Por: Adriana Santa Cruz
Que el español es una lengua difícil es una afirmación fácilmente comprobable. Puntuación, tiempos verbales, gerundios, preposiciones son temas complejos, con muchas reglas, con algunas excepciones y con casos en los que la normativa sola no alcanza para resolverlos. Hay otros temas, sin embargo, que parecen más sencillos y que creemos dominar. Uno de estos es la formación del plural, aunque una mirada rápida a la Nueva gramática de la lengua española nos muestra que hay varias normas para tener en cuenta. Aquí intentaremos resumir lo básico para escribir lo mejor posible.
PALABRAS COMPUESTAS
Compuestos de sustantivo + sustantivo. Pluralizan el segundo elemento: bocacalles. Cuando los dos sustantivos se escriben separados, pero constituyen una unidad léxica en la que el segundo elemento aporta información determinativa, solo se marca el plural en el primero: años luz, buques escuela. Sin embargo, son numerosos los casos en los que el segundo de los sustantivos puede usarse con valor adjetival, por lo que caben alternancias como aviones espía/aviones espías; buques fantasma/buques fantasmas; discos pirata/discos piratas.
Compuestos de adjetivo + sustantivo. Los que no muestran separación gráfica siguen la regla formulada en el apartado anterior: cortometrajes, purasangres. También se pluraliza solo el segundo elemento en los compuestos formados por dos adjetivos, se escriban separados por guion o unidos en una sola palabra, como en conversaciones árabe-israelíes, factores político-económicos, condiciones espacio-temporales diversas.
Compuestos de sustantivo + adjetivo. Suelen pluralizar sus dos segmentos: boinas verdes, cabezas rapadas. Sin embargo, alternan con frecuencia en el singular las dos soluciones gráficas: una palabra o dos, con la consiguiente repercusión en el plural, como en arcoíris/arcos iris; bajorrelieves/bajos relieves.
Compuestos de verbo + sustantivo. Se forman generalmente a partir de sustantivos en plural (lavaplatos, sacacorchos), que no se alteran cuando la forma se pluraliza: lavaplatos pequeño o lavaplatos pequeños, el sacacorchos o los sacacorchos.
LOS NOMBRES PROPIOS
Se espera, en principio, que los nombres propios no tengan plural. Lo forman, sin embargo, cuando se asimilan (en mayor o menor medida) a los comunes. Siguen entonces las reglas de estos, como en las celestinas, los donjuanes, los quijotes, o en oraciones como Nunca más volverá a haber en Nicaragua Anastasios Somoza en el poder.
Premios. No varían cuando expresan su denominación oficial: los premios Goya, la ceremonia de los Óscar, pero sí lo hacen cuando designan un objeto material, o bien a la persona que los recibe: los goyas del museo, los nobeles de literatura.
Marcas. Si se usan metonímicamente para referirse a los objetos que designan, se integran en parte en la clase de los nombres comunes. Si terminan en vocal, tienden a hacer el plural conforme a las normas habituales: los Toyotas, las Yamahas. Si acaban en consonante, lo normal es usarlos con plural invariable, como en Los Seat (mejor que Los Seats).
LATINISMOS
Por influjo del inglés, se percibe cierta tendencia a usar en español algunos plurales latinos acabados en -a, como córpora, currícula, data, media, memoranda, referenda, que no se recomiendan. Se prefieren en su lugar o bien los plurales invariables (el corpus/los corpus) o bien los correspondientes a las formas adaptadas en -o: currículos, datos, medios, memorandos, referendos.
SUSTANTIVOS QUE SE USAN SOLO EN SINGULAR O SOLO EN PLURAL
Algunos nombres solo se usan en singular. Son los llamados singularia tántum o singulares inherentes: caos, cariz, cenit, oeste, salud, sed, tez, tino, zodíaco, etcétera.
Más numerosos que los singularia tántum son los llamados pluralia tántum o plurales inherentes, es decir, los sustantivos que habitualmente se usan solo en plural: albricias, anales, andas, andadas, comestibles, exequias, expensas, facciones [del rostro], fauces, gárgaras, ojeras, honorarios, vísperas, afueras, etcétera.
PLURAL MAYESTÁTICO Y PLURAL DE MODESTIA
Se llama plural mayestático al que muestran los pronombres personales y la flexión verbal si se refieren a un solo individuo, como cuando el Papa expresa en plural sus propias afirmaciones (A nosotros ha llegado la inquietud de…). Se llama, en cambio, plural de modestia el que se usa para atenuar lo categórico de juicios o apreciaciones expresadas en primera persona, como en Pensamos que se trata de un método adecuado para este tipo de estudios, cuando el emisor se refiere en realidad a su propio pensamiento. El plural de modestia es propio sobre todo de los textos científicos y de las exposiciones académicas.