Por: Sucio y Desprolijo
En otro de nuestros posteos hemos comentado la dificultad para encontrar material bibliográfico que tuvimos al momento de comenzar a rodar este documental. Si vamos a hablar de archivo audiovisual, no se queda atrás, sobre todo porque no hay un documental que cuente toda la historia del género de parte de los propios protagonistas sino porque los que existen son sobre alguna banda (como el documental sobre Riff) o un hecho en particular (como el BARock 82).
No habiendo material audiovisual para tomar como partida en el proceso narrativo y en el ritmo audiovisual, recurrimos a documentales extranjeros sobre el heavy metal que nos sirvieron de inspiración y para tomar ideas de otros documentales que puedieran readaptarse a nuestro metal nacional.
El primero es Metal: A Headbanger’s Journey dirigida por el antropólogo (y fanático del metal) Sam Dunn. A través de un viaje al rededor del mundo Dunn busca a través del público desmitificar algunas cuestiones que rodean al heavy metal, cuenta experiencias y cuestiones y prácticas que se repiten en diversas culturas pero que se unifican a través de la música metalera. En este viaje cuenta los orígenes del género, qué bandas fueron la precursoras, los subgéneros y todo lo que rodea al metalero: desde el modo de vestirse, lo que opina e intenta desenmarañar el porqué del amor incondicional de tanta gente, de diferentes estratos sociales, culturas e idiomas que se ven unidos por esta música. A lo largo del documental uno puede escuchar a los referentes del género, con entrevistas a músicos como Ronnie James Dio, Lemmy Kilmister, Tony Iommi, Bruce Dickinson, Geddy Lee, Alice Cooper y Rob Zombie.
Otra parte importante del documental son los subgéneros que intenta englobar dentro del Heavy Metal, lo que genera más de una controversia entre público y músicos (una discusión también trasladada a n ada metalera. Si bien es un documental de 2005, es fácil de conseguir y en una hora y media puede darte un panorama de todo lo que el heavy metal involucra. Si te das maña con el inglés, podés pasarte por los diarios del viaje de Sam Dunn al momento que iba rodando este documental.
El segundo documental, también de Sam Dunn, es Global Metal. Dedicado exclusivamente al público metalero Dunn,
recorre Asia, América del Sur y Oriente Medio para tomar contacto con los fans del género, cómo lo adaptan y lo redefinen de acuerdo a sus culturas, mostrando al público metalero como algo que excede a la cultura de cada lugar. Este documental es de 2008 y Dunn recorre el mundo con Iron Maiden y van en busca de las bandas extremas de Asia, para mostrar como en estas culturas el heavy metal supo encontrar su lugar. Cuenta con los testimonios de Lars Ulrich, Bruce Dickinson, Tom Araya y Max Calavera, entre otros que desde su experiencia como músicos relatan cómo es ir a lugares tan diferentes culturalmente pero que supieron adoptar al metal como música de cabecera y estilo de vida.
Nosotros podemos sentirnos identificados con este documental ya que el heavy metal es anglosajón de nacimiento y el idioma, si bien es una barrera importante, no es lo fundamental para nosotros. Lo interesante es como el metal ha atravesado múltiples barreras además de las ideomáticas, de cómo culturas tan diferentes como la india o la China tienen la misma pasión y sentimiento por la música. A través de este documental varios nos sentimos identificados con gente que, en un principio, poco tendrían que ver con nosotros, lo que demuestra cómo la música, y en especial el heavy metal, sirve para romper barreras y crear nuevas formas de comunicación que de otra manera se encuentran truncas (principalmente si hablamos de las diferencias y trabas políticas).
Esta breve reseña será la primera de varias en las que iremos recomendando documentales, programas de TV o shows para que puedan ver y seguir conociendo más sobre el heavy metal que, lejos de dejarnos fuera por el idioma, nos une con cientos de miles de personas en todo el mundo.
A modo de muestra, les dejamos un fragmento de “Global Metal” y cómo supo encontrar su lugar en una China comunista y por demás cerrada culturalmente para las expresiones que provienen fuera de ese país.
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