Correas para bebés: ¿sí o no?

#MamáPor2

Tengo que confesar que, cuando las vi, no me pude resistir. Ahí estaban, en una feria de ropa de Miami, esperándome en un rincón. Todavía mis bebes no sabían caminar pero desde aquel entonces yo sospechaba (y muchos me habían alertado) de lo que se me venía. En ese contexto, las mochilas con arnés para chicos eran la solución para parte del problema.

También tengo que confesar que todavía nunca me animé a usarlas. No es que me falten ganas ni que no las necesite. Todo lo contrario: los mellizos están en la etapa en la que no quieren ir de la mano y es casi imposible retenerlos cuando salimos a la calle.

¿Qué es lo que me frena? El sistema me hace un poco de “ruido”. Porque, sin darle demasiadas vueltas al tema,  no dejan de ser correas camufladas con mochilas de animalitos o bichitos de colores.

La opinión pública está dividida: si bien algunos acatan la idea y la usan sin miedo al qué dirán, la mayoría las detesta y se indigna al ver los niños manejados cual perros por sus madres, padres o quien esté a su cargo.

Por el momento (y no se me vengan al humo, ¡piedad!), yo las miro con simpatía y creo que en determinados casos es muy útil. No es que piense que los chicos son animales pero, ¿no les parece mejor este método que andar haciendo malabarismos para evitar que nuestros hijos se escapen a la calle o se metan en medio de un tumulto?

¿Conocen el sistema? ¿Qué opinan?