Por: Adriana Santa Cruz
Si bien escribir bien implica cumplir con las reglas gramaticales del idioma que uno está utilizando, ahora hay una nueva expresión que da cuenta de las normas que rigen la escritura en internet: la gramática multimedia. En esta gramática debe prevalecer la usabilidad que se refiere al grado de facilidad con la que se puede utilizar algo. En la web, entonces, lo que debemos facilitar es el trabajo del lector, que en última instancia es un usuario. Después de haber investigado en varios artículos, en esta entrada nos ocuparemos de definir qué supone redactar un texto para que resulte fácil de leer.
Párrafos y oraciones
Ya hablamos de la recomendación de escribir oraciones cortas. Esto se logra redactando una idea por oración; dividiendo las frases; eliminando algunos incisos, y convirtiendo otros en cláusulas independientes, quitando las palabras innecesarias y las repeticiones de información, reformulando y simplificando para que la oración tenga de unas 20 a 30 palabras.
En cuanto a los párrafos, se aconseja que no sean superiores a cinco o seis líneas. Esto no significa dejar de lado información importante, ya que la escritura en internet dispone de nuevas herramientas que trabajan no ya con la linealidad sino con la profundidad: el hipertexto y el soporte multimedia en general (videos, infografías, presentaciones, fotos, ilustraciones o cortes de audio). Así tenemos varias maneras de transmitir un contenido que, al ser interactivo, favorece la atención del lector.
Romper la uniformidad
Sabemos que el usuario tiende a escanear las páginas en busca de la información y no a leerlas palabra por palabra, de principio a fin. Cuando no se puede ser breve, conviene recurrir a algunos trucos para romper con la uniformidad del texto: dividir el tema en subtemas y darle a cada uno un título propio; usar viñetas; emplear negritas, color y diferentes tipos de letras.
Títulos
Los títulos son importantísimos a la hora de redactar para la web. No solo deben atraer la atención del lector, sino también ser legibles para los buscadores. Una de las formas que habitualmente suelen señalarse para cumplir ambas expectativas es la de situar la información más importante de la frase al inicio de la oración. Así nos aseguramos de que los buscadores indexen la parte del título que más nos interesa, la que suele contener la palabra clave más importante, y así es más probable que los lectores se fijen en ella al escanear una web.
El lenguaje
En forma muy general, podemos decir que en internet se busca escribir con las palabras justas para conseguir un estilo lo más directo posible. El libro de estilo de Yahoo! recomienda evitar:
- las palabras o frases vacías de significado,
- los pleonasmos [vicio de construcción que consiste en utilizar palabras innecesarias que no añaden nada nuevo a la idea que se quiere transmitir, por ejemplo, manuscrito a mano, ya que agregar “a mano” es innecesario] y
- las palabras irrelevantes al comienzo de la frase, que retrasan la información importante que viene después.
Otro consejo muy eficaz es el que aporta la página Estilo. Manual para los nuevos medios: “evitar la tendencia al archiverbalismo (perífrasis verbales) y al archisilabismo (palabras largas). A veces, y sin darnos cuenta, utilizamos palabras y oraciones complejas que terminan por agotar la paciencia del lector o simplemente por aburrirlo”.
Algunos estudios indican también que los usuarios prefieren un lenguaje objetivo: el lenguaje metafórico puede ser una forma de confundir, ya algunas metáforas tienen sentidos diferentes según el lugar, y otras tal vez no sean bien entendidas por los buscadores.
Además de utilizar un lenguaje conciso y objetivo, en internet hay que tener especial cuidado con las expresiones temporales. Es preciso evitar el uso de palabras o frases como actualmente, en los últimos tiempos, el año pasado, ahora, etc. que pueden quedar rápidamente desactualizadas.
Relacionado con lo anterior, hay que prestar atención al uso de los tiempos verbales para no presentar hechos pasados como si estuvieran sucediendo o viceversa.
Por último, incluso en la web son importantes los géneros discursivos, ya que hay criterios que vienen determinados por el propio tipo de texto con que se esté trabajando. Una entrada de enciclopedia, una noticia, un blog tienen características diferentes que deberemos también respetar. Basten como ejemplo las indicaciones del Manual de estilo de Wikipedia referidas a sus artículos de tipo académico.