Las que eligen no ser mamás

#MamáPor2

“Yo no quiero tener hijos, no quiero ser mamá”. La declaración me dejó helada.  Pero Nadina, sin pelos en la lengua ni miedo al qué dirán, la tiene clarísima: le gustan los chicos pero no se siente maternal. Y punto.

La frase me dejó pensando. ¿A caso está en jaque el binomio mujer/madre? Averiguando al respecto noté que este modelo de a poco se instala en la sociedad y que cada vez son más las mujeres que podrían perfectamente ser mamás pero eligen no serlo, mujeres que tienen todo lo necesario para tener hijos pero no sienten el instinto maternal. ¿Los motivos? Que la maternidad es poco compatible con su carrera profesional, que no quieren que un nuevo integrante modifique su relación de pareja, que no quieren criar a sus hijos en tal o cual situación o que priorizan su realización personal, entre otras tantas razones

Según me cuenta Nadina, ella renunció a la maternidad hace varios años. “La primera vez que pronuncié en voz alta que no quería hijos fue en una salida a 6 meses de relación con el hombre me casé, en aquel entonces un joven de 23, yo de 18. Me salió durante una charla casual y pensé que era una declaración que no iba a poder sostener en el tiempo. Pero acá estamos, catorce años más tarde, sin hijos. Como pensamos los dos igual, sólo es un tema cuando nuestro entorno nos cuestiona la decisión. El resto del tiempo ni pensamos en la posibilidad de ser padres”.

En su caso, como el de tantas otras, la posibilidad de perder la libertad fue clave. “Se me hizo inevitable comparar la libertad del hermano de mi papá, con su mujer, en una relación durarera pero sin hijos, con muchos viajes y sin ataduras para reformular elecciones”.

Cuando le pregunto qué le inspiran los bebés, me asegura que al principio le gustan pero pierden su simpatía si son muy llorones o gritones y rompen la armonía. “Ojo que no hablo de bebés que lloran por cosas puntuales que tienen que ver con cubrir sus necesidades básicas. De hecho, los bebés o los nenes chiquitos tienen muy buen gancho conmigo y a mí me encanta dedicarles tiempo, sobre todo si son de la familia o de amigos”.

Sin caer en un exacerbado feminismo tengo que decir que el rol de la mujer cambió y, gracias a Dios, pudimos liberarnos del mandato social y elegir ser o no ser mamás. Las invito a reflexionar conmigo: ¿Qué opinan ustedes sobre esta tendencia? ¿Conocen mujeres que estén en la misma?