Es la única estatua de Cristóbal Colón, en toda América Latina, que mira al Este. Y, probablemente, sea la única herida de bala. El monumento de mármol, que pesa 38 toneladas y mide 6.25 metros, lleva en su superficie los agujeros de plomo que supo recibir durante 1955, cuando la Plaza de Mayo fue bombardeada. La obra se encuentra en el predio de la Casa Rosada y fue impulsada por un inmigrante llamado Antonio Devoto, como obsequio de la comunidad italiana en el marco del Centenario de la Revolución de 1810.
El escultor encargado de diseñarla fue Arnoldo Zocchi, que comenzó a trabajar en la estatua el 24 de mayo de 1910 y terminó, once años después, en 1921. “En los cimientos del monumento a Cristóbal Colón se iba a abrir un museo dedicado a la memoria del marino. Una piedra de la casa natal del descubridor, y un fragmento de columna romana, habían llegado desde Italia a tal efecto. La columna persiste, pero el ladrillo desapareció”, narra el libro Las mil y una curiosidades de Buenos Aires.
Por último, y en referencia al diseño del monumento que se encuentra emplazado en un parque que también lleva el nombre del navegante, cabe señalar que se destacan los cimientos de la escultura. Un grupo de figuras, que son la base de la estatua, representan, por ejemplo, la partida del Puerto de Palos en 1492. También hay una figura que representa a España y que aparece cortejada por el Océano. Están representadas en la estatua, además, la justicia, la fe, la historia y la voluntad.
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