Por: Alejo Santander
Siempre tuve la sensación de que las cosas difíciles las hacen en China. De que los dispositivos imposibles vienen de ahí, las partes complicadas de las computadoras y de los motores de los autos nuevos, creaciones imposibles de entender para un cerebro occidental, y el arte urbano no podía ser la excepción.
Como casi siempre en esto del StreetArt uno primero conoce las paredes y después a la mano detrás de esas paredes. Cuando vi las paredes de DAL (o DALeast) antes que nada, antes de saber que era chino, pensé una sola cosa: “difícil”. Cuando supe que eso lo había hecho un oriental, pensé: “Y claro”.
Trabaja con aerosol, pero trabaja distinto. No tengo idea cuánto tarda en pintar una pared, pero pareciera que años, y no hay muchos que puedan seguirlo en el estilo. Sus composiciones, por lo general de animales, aunque no exclusivamente, se ven como figuras hechas girones, como mil cintas enroscadas, cada una con sus luces y sus sombras, que despliegan en el muro diferentes especies, o las almas en fuga de sus espectros salvajes.
DAL en la pared: