Por: Pablito Martín
:: Buenas y salsas gente linda. Continuamos en el camino de la alimentación sana y consciente. Ser vegetariano sigue siendo complicado, es más, su difícil inserción social tiene que ver en parte con el no reconocimiento de la medicina y, por ende, de la sociedad.
:: Según el Doctor Juan Emilio Vidales (médico recibido en la UBA, con Diploma de Honor en 1977, especialista en medicina Interna y cardiología) cada día son más los que eligen tener una alimentación vegetariana, “pero el número no es aún suficiente como para que la comunidad en general y la medicina en particular reaccionen”.
:: La falta de preparación por parte de los educadores de la nutrición y las escuelas de medicina lamentablemente hace que las prescripciones dietéticas en general, aún no estén diseñadas para los patrones de comidas vegetarianos. A lo que Vidales agrega: “Para agilizar la difusión de las ventajas del hábito vegetariano y la enseñanza a personas interesadas en cómo planificar una adecuada dieta, hace falta un cambio radical en la enseñanza de la nutrición en las escuelas de medicina. Es necesario cambiar el paradigma actual acerca de la alimentación omnívora, ya que la probabilidad de que la dieta tradicional de occidente genere carencias nutricionales es mayor a la de un vegetariano. Esta paradoja a la que están expuestos los profesionales ortodoxos de la medicina se da justamente porque el hábito alimentario que se sigue es altamente deficitario y desequilibrado, generando muchos factores de riesgo y enfermedades cada vez más extendidas y a la vez evitables”.
:: En el libro “Vegetarianos, razones médicas para serlo” se explica que “como resultado de un verdadero proceso comercial, algunos profesionales de la salud son contratados para recomendar productos que contienen sustancias que supuestamente ayudan a mejorar la salud. Por lo general son compuestos vegetales llamados genéricamente antioxidantes y se destinan a ayudar a bajar el colesterol y a reducir el riesgo de contraer enfermedades vasculares. Ninguno de esos profesionales discutiría acerca de la ineficacia de cualquier antioxidante inmerso en una dieta omnívora; de hecho no existe ninguna prueba científica sobre el valor de estos productos y su eficacia se liga directamente a que la persona cambie el hábito y evite las comidas con grasas animales, por eso siempre la recomendación es aumentar el consumo de frutas y verduras”.
:: Lamentablemente, salvo muy pocas excepciones, las clínicas no cuentan con dietas vegetarianas ni veganas. La mayoría de los profesionales internistas desconocen elementos básicos de este tipo de alimentación limitándose simplemente a sustituir platos con carne por pastas de harina refinada, arroz blanco, papas, batatas, gelatinas (que en realidad los vegetarianos no consumen ya que se realizan con cartílagos de animales) y algunas que otras frutas. “Los pediatras en general tampoco saben mucho de vegetarianismo y se rehúsan a manejar niños cuyos padres insisten en mantenerlo en un hábito de este tipo”, aclara el doctor Juan Emilio Vidales.
:: La pregunta que siempre le hago a varios profesionales de la salud y no me saben responder es: “si comer carne, derivados y productos industrializados ha enfermado gravemente a la mayoría de la sociedad y ha deteriorado la calidad de vida, ¿Para qué seguir insistiendo con esos hábitos?
:: Espero que a partir de ahora seamos más conscientes y cuidemos un poco más no solo a nuestra familia, sino también al planeta. Para mayor información: www.pablitomartin.com.ar o en mi segundo libro de cocina “Detrás de los alimentos”. Gracias por seguir eligiendo alimentarse con el corazón y no tanto con los ojos. ¡Hasta la próxima!
:: Pablito Martín. Chef – Periodista.
Twitter: @PablitoCocina
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:: Potaje de lentejas
INGREDIENTES (8 porciones)
- Lentejas ¼ kilo
- Agua 2 litros
- Cebolla 1
- Zanahoria 1
- Apio 2 ramitas
- Dientes de ajo 2
- Tomillo 3 ramitas
- Pimienta y sal Cantidad necesaria
- Aceite de oliva Cantidad necesaria
- Semillas varias 4 cucharadas
PROCEDIMIENTO
Cortá las verduras en cuadrados grandes (pelá solo la cebolla).
Pelá y cortá los diente de ajo.
Deshojá el tomillo.
Tostá las semillas y molelas.
En una cacerola grande pone un chorrito de aceite y llevala al fuego. Si no prendiste la hornalla no va a pasar nada, por lo tanto, encendé la hornalla y una vez que esté caliente agregá las verduras, un poco de pimienta y una pizca de sal. Doralas. Incorporá el ajo, el tomillo y cociná un minuto más. Poné el agua, las lentejas y cociná hasta que esté todo bien tierno. Rectificá sabores y dejá entibiar.
Ahora te doy dos opciones, si tenés una procesadora de mano procesá todo dentro de la cacerola y agregale las semillas.
Si tenés una licuadora o una procesadora común, colá lo sólido pero no tires el líquido. Procesá las verduras y la lenteja con un poquito del caldo en el aparato que tengas. Juntá todo con las semillas y mezclalo.
Receta extraída del libro: “Con probar no perdés nada”. Editorial: Tetraedro.
:: Pablito Martín. Chef – Periodista.
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