Por: Adriana Santa Cruz
Ya caracterizamos la preposición, y analizamos algunos usos incorrectos como el queísmo y el dequeísmo. Sintácticamente, relaciona palabras o grupos de palabras, de ahí que funcione como nexo subordinante. Algunas consideraciones más nos permitirán equivocarnos lo menos posible, a pesar de la dificultad que suelen presentar sus reglas en todas las lenguas.
En principio, a la hora de elegir una preposición, deberíamos dejar de lado ciertos usos intuitivos que los hablantes tenemos incorporados y que suelen ser incorrectos. Por esta razón, saber algo más de esta clase de palabras nos orienta acerca de lo normativamente aceptable.
Algunas tienen significado propio en ciertos sintagmas: El libro trata de literatura (tema), Vino con su primo (compañía), etcétera.
Otras son regidas por verbos, sustantivos, adjetivos o adverbios (régimen): acceder al pedido, advertir del peligro/sobre el peligro, competir con un rival, limitarse a contestar, entre otras.
Más allá de lo anterior, en esta entrada nos ocuparemos, en especial, de aquellos casos en los que dos proposiciones pueden usarse indistintamente en forma correcta:
Se copió a/ante la vista del profesor. |
A/bajo la luz de la luna. |
Asociarse a/con alguien. |
Tiene olor a/de eucalipto. |
Entró al cine/en el cine. |
Se dirigió a/hacia la ciudad. |
La mala noticia llegó a/hasta sus oídos. |
Voy a/para Buenos Aires. |
Al/por fin nos vemos. |
Un vaso con/de leche. |
Tropezó con/en la rama. |
¿Con/por qué motivo? |
Se golpeó contra/en el codo. |
Llegó de/desde Córdoba. |
Fue lo más emotivo de/en la fiesta. |
¿De/para qué te sirvió? |
Lo tomó de/por las solapas del saco. |
Hablemos de/sobre ese tema. |
Está en/sobre el escritorio. |
Se tiró hacia/para atrás. |
Llegará hacia/sobre las cinco. |
Hizo lo posible para/por. |
Está todo por/sin ordenar. |
Fuente: Laura Andrea Pérgola “Acerca de la preposición” en María Martha García Negroni (coord.) El arte de escribir bien en español, 2001.
Como hablantes o como redactores a veces nos equivocamos, pero también tenemos tendencia a corregir lo que no es necesario y caemos en otro error que es el de la ultracorrección censurando usos que están permitidos. Tengamos en cuenta que nuestra lengua es bastante más flexible de lo que solemos creer y que es importante que asumamos esa flexibilidad, porque ahí radica una de las riquezas del español.