Por: Constanza Crotto
Antes que nada, me presento. Me llamo Constanza Crotto y soy muchísimas cosas pero, por sobre todo, mamá de mellizos de poco más de un año. Dicen que un hijo te cambia la vida. Traten de imaginar el vuelco que dio la mía cuando llegaron dos, ¡y juntos!
Nunca voy a olvidar la mañana de la primera ecografía. “Acá hay un corazoncito latiendo. ¿Lo ve, señora?”, me dijo el doctor mientras yo moqueaba mirando en la pantalla el puntito de apenas algunos milímetros.
“Ah, no, espere. Acá hay otro. Felicitaciones. Va a ser usted mamá de mellizos”. Chan. Doble chan. Me quedé helada, estupefacta, lloraba y reía a la vez. Una vez que digerí la noticia (confieso que pasaron algunas horas) me sentí doblemente feliz. ¿O acaso traer dos vidas al mundo es cosa de todos los días?
Ser mamá de dos es una bendición y mis bebes son, por lejos, mi mejor creación. Pero no quiero mentirles: la tarea de multimadre no es para nada fácil. El caos arranca cuando, a la vuelta del hospital, hay dos diminutas almas por complacer. Y vienen los cólicos, los llantos diurnos, los nocturnos, las mamaderas , los pañales y tantos etcéteras como puedan ustedes imaginar. ¡Y encima todo al cuadrado!
Podrán tildarme de exagerada pero cualquier mujer con hijos sabe bien que el oficio de ser mamá es mucho más difícil que cualquier cargo en una empresa. Una labor repleta de miedos, inseguridades, responsabilidades, culpas pero, sin dudas, el trabajo más gratificante que puede una tener.
De todo eso se trata este espacio que hoy arrancamos. Bienvenidas mamás primerizas que sufren porque no saben qué les pasa a sus hijos. Bienvenidas mamás jovatas que ya pasaron las mil y una experiencias, por acá hay mucho por aportar. Bienvenidas abuelas, tías, madrinas. Bienvenidas todas aquellas mujeres (y por qué no hombres) que quieran compartir ideas, inquietudes o simplemente hacer catarsis. ¡Cuánto nos queda por recorrer juntas!