Por: Flavia Masetto
En la historia del arte los colores han tenido una connotación que fue más allá de la simple esfera cromática. La emoción tiene color. El color rojo es el de los primeros que vemos al nacer, es el color de la sangre, y en muchos sentidos el de la vida, el de la lucha, el avance, el color de una puesta de sol y hasta el de la furia.
De temperamento apasionado e intenso, y en lucha constante con sus pasiones, para Mark Rothko, el rojo, fue el color que lo acompañó en su búsqueda espiritual. Para este artista la pintura y este color en particular podían elevarlo a dimensiones trascendentales adonde su brillante intelecto no lograba acceder. Rothko tenía la convicción de que el arte podría propiciar encuentros con experiencias y emociones que no estarían presentes en el cotidiano de la vida humana.
Su arte intentaba redimir al hombre moderno de su vacío espiritual. Creía que éste podía liberar energías inconscientes que anteriormente eran liberadas por medio del estudio de los símbolos y los rituales mitológicos. Inclusive Rothko marcaba una técnica y distancia de la obra que debía ser respetada para una observación óptima que lograría tal experiencia. Para Rothko esta experiencia iba de la mano de una semi muerte, que paradójicamente podía redimir de los terrores de la vida mortal. La obra del filósofo Nietzsche fue de marcada influencia en sus obras. Pero fue una obra del dadaísmo, donde la influencia del color marcó el giro de su producción creativa que antes estaba basada en el simple estudio de la mitología. Y fué el gran campo de color que Rothko observó en la obra de Matisse “El estudio rojo” en una visita al MoMA en 1949. Su intención era la de crear por medio de la contemplación cercana a estas pinturas, un universo ajeno a este mundo.
La obra de teatro “RED” del escritor norteamericano John Logan, es una obra intensa, provocadora y emotiva. La obra se acaba de estrenar en Buenos Aires en el Paseo la Plaza bajo la dirección de Daniel Barone y con el actor Julio Chavez como Mark Rothko. El guión es una historia sobre la relación entre dos personas, entre Ken, su asistente, interpretado por Gerardo Otero, y Rothko. La obra es un fuerte y atrapante recorrido por la profundidad de los vínculos entre padre e hijo o mentor y discípulo. También nos cuenta sobre el mayor encargo que un artista moderno podía tener en aquella época, crear las obras para el restaurant de Four Seasons de NYC en 1958. También nos cuenta de su incipiente depresión que se reflejó en el pasaje del color rojo al negro en sus pinturas.
RED fué dirigida por Michael Grandage en su debut en Londres en diciembre del 2009, Rothko fue interpretado de forma brillante por Alfred Molina y por Eddie Redmayne como Ken.
El autor de la obra, John Logan nos comenta: “RED no es realmente sobre el arte, en absoluto. No se trata de pintura, se trata de padres e hijos. Creo que la gente responde a la grandeza extravagante y a la intensidad de su carácter, pero lo que realmente les mueve de esta obra es la relación padre-hijo. Yo quería escribir una obra de teatro acerca de los maestros y estudiantes, mentores y discípulos, padres e hijos. Para mí fue siempre muy claro: Rothko era consciente de los jóvenes artistas y de la responsabilidad hacia los jóvenes artistas. Creía que eran importantes para el espíritu humano, para crear arte, para experimentar el arte. Por eso decidí hablarles de Mark Rothko y un joven ayudante.”