Por: Fabricio Portelli
Es la categoría que más ha crecido este año, no sólo en cantidad de botellas vendidos sino en amplitud de marcas. Hoy, más que nunca, las góndolas rebalsan de muy buenos espumantes para así poder celebrar, no sólo en estas fiestas, sino todos los días del año que comienza. Y así poder terminarlo… mucho mejor que este.
Con el nuevo milenio, llegó el auge de la industria vitivinícola argentina. Varietales, estilos, personajes, terruños, métodos, todo se multiplicó. En esos años, recuerdo, haber visto nacer muchos espumantes que tenían como principal objetivo completar la línea. Es decir, estaban más pensados de espalda al mercado que de cara al consumidor, porque lo único que importaba es poder tener un porfolio tal que uno pudiera tomar sólo los vinos de una bodega desde temprano en la mañana. Y todo lo importante estaba más en el concepto marketinero para poder vender esa botella de espumante, que aparecía justo para seguir brindando con la misma marca , que el vino en sí mismo.
Por suerte, y en tan poco tiempo, las cosas han cambiado. Mucho y para bien.
Hoy puedo decir que la gran mayoría de los espumantes que hay en el mercado son muy buenos, y destacables en todos los segmentos de precio. Esto quiere decir que hay para todos los gustos y todos los bolsillos. Pero no sólo por calidad sino también por diversidad, es que se ha dado este auge de las burbujas. Porque es una categoría atrevida, que se animó a la innovación. Primero fueron las botellitas individuales que lograron desencasillar al brindis, y hacer de la celebración algo más cotidiano. Hoy la apuesta es por estilos, basados en la calidad de las uvas y en una elaboración mucho más cuidada. Casi siempre usando las uvas más aptas y prestigiosas para espumantes, como son Chardonnay y Pinot Noir. Pero el Torrontés ha entrado en escena y está haciendo un gran papel, que va mucho más allá de la originalidad de sus ímpetus florales. También hay que hablar de la elegancia y la complejidad. Se ha mejorado mucho en la elaboración y esto se siente en la fineza de las burbujas, la persistencia en boca y la complejidad de aromas y sabores. Pero sin dudas el burbujeante que está pasando por su mejor momento es el dulce natural. Porque brinda amabilidad con frescura, y eso lo hace tan atractivo como fácil de beber.
Algunos con los que voy a brindar yo en estas fiestas, y durante todo el verano, y durante todo el 2013 son: Santa Julia Brut Rosé, Viniterra Prosec, Ruca Malen Brut, Alma 4 Pinot Chardonnay 2010, Chandon Délice, Norton Cosecha Tardía, Nieto Senetiner Brut Nature, Novecento Capriccio Dulce Natural, Deseado, Los Pasos Extra Brut, Lagarde Dolce, Bianchi Extra Brut, Del Fin Del Mundo Brut Nature, Montchenot Brut Nature, Rosell Boher Brut Rosé, Kaiken Brut, Cruzat Brut Rosé, Baron B Extra Brut Cuvee Spéciale, Saint Felicien Brut Nature, Emilia, Luigi Bosca Extra Brut, Ampakama Extra Brut , Boheme, Navarro Correas Torrontés Extra Brut, Trapiche Extra Brut, Alpaca Brut Nature de Finca Quara, Ramanegra Extra Brut, Alta Vista Atemporal Extra Brut Rosé, Medanos y Estancia Mendoza Brut Nature, entre otros. Como ven hay mucho para brindar. Felicidades.