Por: Adriana Santa Cruz
¿Qué diferencia a un escritor que recién se inicia de otro que domina la escritura? Tomando como base a aquellos que teorizaron sobre los procesos cognitivos a la hora de escribir, podemos aprender cómo conseguir una mayor eficiencia al enfrentarnos a la hoja en blanco.
Básicamente, los escritores experimentados se diferencian de los novatos o aprendices por la forma como utilizan los procesos de planificación, textualización y revisión:
ESCRITORES EXPERIMENTADOS | ESCRITORES NOVATOS |
Su composición es planeada, reflexiva y autorregulada: consiste básicamente en tener en cuenta el género y la audiencia; estos escritores tratan de transformar lo que saben en una buena retórica discursiva. | No se detienen demasiado en la actividad de preescritura, no generan mucho contenido, ni responden a la exigencia de organización textual global, a las necesidades del lector o a las exigencias del tema. |
Se proponen lograr un estilo cohesionado. | Al no poder organizar adecuadamente los conocimientos, tienden a escribir textos más cortos, con poca riqueza conceptual, lo que se denomina estilo segmentado. |
Conciben la revisión como una actividad que, en esencia, involucra al texto como una totalidad, como un acto complejo de solución de problemas. Se produce, entonces, una transformación del conocimiento. | Perciben la tarea como una actividad superficial porque centran sus correcciones en lo simplemente normativo. |
Por supuesto, existen estrategias que nos acercan al grupo de los escritores experimentados y que podemos aplicar en cada uno de los procesos mencionados.
Antes de la escritura:
- Tener claro el objetivo de nuestra escritura.
- Construir ideas acerca del contenido del texto y relacionarlas con nuestros conocimientos previos.
- Tomar conciencia sobre algunas cuestiones básicas: ¿para quién estoy escribiendo?, ¿qué tipo de texto quiero escribir?, ¿por qué escribo?
Durante la escritura:
- Identificar las dificultades que impiden expresar las ideas.
- Utilizar palabras, oraciones y párrafos buscando realmente comunicar.
- Asegurar la coherencia y la cohesión del texto.
- Seleccionar ideas principales y secundarias.
Después de la escritura:
- Analizar la calidad del contenido: amplitud, riqueza, profundidad y precisión de las ideas.
- Revisar la organización y la presentación del contenido: estructura del texto y de las unidades que lo componen.
- Confirmar o rechazar el estilo de la escritura: adecuación a la audiencia y a la finalidad.
- Corregir aspectos morfológicos, sintácticos, léxicos y de ortografía.
Reelaboración a partir de: “El enfoque cognitivo de la escritura…”