Por: Flavia Masetto
La Bienal de Sao Paulo se ancla en una de las ciudades más grandes del mundo y es responsable de transmitir un mensaje de compromiso cultural y social a más de 500,000 visitantes. La semana pasada, día 2 de Septiembre inauguró la 31 Bienal de Sao Paulo con una temática algo confusa. Por eso, a la muestra “Cosas que no existen” habría que pensarla como un dilema contemporáneo. La muestra propone cuestionarnos cómo es posible vivir en un mundo en permanente cambio en el cual las viejas formas de trabajo, de comportamiento y de producción artística ya no encajan, pero al mismo tiempo no encuentran un substituto concreto ya que las nuevas formas y metodologías no están aún consolidadas.
“En nuestro atiborrado contexto contemporáneo, lleno de símbolos e interpretaciones que se mezclan y chocan, las cuestiones circulan alrededor de la posibilidad de que los individuos encuentren un sentido. Cada uno de nosotros sentirá de menor o mayor manera la urgencia de encontrar un sentido, un significado bajo la pena de sentirse abrumado por imágenes, textos, y sonidos que construyen esta nueva realidad”, nos dice Danilo Santos de Miranda, director de SESC Sao Paulo que colaboró en la producción de algunas de las obras expuestas en esta Bienal.
Es así como vemos en esta Bienal antiguos discursos sobre la identidad del ser humano, desde la sexualidad, las luchas de poder, el sistema de trabajo y la espiritualidad, confrontándose con estudios de sistemas, retro alimentación, ecología, redes sociales y nuevos discursos religiosos. El arte es belleza y problematización del mundo. En exhibiciones como la de esta Bienal, el público puede hallar obras que lo gratifiquen con sus formas y significados o que contradigan sus más arraigadas certezas.
Abajo, las obras y artistas que más me gustaron de esta Bienal.
Juan Downey (Chile 1940-1993) fue una figura pionera del videoarte en un momento en el que el medio comenzaba a ser utilizado por los artistas, para quienes tenía un enorme potencial; la inmediatez de su transmisión, los circuitos cerrados y sus diversas posibilidades de edición y retroalimentación eran características que se prestaban para múltiples experimentos no sólo de imagen sino de percepción y comunicación.
Una de las obras icónicas de este artista es la instalación Video Trans Americas, que se muestra en esta Bienal con base en el concepto de retroalimentación. En 1973, Downey emprendió un viaje que lo llevaría de Nueva York a México, Guatemala, Perú, Bolivia y Chile, donde filmó en video las culturas autóctonas, a las cuales les mostraba los distintos registros que realizó. A raíz de este viaje, el artista decidió irse a vivir a la selva amazónica venezolana, entre los indios Yanomami, produciendo uno de los cuerpos de trabajo más singulares de la época. Con estas obras, fundamentales en su producción, Downey se posicionó a sí mismo como un “comunicador cultural y un antropólogo estético activador, cuyo medio de expresión visual es el video”. Al no poder reproducir el video en este blog, les muestro sus pinturas.
En esta serie de pinturas llamada “Capital” que el artista polaco Wilhelm Sasnal produjo desde 2009 al 2014, representa en forma arquetípica con una paleta oscura de grises y verdes el legado del imperialismo y del colonialismo religioso por los cuales millones de personas murieron. También hace una crítica a la explotación de los recursos naturales y del trabajo humano.
El artista portugués Bruno Pacheco, a través de sus pinturas “Punto de encuentro y otros trabajos”, muestra personas reunidas en celebraciones o protestas sociales o políticas. Personas que en el mundo de hoy, en un contexto económico, político y social inestable y hostil se unen en una acción colectiva de protesta muy diferente a las revoluciones del siglo XX que además contaban con jerarquías o comando.
Al mismo tiempo, la pintura de Bruno Pacheco funde sus límites con los de la fotografía. Esta es una característica de las acciones artísticas contemporáneas en las que existe apropiación de unas con otras disciplinas artísticas.
El artista libanés Tony Chakar, al igual que muchos artistas de su generación en el Líbano, ancla su producción artística en el recuerdo de la guerra y post guerra del Líbano. En forma de poesía concreta, esta serie de obras en las cuales se apropia de imágenes y narrativas de la literatura, la mitología e inclusive de fragmentos bíblicos, funcionan como espíritus del pasado en el mundo contemporáneo, de la misma manera que los íconos religiosos funcionan como representación de los divino en el mundo de lo profano.
En su obra para la 31 Bienal de Sao Paulo, la arista colombiana Johanna Calle estudia y descompone el sistema del lenguaje y la estructura de la grilla para profundizar en la crítica social y política sobre todo de la apropiación de la tierra en Colombia. En esta obra Calle representa un árbol que en realidad es la suma de varias especies de árboles de Colombia. Cada parte de árbol está representada sobre papel de escribanías con archivos de propiedad de tierras del siglo XX a través de una escritura a máquina. Las diferentes hojas de escribanía forman un rompecabezas que determina un sólo árbol. Johanna Calle, logra de esta manera fraccionaria instigar sobre la concentración de capital que llevó a la pérdida de tierra de muchísimos colombianos que vivían de la producción de estas pequeñas parcelas.
El artista polaco Edward Krasinski (1925-2004) fue tanto un creador de objetos como un actor y “performer”. Krasinski ha expuesto internacionalmente a partir de los años ´60. En esta Bienal se exponen una serie de fotografías del artista con trabajos escultóricos de la primera parte de esta década. Como artista, Krasiski siempre procuró usar el juego y la “performance” como una manera de escape de la situación política en la Polonia de la época. Demostraba una increíble fascinación por el potencial en desuso de objetos ordinarios, los cuales eran trasformados o sublimados a un estado de configuración mágica o mística a través de sus esculturas. Estos objetos delicados, inclusive precarios, son de las obras más antiguas de esta Bienal y pueden ser interpretados como talismanes contemporáneos dentro del contexto semiótico de esta Bienal.
”Errar de Dios” es la instalación participativa o interactiva del grupo argentino de artes performáticas “Etcétera”. La obra es un guión escrito por Loreto Garín Guzmán y Federico Zukerfeld junto con el filósofo y activista Franco “Bifo” Berardi y representa un ensayo sobre el nuevo balance global luego de la crisis financiera del 2008. El guión coloca al Papa Francisco, a Angela Merkel, a Dios, a Monsanto y a Goldman Sachs entre otros en una conversación que enfrenta dos cortes. El espectador, o mejor dicho el oyente puede relizar acotaciones espontáneas al texto gravado que se escucha por un teléfono del siglo XX.
La obra fue gestada a través de más de 15 años de relación entre el artista argentino León Ferrari (1920-2013) y el grupo Etcétera. Etcétera es un grupo de artes performáticas argentino que trabaja con una disciplina que funde el teatro, la literatura, las artes visuales y el activismo social a través de un humor crítico y sarcástico con inspiración surrealista.
Las obras del artista León Ferrari expuestas en la Bienal son de la línea de las que tanta polémica provocaron en la retrospectiva del Centro Cultural Recoleta en 2004 curada por Andrea Giunta y a la cual el entonces Cardenal Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco, catalogó de blasfema y la cual recibió una denuncia penal ”por discriminación religiosa e incitación al odio religioso”
Las pinturas de la artista americana residente en Amsterdam, Jo Baer para la Bienal de Sao Paulo fueron creadas entre 2009 y 2013. Estas son de naturaleza mística o metafísica y toman inspiración en un lugar particular de Irlanda donde la artista vivió en los años ´70. Antiguas mitologías paganas se funden en la simbología utilizada por Baer. Contrariamente, Jo Baer fue una de las primeras artistas americanas a ser reconocidas dentro del movimiento Minimalista. Durante los años ´70, sus pinturas eran de superficies reflectivas de campos blancos con líneas o bloques de color en los bordes, luego más tarde manifestó que el Minimalismo para ella era un “dead end” y se volcó a la pintura figurativa.
En los años 1944 y 1956, Brazil vió a dos ciudades emerger a partir de dos pilares fundamentales del imaginario del país, el Espiritismo y el Modernismo. Brasilia fue la ciudad capital inaugurada en 1960 e ícono del Modernismo brasileño. “Nosso Lar” era una ciudad del imaginario espírita que se creía flotaba sobre el estado de Río de Jeneiro entre las ciudades de Río de Janeiro, Itaperuna y Campos dos Goytacazes. “Nosso Lar” era el lugar donde los espíritus buenos se desencarnaban luego de la muerte antes de prepararse para su reencaración.
La obra de Jonas Staal, residente en Amsterdam, comprime publicaciones, mapas, narrativas, video y una serie de maquetas que exploran las similitudes y las diferencias entre estas dos ciudades y los movimientos históricos de los que ambas resultaron.
La artista chilena Valuspa Jarpa que fue una de las representantes de Chile en la 55 Bienal de Venecia del 2013, ha creado varios trabajos basados en los archivos de la CIA desclasificados por los Estados Unidos de los regímenes militares de Chile y de otros países de América Latina. ”Historias de aprendizaje” es una instalación laberinto que nos muestra los archivos de la CIA de la última dictadura militar de Brasil (1964-1985), desclasificados hace algunos años por los Estados Unidos en oposición a los archivos del servicio de inteligencia de los gobiernos de Getúlio Vargas y Joao Goulart. Para la artista, es muy simbólico que en todos estos documentos hay partes tachadas o borradas antes de su desclasificación. Estas tachaduras pueden ser entendidas como una forma de comportamiento histérico que en el Psicoanálisis Freudiano significa la imposibilidad de lidiar con el trauma. En palabras de Sygmund Freud, el trauma es una narrativa negada y archivada, en cuanto el síntoma es un archivo codificado.
En “Cartas al lector”, el artista libanés Walid Raad propone un número de paredes prefabricadas como posibles paredes de museo. Tanto para el Museo de Artes Arabes de Sao Paulo, de Amman, de Doha de Abu Dhabi, Beirut, Marrakesh, Hong Kong o New York. Esta obra se basa en la convicción de que las obras de arte del Mundo Arabe no dejarán sombras una vez que hayan sido descolgadas de las paredes de estos nuevos museos. Pasado y presente se activan en esta obra de una forma enigmática.