Más lujosos que nunca

#Vinos

Más lujosos que nuncaNo lo digo con frivolidad, sino con fervor, aunque debo reconocer que aquí hay algo de autobombo. Sin embargo, nadie puede negar que en Vinos de Lujo 2012 se han degustado muchos de los mejores vinos argentinos de hoy. Es más, me animo a decir que fue una de las ediciones que quedarán en el recuerdo de todos con más fuerza: los visitantes, los expositores y nosotros.
Primero, por todas las adversidades y circunstancias que tuvimos que atravesar para poder degustar en el Alvear Palace Hotel. Enumero solo algunas: basura en las calles, ola de calor, apagón general, 8N y diluvio. Todas en la misma semana, la de la undécima exposición. Pero la parte más importante se la llevan, como siempre, los vinos y su gente. Muchas caras conocidas, de esas que suelen verse cuando uno visita las bodegas, pero poco o casi nunca en la gran city. Pese a todo, los vinos los deslumbraron.
Con todo respeto por aquellos que no pudieron (o no quisieron) participar en esta edición 2012, pero que sí lo hicieron alguna vez, debo decirles que, esta vez, los vinos se han lucido más. Y no es una visión particular, sino general; ya que la consistencia que demostraron los vinos exhibidos fue arrolladora. Las diferencias cualitativas son cuestiones de detalle, la base está muy clara y más nítidamente en los vinos de alta gama. Hoy ya no se discuten las tipicidades varietales, eso ya se percibe nítidamente en la mayoría de las copas. Hoy, la cuestión empieza a pasar por el terruño. Es como haber pasado de año en la facultad y sentir que cada vez queda menos para recibirnos. Porque si de algo estoy seguro, es de que un día de estos lo haremos e ingresaremos para siempre en el grupo de elite de los productores vínicos del mundo. Pero volvamos a los lujos bebibles, porque eso son los grandes vinos de hoy ya que nos permiten fijar un momento para siempre. La preocupación actual de sus hacedores pasa por poder llevar a la botella todos esos detalles que ellos ven en las fincas y que son sus cartas diferenciales. Un esfuerzo gigantesco para traducir apenas matices. Son esos, los pequeños detalles, los que pueden hacer la gran diferencia. Y los que se dedicaron a degustar y hablar con los protagonistas tienen que haberlo percibido igual que yo. Porque más allá de pasármela degustando, escuchando, preguntando y analizando, el carácter de los vinos actuales es tan evidente como contundente. Y si aún no percibieron esos degradé con sus sutilezas en los vinos, a no desesperarse: las pistas están en las copas y las respuestas, en cada botella.
Otra muestra de este gran momento enológico quedará plasmada en la cuarta edición del Top 100 de El Conocedor. Una lista que tiene como principal objetivo despertar la curiosidad y fomentar la degustación; seguro que es la mejor contribución al desarrollo del juicio personal de cada uno. Seguir de cerca a las bodegas en estos últimos diez años ha sido fascinante. Tantos cambios, tantos jugadores que entran y salen, algunos que se consagran, pioneros devenidos en clásicos, grandes clásicos que se aggiornan para no perder el tren. Unos preocupados por la geología; otros, por el clima; otros, por la edad de las plantas; otros, por la tecnología en bodega; otros, por las ventas. Déjenme decirles algo: ninguna crisis va a poder detener esta máquina.
Se podrán erosionar los márgenes de los vinos exportados, pero no hay nada que no se pueda recuperar con este mercado interno ávido por conocer y listo para disfrutar siempre lo que viene. Y lo que es más interesante aún, con un potencial de crecimiento inimaginable. Fue muy difícil dejar vinos afuera del Top 100 de El Conocedor. Algunos por desconocimiento ya que no he podido degustar todos los vinos de todas las bodegas. No obstante, intenté, como todos los años, ser lo más representativo posible, eliminando vinos de la misma bodega y de la misma línea o con la misma intención, como por ejemplo Single Vineyards del mismo varietal. Así, una vez más, este ranking es apenas una muestra de la gran diversidad que ofrecen nuestros vinos que, como nunca, este año han demostrado ser más lujosos que nunca.