Por: Ignacio Damonte
Convengamos que la temporada del equipo angelino no fue nada buena. Llena de errores (voluntarios y no voluntarios) se arrastró por los puestos bajos de la conferencia y hasta de su división, donde el vecino Clippers está primero y Golden State segundo. Pero con el correr de la segunda parte logró acelerar en el sprint final del calendario con serias chances de agarrar el octavo puesto.
Hubo dos partidos esta semana que marcan a fuego este cierre para los de amarillo. La noche del martes los Lakers se midieron ante los Hornets. Ganaron. Kobe Bryant prendió su mecha en el final del tercer cuarto, y en el definitivo, incendió el Staples Center clavando triples, giros en suspensión y penetraciones zizgageantes. El otro fue el miércoles por la noche, en el Rose Garden, ante Portland, y Kobe anotó 47, su máxima de la temporada, y jugó todos los minutos (48 sin descanso). El número 24 parece ser la única razón por la que merecen entrar a Playoffs. Todo esto puede cambiar en horas, ya que la batalla con Utah se dirimirá noche a noche. Hoy LAL está adentro, mañana puede estar afuera.
Kobe Bryant durmió una siesta en los primeros cuartos y se destapó en el último ante los Hornets.
Si los Lakers fueran a quedar eliminados de la postemporada descuenten repercusiones importantes. Tanto el staff gerencial, como el cuerpo técnico y partes importantes de la plantilla pueden ver sus puestos peligrar. Pero de quedar dentro, ganaran unas semanas de aire y al menos no tendrán que cargar con la decepción más grande de las últimas décadas.
La 2012/2013 arrancó con Mike Brown a cargo. Luego de un comienzo con malos resultados y muchas críticas dentro y fuera del vestuario, la gerencia dio un volantazo y trajo a Mike D’Antoni para que conduzca un equipo sin rumbo. Dwight Howard había llegado como la figura rimbombante que es pero mal físicamente, y con serios problemas ofensivos y defensivos. Steve Nash empezó la temporada lesionado, le costó trabajo agarrar ritmo y recién hoy parece poder cargar la ofensiva. Pau Gasol tuvo un sinfín de dramas con su cuerpo, su mente, su juego y sus compañeros. Y KB24 fue el de siempre: por momentos el anotador empedernido que es; en otros rompió todos sus récords en asistencias y en algunos incidió negativamente en el vestuario. Pero el escolta finalmente cargó con el lastre de un plantel lento, desbalanceado y con alto promedio de edad.
¿La gerencia? También tiene su cuota, muy importante, de culpa en esta temporada para el olvido que puede quedar en el recuerdo si entran a los Playoffs. Jim Buss y Mitch Kupchak están a cargo del destino de la franquicia, y pareciera que cada decisión que tomaron ha sido bajo una alta carga emocional, y poco de racionalidad. Traer un pivot lesionado para jugar en un esquema con Brown, para luego echar a ese entrenador y convocar a uno que tiene una visión del juego completamente distinta como D’Antoni es una de las decisiones que aún no logro comprender.
Otra vez, Kobe carga con el tren cansado de los Lakers y juega su mejor partido del año.
Pero los Lakers siguen ganando. Salieron triunfantes en cuatro de los últimos cinco y pareciera que con el fuego sagrado de Bryant les alcanzará para llegar a la postemporada. La historia marca que la franquicia se ha quedado afuera de los playoffs tan solo 5 veces desde el año 1949 (la última en 2005). Esta última semana de actividad intentará contradecir a todos (me incluyo) que pensamos que no merecen un lugar entre los mejores 16. Vuelvo al comienzo de la nota, la temporada ha sido catastrófica por donde se la mire, y hay equipos que han hecho mejor trabajo con una plantilla más escasa (ver los casos de Portland, Utah y hasta Dallas). La historia habría sido distinta si jugaban todo el año con el fuego que han mostrado en el sprint final, quizás ese sea su único punto a favor: cuando las papas quemaron y se pusieron negras, lograron sacarlas del fuego y hacer de una temporada para el olvido, una más respetable.
El 20 de abril comienzan los Playoffs, con o sin los Lakers. Cuando estén definidos los equipos analizaré a cada uno, sus puntos fuertes y débiles, para saber qué esperar de ellos en la parte más importante del año…