Por: Agostina Fasanella
La palabra cortesía tiene la misma historia que cortejo. Es decir, se remonta a las antiguas cortes donde se reunía el rey con sus oficiales y vasallos para dictaminar los casos del día. Al hombre que se portaba bien en la corte le decían cortés y la cualidad que tenía la llamaban cortesía.
Podemos decir que cortesía entonces es la capacidad de “portarnos bien”, teniendo en cuenta que en esa época el portarse bien daba la posibilidad de ser escuchado por el rey. Imagínense lo que significaba en ese entonces llegar al rey! Toda aquella persona que no era cortés no solo no era recibida por el rey, si no que corría serios riesgos físicos.
Aunque hayan pasado cientos de años, hoy no es muy diferente.
La cortesía nos hace “llegar al rey” en nuestras relaciones, entendiendo por llegar al rey, adentrarnos en lo más preciado y profundo.
Con el correr del tiempo la cortesía se ha ido transformando en dos pilares fundamentales de toda buena relación. Me gusta ver a estos pilares como un picaporte al éxito en las relaciones: el respeto y la presencia.
En latín res significa cosa y pectus significa pecho, entendiendo en este caso por pecho el corazón, en el sentido emocional. Podemos entender entonces al respeto como un “asunto del corazón”. Poniéndo corazón en tu decir y hacer estás poniendo respecto.
Cuando hablo de presencia me refiero a estar presente, a ser conciente de lo que decimos y nos decimos a nosotros mismos. Las palabras tienen un gran impacto en cómo nos mostramos al mundo y cómo lo interpretamos. Nuestras opiniones hablan más de nuestra forma de mirar, que del “mundo” en sí.
En estos tiempos que corren te invito profundamente a ser cortés con toda persona con que te cruces, incluido vos mismo.
Dirigirte respetuosamente hacia los demás y hacia vos mismo, siendo absolutamente conciente en todo momento del impacto que generás.
Como leí una vez ”Somos un impacto de energía en este mundo. El desafío al que estamos llamados como seres humanos es aprender a impactar amorosamente”
Buena semana!
Agostina Fasanella
Coach Ontológico
Liderarte Consultora