Por: WOBI
“Hazlo mejor si es posible, y siempre es posible.”
Las palabras de François Constantin, quien junto con Jean-Marc Vacheron nieto fundaron en 1819 al hoy célebre fabricante de relojes de lujoVacheron Constantin, todavía resuenan en la compañía suiza, que después de dos siglos produciendo piezas consideradas verdaderas joyas, mantiene su prestigio y vigencia intactos. Amor por lo que se hace, perseverancia, humildad, capacidad de reinventarse; “esta es la base sobre la que se construyen los logros únicos”, escriben Manfredi Ricca y Rebecca Robins, directores de la consultora Interbrand Europa, y autores de Meta-Luxury: Brands and the Culture of Excellence (Palgrave Macmillan, 2012). La obra, resultado de una investigación exhaustiva de la industria del lujo, rastrea la esencia del término casi hasta sus orígenes para descubrir la pureza primitiva de la palabra.
A través de las fascinantes historias de los artífices de algunos de los objetos más bellos y singulares que hay en el mercado, desde pianos, autos y esquíes artesanales hasta piezas originales del milenario arte urushi (laca japonesa), los autores de Meta-Luxury plantean que los productos auténticamente lujosos son resultado del amor por un oficio y de la síntesis entre tradición e innovación.
A continuación, descubre ejemplos de las marcas de meta-lujo de la actualidad, cuyos modelos de innovación son diferentes a los de cualquier otra industria.
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La innovación en el segmento de meta-lujo —un término acuñado por Robins y Ricca e inspirado en la Metafísica de Aristóteles— proviene, ante todo, de la imaginación y dedicación de la mente creadora. Meta-lujo describe a las marcas que representan “la búsqueda de lo extraordinario y atemporal, que evolucionan de generación en generación, desafían los límites del conocimiento, transforman la historia con innovación y delinean el futuro”.
Se trata de un paradigma fundado en los conceptos de logro único, propósito y conocimiento. Los productos de metalujo denotan trabajo artesanal, foco, historia y evolución. El violín Stradivarius —“la mejor marca que jamás existió”, escriben los autores— es un ejemplo de ese lujo que es una obra de arte. Salvatore Accardo, el famoso violinista y director de orquesta italiano, uno de los más reconocidos intérpretes de violín de la actualidad, dice en Meta-Luxury que, para un músico, la primera forma de lujo es tocar un gran instrumento. “Los violines construidos por Antonio Stradivari eran únicos, ningún otro artesano ha alcanzado su grandeza; ni con las tecnologías más modernas se ha podido descubrir la técnica de su barnizado. Dicen que su secreto era que, antes de encerar los violines, Stradivari los guardaba en su dormitorio por un mes. Quizá les irradiaba una energía especial.” Esta energía de la que habla Accardo, puesta al servicio de la creación, nace de principios y valores sólidos, del deseo de construir algo “para toda la vida”.
A continuación, descubre ejemplos de las marcas de meta-lujo de la actualidad, cuyos modelos de innovación son diferentes a los de cualquier otra industria.
Pagani Automobili: los mejores autos del mundo
“El arte es parte integral de nuestra filosofía corporativa. Nos inspiramos en la creencia de Leonardo da Vinci de que arte y ciencia pueden —y deben— ir de la mano. Da Vinci nunca dejó de observar y de imaginar, y eso requiere humildad, paciencia, la capacidad de reprogramarse cada día. Es necesario cuestionarse lo que se sabe, lo que no, querer aprender siempre más. Estar impulsados por un sueño.”
Horacio Pagani es argentino, ingeniero industrial y mecánico, y creador del mejor auto del mundo, según los expertos de la industria automotriz. Vive en Italia desde 1983. En 1991 fundó la empresa que dio vida a dos autos ícono de la industria: el Zonda y el Huayra, considerados una obra de arte por su diseño y revolucionarios desde el punto de vista de la innovación a causa del uso de materiales híbridos. El Zonda tiene una producción de 10 unidades por año. Se trata de un modelo superdeportivo, construido enteramente en fibra de carbono. “Mi mayor responsabilidad —dice Pagani en Meta-Luxury— es invertir el dinero que hace falta en investigación, innovación y diseño.”
Su sucesor, el modelo Huayra, fue ovacionado por las críticas. “Dios de los vientos” significa su nombre en quechua. Actualmente, es el automóvil de producción en serie más caro del mundo. Al momento de su presentación en el Salón del Automóvil de Ginebra en 2011, la empresa ya había vendido más de media centena de unidades. Pagani cuenta que siempre supo que quería fabricar autos, y que el único dilema que tenía era cuál sería la carrera que lo conduciría a su sueño. ¿Arte o ingeniería mecánica? Un artículo sobre la vida de Leonardo da Vinci le amplió la perspectiva cuando entendió que ambas cosas podían fusionarse. “Nosotros sentimos que alcanzamos nuestra meta sólo cuando somos capaces de crear un auto que sobrepasa los sueños de una persona. Eso es un auténtico lujo.”
Kazumi Murose: el tesoro nacional de Japón en arte urushi
“El acto de aprender es una manera de perfeccionar una habilidad. Mi gran maestro en urushi, Gonroku Matsuda, me enseñó que el aprendizaje es la mayor riqueza. ‘Aprende de las personas; aprende de las cosas (arte y trabajos de otros); aprende de la naturaleza.’ Cuando ponemos esto en práctica, crecemos.” Kazumi Murose es uno de los grandes maestros contemporáneos en la técnica japonesa de urushi —literalmente, “pintura en laca” —, un esmalte que se obtiene de la resina del árbol Rhus Vernicifera (urushino- ki en japonés). La pintura en laca sobre madera es una práctica que tiene más de 7.000 años de historia en Japón. Pocos artesanos en el mundo la dominan, ya que la destreza en este arte se adquiere a lo largo de toda una vida de dedicación. Las piezas de Murose se expusieron en los museos más prestigiosos del mundo. En 2010, el fabricante de celulares de lujo Vertú lo contrató para diseñar cuatro modelos de teléfonos —Daigu, Kinko, Kikusui y Nanten—, representativos de las cuatro estaciones del año. Murose creó los dispositivos
en urushi mediante una técnica especial denominada “Makie”, que incorpora partículas de oro o plata en la pintura. La serie se llamó Kissho Collection, y los artefactos se vendieron a US$ 320 cada uno.
Fazioli Pianoforti: el Rolls-Royce de los pianos
“Nuestra filosofía se centra en crear algo extraordinario, aunque no sé si lo hemos logrado o si algún día lo lograremos. Nunca estamos satisfechos con los resultados. Por eso, el futuro de nuestra compañía no es fácil. Perseguiré durante toda mi vida la construcción de esta visión de excelencia.” Paolo Fazioli es italiano, pianista e ingeniero mecánico. Nacido en una familia de fabricantes de muebles, hace 30 años creó la empresa que produce “el Rolls-Royce de los pianos”, como ha bautizado la industria a sus instrumentos de vanguardia. En aquel entonces, matemáticos, físicos acústicos, tecnólogos de la madera, fabricantes de piano y pianistas fueron convocados por Fazioli con el objeto de idear, desde el punto de vista conceptual, un nuevo proceso para la construcción de pianos. “Siempre soñé con construir instrumentos que fueran objetos bellos y que generaran sonidos únicos”, dice Fazioli en Meta-Luxury.
La empresa sólo fabrica 100 pianos por año y, según el modelo, su valor puede variar de US$ 86.000 a US$ 409.000. Las clavijas y cuerdas están hechas en oro, y la madera utilizada es la misma que se empleaba para fabricar el violín Stradivarius y que proviene del “abete rosso”, el célebre árbol de Navidad. “Hay obras de arte del pasado que son atemporales. La Basílica de San Pedro en
Roma, Bach, por ejemplo, no envejecen. Los gustos pueden cambiar, pero la excelencia está fuera de tiempo.”
Por Carolina Suárez, integrante del equipo de producción multimedia de WOBI.