Por: Flavia Masetto
Septiembre es un mes de vanguardia en el hemisferio norte. Después del receso de verano, la nueva temporada arranca con todo tanto en el mundo del arte, como en el de la moda. Las galerías inauguran las nuevas muestras y las ediciones de Septiembre de las revistas de moda junto con las Fashion Weeks se juegan en este mes lo que significará el éxito o no del año entero.
Tradicionalmente el arte y la moda han ido de la mano. Yo personalmente estudié Diseño de Indumentaria y Textil en la UBA, y la retroalimentación con el arte era constante. Lo que si se podía cuestionar, a comienzos del nuevo milenio era qué retroalimentaba a qué? Era el cuento del huevo y la gallina. Venía realmente antes el arte? O la moda de algún modo lograba anticiparse a la representación de las circunstancias sociales? Según el filósofo alemán Walter Benjamin (1892-1940), quien enunció el concepto de Crítica de Arte, ya había señalado este fenómeno casi un siglo antes todavía en Tiempos Modernos: según Benjamin, la capacidad de anticipar se había trasladado del arte instituido a la moda, y la nueva posición del arte configura también una nueva forma de percepción social: “La Obra de Arte en la época de su reproductibilidad técnica” (1936)
Luego de las circunstancias tan adversas de la Segunda Guerra Mundial, la moda y el arte cambian significativamente. Como les contaba en posteos anteriores, el arte reacciona con la incorporación de la subjetividad que se traduce en una abstracción que estudia tanto la pureza de las formas geométricas, como la expresión del azar, del trazo libre y automático como en el Informalismo y el Expresionismo Abstracto. Por su lado, La Guerra cambiaría irrevocablemente toda la estructura de la industria de la moda. La moda en Europa toma un tono diferente luego de de la ocupación alemana en Francia, cuna de los grandes modistos de la época, y el centro de la moda se va trasladando por necesidad lentamente a Londres. Es en los años ´60 que Londres deviene en Capital de la Moda, mientras que Nueva York es la capital de un nuevo movimiento en el arte: El Pop Art. Estos son los tiempos del comienzo de la Posmodernidad marcada por un fuerte individualismo y fragmentación, tanto en el Pop Art como en la moda.
El consumismo y la moda van de la mano con el surgimiento de la moda Pret a Porter (lista para usar) y el desarrollo industrial de nuevas fibras sintéticas más económicas. Una moda popular fue la de “la estudiante de arte” que era la antítesis del lujo. Estos cambios fueron el resultado de una incertidumbre general sobre lo que el futuro depararía y de un deseo de rebeldía. Fue precisamente este sentimiento escapista que se reflejó en la nueva energía e inspiración que dieron como resultado el “Pop Art”. Para los diseñadores de los años´60 el cuerpo era un objeto más de diseño, un lienzo humano en el cual podía plasmarse cualquier sentimiento o idea. La mayoría de los diseñadores de esta época tenían un estilo personal donde cabían desde los ultra psicodélicos y geométricos a los “retro” de los ´40, los románticos, orientales y el “Art Decó”.
Durante los ´70, la heterogeneidad y la fragmentación del Post Modernismo se traducen aún con más intensidad. Las prendas combinables requerían más audacia creativa, el estilo individual se hacía visible. La individualidad no supuso, como en los ´60, la adopción de una indumentaria completa que fuese en sí misma individual, sino la conquista de un estilo de vestir personal. Mientras tanto, el movimiento de protesta contracultural, libertario y pacifista “Hippie” de la mano de la incertidumbre social, el regreso a la naturaleza y la liberación sexual, se transforma en moda. En los ´80, la economía estable de Estados Unidos junto con las consecuencias de la liberación femenina, provocó que las mujeres hicieran suyo el traje masculino. Mientras tanto en Gran Bretaña, donde ahondaba una profunda crisis económica, el Punk pasa de ser un “culto” urbano, de la mano del Street Art, y se convierte en un estilo comercial.
Pero es el Individualismo de la Post Modernidad, al tiempo que enfatiza la dignidad moral del individuo se vuelve paradójicamente alienante y angustiante a causa de la pérdida de los ideales, el que define la producción creativa tanto en el arte como en la moda a partir de los años´60.
Abajo una selección cronológica del desarrollo del arte y de la moda a partir de los años ´60:
Para su película del año 2000, “American Psycho”, la directora Mary Harron junto con el director de arte Gideon Ponte realizaron un excelente trabajo al identificar bien la estética de los años ´80 en el departamento de su protagonista Patrick Bateman interpretado por Christian Bale. Las obras que se muestran en la película pertenecen a los siguientes artistas: Richard Prince, Cindy Sherman, Robert Longo y Allan McCollum. De hecho, una de las obras que se muestran en la película del artista Robert Longo de la serie “Men in the cities”, pertenece a su amiga artista Cindy Sherman.