Por: Flavia Masetto
Acabo de regresar de mi intensa semana en Miami, pero antes de contarles como estuvo y qué es lo que vi, quería compartir lo que anduvo pasando en Buenos Aires en las últimas dos semanas. Todavía hay tiempo hasta el 14 de diciembre para ver las obras seleccionadas del premio de la Fundación Klemm. A mi me gustaron muchísimo el primer premio a la escultura de Elba Bairon y el segundo a la pintura de Adriana Minolitti que de una forma interesante dialogan desde lo formal en un mismo lenguaje. Bairón lo hace desde lo tridimensional y neutro y Minolitti desde la pintura y el color.
Tampoco me perdí la increíble muestra de Ennio Iommi en la misma Fundación llamada “Las maravillas del mundo” que terminó el 7 de diciembre. Las obras expuestas creadas por Iommi en estos últimos años, ponen en tela de juicio muchos de los valores de este mundo. Después de más de 50 años desde sus inicios en la escultura abstracta, estas construcciones plásticas fueron creadas a finales de los ´90 y utilizando la ironía como mecanismo productor de sentido, sus obras tardías de esta muestra quiebran con sus inicios racionales en el arte concreto. Enio Iommi (Rosario, 1926) fue el primer escultor abstracto argentino, y aunque esta muestra no contempla aquel racionalismo original, quería detenerme para contarles a grandes rasgos sobre el movimiento abstracto y constructivista argentino que a mediados de los años ´40 se dividió en Arte Concreto Invención y movimiento Madí.
A mediados de 1943, un pequeño grupo de jóvenes artistas se reunía para discutir sobre el arte moderno. Despreciaban todas las manifestaciones artísticas tradicionales como también el subjetivismo expresionista y el simbolismo surrealista y a pesar de la escasa información disponible en la Argentina admiraban el constructivismo ruso y el neoplasticismo holandés. El grupo tenía una gran tendencia política en medio del contexto mundial de la segunda guerra mundial. Eran todos socialistas y no dejaban de manifestar su adhesión a la Unión Soviética reconociendo los esfuerzos de ésta para detener el avance del fascismo. En este sentido, el arte Concreto, para ellos, era el arte socialista del fututo. Desde la plástica, el movimiento cuestionaba las dimensiones semánticas de la pintura para re descubrir las formas puras. Los Concretos no “creaban”, la creación pertenecía al dominio de lo romántico y poético, sino que “inventaban” e “investigaban”, como un matemático. Por esta razón, los artistas concretos no siguieron el espiritualismo oculto de los pioneros del arte abstracto, como Kandinsky, Mondrian o Malevich, sino que impulsaron condiciones formales ligadas a la producción técnica y a la estética de la máquina. Sus maestros europeos eran Max Bill, de la escuela Bauhaus y Hans Arp. Los integrantes del grupo Arte Concreto Invención fueron: Enio Iommi, Alfredo Hlito, Raul Lozza, Lidy Prati, Tomás Maldonado, Manuel Espinosa, Juan Melé, Gregorio Vardánega entre otros.
Dentro del mismo movimiento de Arte Abstracto, hacia mediados de 1944 surge alrededor del único número de la revista “Arturo” un grupo de artistas integrado por Gyula Kosice, Edgar Bayley, Rhod Rothfuss y Arden Quin entre otros. El grupo integraría luego el movimiento Madí que surge de la expresión “Madrid, Madrid, no pasa nada”, con el mismo tono de denuncia política en aquel contexto europeo tenso. Con un tono vanguardista desconocido hasta entonces en la cultura argentina, Kosice (Checoslovaquia, 1924) escribió proféticamente en las páginas de la revista: “el hombre conquistará el espacio multidimensional” por la unión del arte, la tecnología y la ciencia. Madí rompía con el soporte y el marco tradicional en la pintura e imponía el marco irregular. También tenía una relación con la palabra como método de justificación por medio de manifiestos, poemas y declaraciones. La obra de Kosice hacia esta época se componía de estructuras articuladas y de objetos convertibles y transformables. También realizó estructuras lumínicas construidas con tubos de luz de neón, pinturas de marco recortado y esmalte industrial y estructuras en transparencia con materiales industriales nuevos. Y fué así entonces como se presentó el libro “Conversaciones” con Gyula Kosice de Gabriel Perez Barreiro producido por la Fundación Cisneros en el Museo Nacional de Bellas Artes. El libro es un testimonio directo del artista durante 22 años de conversaciones. La Fundación Cisneros (CIFO), con base en la ciudad de Miami, también produjo la serie de “Conversaciones” con Carlos Cruz Diez, Tomas Maldonado, Jesus Soto y Jac Leirner. El año próximo la Fundación editará Conversaciones con Liliana Porter y Luis Camitzer.
Mientras tanto, en la escena del arte argentino contemporáneo se van cocinando ideas, nuevas tendencias y parte del futuro del arte latinoamericano. La reivindicación de la pintura es parte de estos procesos. “Panal 361” en el barrio del Abasto es un espacio multi estudio en el cual los artistas conviven durante el proceso creativo. El espacio cuenta con talleres independientes y áreas comunes para exposiciones y ya tiene más de treinta estudios en funcionamiento. Entre ellos, los de Ananké Asseff, Mariano Giraud, Julián Prebisch, Gala Berguer, Mario Scorzelli, Silvina Aguirre, Ana Clara Soler, Lucio Dorr y Eduardo Médici. Entre ellos, la artista visual Isabel Peña, crea sus pinturas al óleo nutriéndose del retrato de personas casi invisibles que trabajan en los lugares donde ella elabora sus experimentaciones. Partiendo del encuentro con estos personales, Peña construye imágenes que los redime del anonimato por medio de una estética casi religiosa. La obra de Peña fue seleccionada por las curadoras Cecilia Rubino y Helena Ferronato para la muestra inauguración de “Panal 361”.
Mientras tanto en el Palacio Errázuriz Alvear, Museo de Artes Decorativas de Palermo se hacía la muestra que cada fin de año realizan las alumnas del artista Premio Nacional argentino Carlos Cañás quien también fue mi maestro. Las coloridas pinturas expresionistas de la artista Pupy Bonicalzi dan cuenta de una fuerte inspiración latinoamericana, tanto de las poéticas sociales típicas de la región como de su naturaleza.
Fuente: “Ritos de fin de siglo”, Jorge López Anaya.