Por: Ariel Wolman
Muchos de ustedes, los que siguen semana tras semana este blog, querrán que le dedique este post al equipo rival, al que tiró bengalas y festejó un gran empate, de local, en un campeonato en el que no están bien. Pero ¿la verdad? Sería repetir casi lo mismo que escribí la semana cuando nos igualó Quilmes. Mejor dediquémonos a lo nuestro.
Al minuto de juego River se puso en ventaja, por mérito propio y a su vez desnudando las falencias defensivas del equipo contrario, situación que se repetiría en varias oportunidades durante todo el primer tiempo. Pero claro, cuando vos no podés acertar en el arco de enfrente la terminás pagando. Nos ha pasado contra Guillermo Brown, Atlanta y ahora Boca, para decir solo algunos ejemplos.
Hay jugadores que parecieran tenerle pánico al éxito. Uno de ellos es Carlos Sánchez, a quien le tomé cariño el año que ascendimos, pero que está muy lejos de ser aquel volante con marca, proyección y gol. Todavía se debe estar lamentando el gol que se perdió… pero con eso no alcanza. Tal vez mirar videos del “Negro” Enrique, Monserrat, Coudet o Lucho González lo ayude más que llorar.
Como todas las semanas destaco el trabajo de Barovero y una vez más el de Balanta. ¿Debut en cancha de Boca?, ¿primer superclásico?. Él ni se enteró, salió jugando cada vez que pudo y marcó de manera correcta cada vez que le tocó.
Creo que en este partido Ramón se equivocó en los cambios, al menos en el de Iturbe seguro. Era el único jugador que preocupó a todos los mediocampistas y defensores rivales. Una vez que salió, el equipo perdió poder ofensivo.
Respecto al trabajo de los delanteros hay que decir que ya es más que preocupante. De hecho la gran mayoría de los goles que convertimos es de nuestros defensores o volantes. Con esta sequía será difícil pelear el campeonato, aunque no imposible. Hasta ayer yo decía que prefería a Funes Mori antes que a Luna. Ahora ya no sé qué pedir. ¿Un milagro tal vez?. ¿Un pibe tapado de las inferiores?.
La obligación de este plantel será ganar todos los puntos que pueda para intentar conseguir el título. Pero si no se puede, dejar a River lo más alto posible. Ya en junio habrá tiempo de hacer un recambio de jugadores e incorporar refuerzos de jerarquía que hagan la diferencia.
Guardé para el final mi opinión sobre la seña que hizo Ramón Díaz cuando se fue expulsado, con el famoso “Yo no me fui”. Sé que algunos se enojaron por su mensaje, mientras que otros se rieron. Creo que es muy difícil no reaccionar ante la burla de miles de …, miles de … , bue, hinchas de otro equipo. A algunos les sale besarse la camiseta, a otros menos preparados levantar el dedo mayor, incitando aún más a la violencia o bajar la cabeza. Ramón no, tiene su personalidad y quiso dejar en claro que él no participó del descenso.
¿Y quieren que les diga algo?. Ustedes y yo tampoco. Que nos fuimos, es verdad. Que jugamos en la B es innegable. Pero los que son de la B son los que nos mandaron, empezando por los dirigentes anteriores, y los actuales. Ellos son los que deberían cruzar el campo de juego escuchando burlas y silbidos (nuestros).
Y si no se convencen, revisen cómo se salvó el año pasado San Lorenzo, tras echar a su DT, cambiar de presidente y un curioso descenso de Banfield o más acá en el tiempo, miren cómo el presidente de la AFA convence al nuevo técnico de Independiente para asumir y luego sus rivales en la tabla de abajo son perjudicados sistemáticamente (el partido Atlética Rafaela – San Martín de San Juan es el mejor ejemplo).
En fin, pasó el Superclásico con otro empate y la misma hinchada celebrando la igualdad (¿?). Como nos pasó con Defensa y Justicia, Almirante Brown o Instituto.
Ah… a los del otro equipo que visiten este blog. Gracias por los comentarios… y a disfrutar de esta semana!!!
Abrazo de casi gol Sánchez
Ariel Wolman
@arielwolman