¡Feliz cumpleaños, Rey del Blues!

#Efemerides

Su verdadero nombre es Riley B. King pero todos lo conocemos como BB King. Fue en una plantación de algodón, en la ciudad de Itta Bena dentro del estado de Misisipi que nació el Rey del Blues. Hoy cumple 89 años y aún tiene pólvora para rato.

Tocaba habitualmente en la iglesia de su ciudad y solía ir a otras capillas de pueblos aledaños. Pero un día tomó su guitarra y se fue a probar suerte al norte, hacia Memphis, Tennessee. Tenía 22 años y dos dólares con cincuenta en el bolsillo. Memphis era el sueño de cualquier hombre negro que aspire a vivir de la música. Allí había una amplia comunidad musical donde prácticamente todos y cada uno de los estilos de la musica negra eran oídos. Quien lo hospedó fue su primo Bukka White, un renombrado artista de blues rural. Le enseñó todo sobre el arte del blues. Y meses más tarde la situación cedió: en su vuelta a Menphis, BB King tocó para el programa de radio de Sonny Boy Williamson en la KWEM a las afueras de Memphis. Esto le llevó a firmar diferentes contratos para la Sixteenth Avenue Grill y más tarde para la WDIA donde trabajó como cantante y Dj bajo el deudónimo Beale Street Blues Boy, que fue acortado posteriormente a Blues Boy, y finalmente a BB. El Rey fijaba su identidad y, además, empezaba a pisar fuerte.

Ya para los ’50, era una de los nombres más destacadas del Rhythm and blues con una larga lista de éxitos. Con la canción The Thrill Is Gone logró algo inédito: ganarse un lugar entre los fans del pop. A partir de allí fue todo crecimiento en cuanto a autoría de canciones que se convertían, casi como acto lógico, en nuevos hits radiales. En los ’80 y ’90 hubo un cambio, BB King grabó menos discos pero tocó muchísimo: llegó a hacer hasta 300 conciertos en un año.

Según la revista Rolling Stone, BB King es el sexto mejor guitarrista de todos los tiempos. El sonido caracterìstico que borta de su guitarra -una Gibson ES-335 apodada Lucille- es fácilmente identificable, marcó un estilo, una forma, un sonido, con elementos prestados de Blind Lemon Jefferson, T-Bone Walker y una excéntrica fusión de géneros como el blues, el jazz, el swing y el pop.

Durante el nuevo siglo, BB King hizo esporádicas giras por todo el mundo. En el 2006, programó dos megashows para brindar con alegría en lo que sería la despedida de su carrera. Meses más tarde, en una conferencia de prensa que dio en San Pablo, un periodista le preguntó si nunca más se lo volvería a ver arriba de un escenario. Dicen que BB King, con su sonrisa característica, lo miró fijamente y luego de esbozar una difusa respuesta a la que todos se quedaron en silencio, volvió a sonreir y dijo: “Nunca digas nunca jamás”. Aún hoy sigue tocando. Parece que el Rey tiene pólvora para rato.