Por: Flavia Masetto
Visité la casa y estudio del artista Rogelio Polesello hace un par de semanas. Polesello vive en una casa espectacular de estilo modernista proyectada en los años ´70 por el arquitecto Eduardo Fidelli. Las fuentes de luz penetran por las ventanas y el techo, su estilo es luminoso y hedonista, lleno de color y juegos ópticos. Polesello, además de artista, es un coleccionista: en cada rincón de la casa hay una mini colección. Colecciona inspiraciones para sus obras desde arte y libros de arte, hasta máscaras o planchitas de envases de comprimidos de medicamentos. Polesello muestra su casa/estudio con el entusiasmo de quien se asombra con un mundo de maravillas por primera vez, y es que su potencial creativo y su genio son tales que cada vez que se focaliza en alguna de sus fuentes de inspiración, descubre todo un nuevo universo de ideas para explotar.
Corría 1959 en Buenos Aires y a los 20 años de edad, la mente prodigio de este artista concebía obras de extraordinaria madurez que definirían su trayectoria y evolucionarían hasta la creación de sus obras caleidoscópicas de los últimos años. En este año, Rogelio Polesello produjo infinitas obras y proyectos y plasmó un estallido de recursos y propuestas: figuras geométricas, sus desplazamientos y tempranos juegos ópticos.
La búsqueda de la más pura expresión estética fue a través de las impresiones visuales de la abstracción geométrica y comenzó en la Argentina en el periodo de posguerra. Los Artistas Concretos y el Arte Madí resumían al arte a las verdades absolutas de la geometría, el espacio y la luz, pero con una connotación utópica y política. La geometría abstracta evolucionó hasta desprenderse de este fuerte sentimiento utópico y crítico para desarrollar un carácter juvenil y hedonista. En este contexto Rogelio Polesello (Buenos Aires, 1939) es uno de los mayores exponentes del arte óptico en Latinoamérica y a lo largo de su carrera ha transitado por las distintas avenidas de la abstracción geométrica.
A partir de 1955, año de la caída de Perón, se produjo un cambio en la orientación política del país que se extendería a diversos campos de la sociedad, desde el pensamiento a las costumbres cotidianas y tendría un gran efecto en la creación o la expansión de nuevas disciplinas, como la psicología, la sociología, el diseño, la moda… El individualismo, y la sociedad industrial y tecnológica eran elementos característicos de esta Era Posmoderna. Así mismo, los materiales industriales, el reflejo de la persona humana y su distorsión a través de juegos ópticos, el vértigo, la inestabilidad de las formas y la psicodelia eran los elementos de experimentación de los artistas de esa época para lograr obras de un encantamiento hipnótico.
Nos decía Polesello: “Cuando chico jugaba con un vidrio que me ponía en un ojo y así exploraba con esta ventana opacante. Cuando empecé a pintar hacía monocromías buscando el oficio y en este acompasado silencio me encontré un día sentado en casa pensando qué quería pintar; de pronto el sol atravesó la ventana y se deshizo en una de mis esculturas de acrílico, esos monóculos estridentes que conservaron mi infancia, y se expandió por todo el espacio ese mandato iridiscente y terminó la ceguera: aquí está, dije, agarré el soplete y junté el sol en el plano”
A los 15 años, Polesello ingresó a trabajar en una agencia de publicidad en forma paralela a sus estudios de Bellas Artes, y así fue formado carrera en la publicidad hasta transformarse en director de arte. Fue en este medio donde tomó contacto con la idea de consumo y la innovación de los materiales industriales como el plexiglás y el acrílico. A partir de 1966, todo esto se cristalizaría en las experiencias caleidoscópicas con los lentes tallados en placas y paneles de acrílico.
En los años ´60 otros movimientos estéticos experimentaban con las deformaciones ópticas que se lograban a través de los lentes: eran juegos psicodélicos programados. Jorge de la Vega en su obra “Plexiglas Family” de 1966, juega con la figura humana distorsionada. De la misma manera y en la misma época en Estados Unidos el movimiento californiano “Light and Space” experimentaba con estas mismas fuentes.
Los trabajos más recientes de Polesello, parecen ser distorciones ópticas de aquellas obras de finales de los ´50 una vez que atravesaron sus lentes de acrílico de mediados de los ´60. El resultado son obras de abstracción geométrica que evolucionan desde lo onírico de su admiración original por el surrealismo de Paul Klee y de Xul Solar, hasta la psicodelia de los tiempos posmodernos. Blanco y negro, color y deformación geométrica son los elementos que caracterizan este diseño de la distorsión.
Simpático y extrovertido, Rogelio Polesello fue también, como Andy Warhol, de los primeros artistas a nivel mundial en desarrollar el concepto de celebridad y figura social del artista como parte constitutiva de su lenguaje plástico.
Esperaremos con ansia la próxima retrospectiva de Rogelio Polesello en el MALBA para 2014.