica es sencilla en el relato y la música es siempre vibrante. Ningún momento de esta ópera pasa desapercibido, Donizetti tiene todo el crédito de haber logrado una obra semejante con una historia importante pero no superadora y que no representa la realidad de María Estuardo en su totalidad. Giuseppe Badari fue el joven libretista que trabajó para el maestro basándose en una pieza del poeta alemán Friedrich Schiller que narra libremente hechos sobre la reina María I de Escocia.
“María Estuardo” fue presa fácil de la censura oficial, Donizetti la compuso por encargo del Teatro San Carlo de Nápoles y en medio de los ensayos recibió la orden de la conservadora corte de esa ciudad de cambiar el texto para eliminar cualquier referencia a la disputa entre Isabel I de Inglaterra y María Estuardo, y la ejecución de ésta última. Aquí comienza una historia curiosa e increíble, Donizetti que para esa época era un compositor de renombre tuvo que ajustar un nuevo libreto a la música en tiempo record. La historia elegida para no molestar a la Corte de Nápoles fue “El Paraíso” de “La Divina Comedia” del Dante, Pietro Salatino fue el encargado de escribir el texto basándose en la música ya compuesta acomodando cada palabra a cada nota. Con el nombre de “Buondelmonte” este experimento se estrenó el 18 de octubre de 1834 y fue su única representación. La ópera con su libreto original vio la luz en la Scala de Milán el 30 de diciembre de 1835 pero la censura con su ceguera artística nuevamente ordenó cambios, tras un estreno auspicioso la obra finalmente fue prohibida tras su sexta representación. Donizetti falleció el 8 de abril de 1848, 18 años después “María Estuardo” volvería a representarse en su versión original en el Teatro San Carlo de Nápoles. Esta ópera ocupó durante muchos años un lugar de privilegio en el Olimpo de las obras olvidadas hasta que en 1958 fue rescatada en Bérgamo con dirección de Oliviero de Fabriitis. En los últimos años fue representada en contadas ocasiones, las cantantes más importantes de nuestro tiempo ofrecieron su arte para interpretar a la malograda reina de Escocia: Beverly Sills, Janet Baker, Montserrat Caballé, Joan Sutherland y Edita Gruberová. Recientemente el Met de Nueva York presentó una original e impecable puesta de “María Estuardo” con Joyce Di Donato en el papel principal. La mezzosoprano estadounidense cautivó de principio a fin con una interpretación de gran expresión técnica y delicado cuidado de las líneas vocales.
“María Estuardo” es la ópera número 46 de Gaetano Donizetti, compuso sorprendentemente la cantidad de 75 a lo largo de su vida. Su prolífica creación lo llevó a ser uno de los grandes compositores del bel canto junto a Vincenzo Bellini y Gioacchino Rossini. En la actualidad de todas sus composiciones para teatro solo un puñado forma parte habitual de la escena lírica pero esta obra, representada en muy pocas ocasiones, demuestra explícitamente su maestría para crear una música de importante y profundo valor artístico. En “María Estuardo” Donizetti se adelanta a Verdi y Puccini dejando en claro su visión compositiva que buscaba sencillamente traspasar su tiempo.
Alejandro César Villarreal